Capítulo trece

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El siguiente día había comenzado.

Hoy sería el día en que Naruto entrenara —por así decirlo— al azabache.

Naruto se había prometido desde el día de ayer, enseñarle a esperar y no tocarlo y besarlo cada vez que se le de la gana.

Y la razón era porque ayer por la noche, Sasuke se la pasó besándolo por todo su rostro y cuello, y no lo dejó dormir a gusto.

— ¡Naruto!.— gritó un peliblanco desde la planta de abajo.

El Uzumaki al escuchar su nombre ser llamado, se levantó rápido de la cama y notó que a su lado ya no había nadie.
Tocó la cama para sentir el calor y estaba frío, dando a entender que el azabache se había levantado desde hace tiempo.

Naruto se cambió de ropa y bajó con rapidez, entrando a la cocina y viendo como su abuelo preparaba el desayuno.

— ¿Y Sasuke?.— fue lo primero que preguntó, pasando la mirada por todo el lugar.

— Ni buenos días me dices.— respondió indignado. Su nieto lo conocía desde siempre y nunca le saludaba, para que llegara un tipo–lobo desde el día de ayer y éste ya se preocupara. — Fue por leña al bosque.— dijo como si nada, volviendo a su tarea mañanera.

Naruto al escuchar que el azabache había ido al bosque, no dudó en perseguirlo, por lo que abrió rápido la puerta y se fue corriendo, no sin antes gritar. — ¡Ahorita vuelvo, Ero-ojīchan!.

Naruto se adentró al bosque, buscado la silueta de su ¿novio?, para que en minutos pudiera visualizarla.

Sasuke al notar a su adorado rubio, tiró la leña y se lanzó contra el ojiazul, éste cayendo por demasiado peso y el azabache llenándolo de besos, moviendo su cola a la vez.

Naruto reía por la sensación de cosquillas en él, sin embargo se le escapó un pequeño gemido al ser besado en una parte delicada del cuello, haciendo que se sonrojara demasiado.

— Veo que a alguien le gustan mis besos.— dijo con orgullo el azabache.

— ¡Cá–cállate!. ¡Por tu culpa parezco un tomate!.— gritó con enfado y vergüenza.

— Y a mí me encantan los tomates.— confesó pasa volver a besar en los labios al Uzumaki, siendo correspondido al instante.

— ¿Interrumpo algo importante?.— preguntó una voz con tono molesto.

Naruto al reconocer esa voz, volteó la cabeza hacia arriba y miró al hombre que tanto lo cuidaba.

— ¡N–no es lo q–que parece!. ¡No hacíamos n–nada!.— tartamudeó el rubio con su vergüenza al máximo. — ¡S–Sasuke quería ver qué tan lindo estaba el suelo, por eso estaba encima de mí!.— se excusó como pudo.

— Ajá. ¿Y los besos?.

— ¿B–besos?.

— No importa. ¿Ya tienes la leña, Sasuke?.— preguntó, ignorando la tonta excusa de su tonto nieto, observando como el azabache recogía la leña que había tirado, palo por palo.

— Aquí la tengo, Jiraiya–san.

— Vuelvan a la casa, es hora de desayunar.

–v–

Primer intento:

Después de desayunar, Naruto le pidió a Sasuke salir con él por un rato.
El Uchiha al querer pasar más tiempo con su amado lo obedeció, saliendo de la cabaña y detenerse a unos metros de ésta.

— Siéntate.— pidió el rubio, encarando al contrario y mostrándole el dedo índice con dirección hacia abajo, dando a entender que SI se sentara.

— ¿Disculpa?.— preguntó el azabache, viendo el dedo, aún sin entenderlo, o creerlo...

— Quiero que te sientes.

— ¿Me crees perro?.

— 'Tal vez'.— pensó, burlándose internamente de su propia respuesta. — Tienes problemas para contenerte. Cuando te presente a mis padres no quiero que te me encimes delante de ellos.

— ¿Por qué debería de hacerlo?.

— ¡¿Quieres estar conmigo o no?!.

Sasuke al escuchar tal respuesta, decidió obedecerlo a regañadientes, sentándose como un lobo.

— Buen chico.— felicitó, dándole palmaditas en la cabeza.

Sasuke al tener ese contacto y esas palabras dedicadas SOLAMENTE hacia él, bajó las orejas y se posicionó en posición de caza para lanzarse nuevamente hacia el Uzumaki.

— ¡Nooo!.

Segundo intento:

— Si no me obedeces, te golpearé con éste palo.— amenazó, sosteniendo el palo con la mano izquierda y haciendo la acción pasada con el dedo índice de la mano derecha.

— 'Me gusta que sea rudo'.— se dijo internamente.

— Espera...— uno. — Espe...

— ¡Pégame!.— pidió el lobo, volviendo a lanzarse al Uzumaki.

— ¡Nooo!.

Tercer intento:

— Si puedes aguantar hasta el tercer espera, puedes comerte esos tomates.— dijo el rubio, señalando unos cuantos tomates que estaban en un plato. — Espera...— uno. — Espera...—

— ¡Te amo más a ti que a los tomates!.— expresó, lanzándose nuevamente al rubio.

— ¡Nooo!.

Tantos intentos después:

Naruto estaba cansando.
El azabache no lograba contenerse. Aunque lo amenazara a muerte, decidía retarlo y enfrentarse a sus amenazas.

Jiraiya llamó a ambos a cenar, puede que Naruto ocupara ese rato para descansar por un momento.

–v–

— Naruto, quiero hablar contigo.— habló el peliblanco, Naruto preocupándose por tal tono y semblante.

Jiraiya dirigió al Uzumaki a su habitación, ambos sentándose en la cama.
Había un silencio incómodo. Naruto quería preguntar el porqué estaba tan serio, sin embargo, tenía miedo.
El peliblanco rompió el silencio al momento.

— Naruto. ¿Lo amas?.— preguntó seriamente Jiraiya.
Había visto desde la tarde como su nieto entrenaba al Uchiha, y cómo este no lo obedecía, llegando al límite de tolerancia del rubio.

— Yo...

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¡Buen día panes!.

Espero y estén pasando bonito día <3.

Estamos a unos capítulos de que el fanfic llegue a su fin <'3

Comenzaré a tardar en actualizar y publicar nuevos fanfics —si, nuevos proyectos vienen en camino—, y es porque estoy en clases y me quitan gran parte de mi tiempo, que, cuando tengo tiempo solo lo quiero usar para descansar y dormir.

Espero y lo entiendan.
Y no se preocupen, no me olvidaré de las historias y serán actualizadas.

¡Eso es todo panes!.

Pd. Perdón por los errores ortográficos

~ Pan_leche

Caperucita Uzumaki (SasuNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora