𓄼𓈒 neverland ᥫ᭡ the promised neverland [ACTUALIZANDO]

­ ­ ­ ­ ­­ ­ ­ ­ ­ ­𖧧 ָ࣪ ˓˓ ii. not all is in vain ٠︐

Shawn miraba entretenido colgado entre las ramas de un árbol como la pequeña peliazul lo buscaba alejada de los demás, adentrándose al bosque sola, en ningún momento mirando hacia arriba, ni nada que la pudiese perturbar en su búsqueda. El rubio poco o nada quería llamar su atención, era un sendero que ella recorría por sí misma, y era adorable para él que lo buscará como un patito perdido, o un gatito para él.

Cuando se conocieron oficialmente, la había visto vagar sin rumbo, solo observando a los niños de cinco años jugar entre ellos, mayormente a los amigos de Emma. Fue un poco extrañable y espeluznante.

Incluso cuando se encontraba solo escuchando la canción de la caja musical, la veía detrás de los árboles mirándolo, sabía que estaba intrigada por la pieza. Podría saber la razón. La caja de música había estado con Skie desde sus días en la cuna, aunque nisiquiera se acordaba.

Hasta que finalmente decidió dar el primer paso.

—Oi enana, ¿Qué estás haciendo? —preguntó al verla voltear su cabeza a su dirección, haciendo que ella extendiera sus mejillas en un puchero molesto.

—¡Te estuve buscando! ¿¡Desde cuándo estás ahí!? —chilló Skie, tratando de trepar el mismo árbol.

—Ah, ya veo. —respondió, bajando con la misma facilidad con la que subió.

—¡Eso es increíble! ¿Puedes columpiarte entre rama y rama? ¡Enséñame!

—No es tan difícil luego de que te acostumbras. —se rasco detrás del cuello, mientras esbozaba una sonrisa.— Tienes que medir la cantidad de centímetros de lo que vas a saltar, la velocidad del viento para evitar caerte, y el peso de la rama que vaya a soportarte.

—Eres tan genial, Shawn... —eso la desánimo, el rubio era más genial siendo él mismo.— Ojalá pudiera hacer lo mismo.

—Te enseñaré si eso te hace sentir mejor.

Skie iba a chillar de felicidad, sin contar que estaban en temporadas de lluvias, dando un paso en falso y resbalando en el barro con suciedad y hojas secas, arruinando su traje blanquesino.

—Ah... ¡M-mi falda!...

Shawn contuvo las ganas de reírse delante suyo, hasta que no pudo soportarlo más y rió. Era sumamente gracioso que en vez de preocuparse de su condición, se preocupará por su prenda.

—¡Oye! —se quejó la infante. Estaba a punto de levantarse antes de caer de espaldas de nuevo.

Las risas resonantes de Shawn no se hicieron esperar. Enojada, Skie le aventó una bola de barro, haciendo que esas risotadas se detuvieran, solo para que ella empezará a reír al dejar un manchón de suciedad sobre él.

—¡Oye! —le repitió Shawn, antes de sonreír con cariño a la peliazul. Esta era la primera vez que la veía reír. Sonaba como su amada canción.