Aquel castaño oscuro se veía moverse ligeramente, las estrechas estrellas opacas se cerraban para dejar salir un suspiro o bostezo, la negra bufanda no dejaba ver la boca ante cada gesto o murmuró que hacía mirando hacia cualquier sitio que llamará su atención. A veces bajaba la bufanda y dejaba salir un poco de aire para luego ver como su aliento se veía claramente ante sus ojos antes de desaparecer a los dos segundos de lanzar un suave suspiro.
— Que frío del demonio — murmuró mirando la nieve en el piso.
— Horroroso — la voz de su compañero de equipo lo hizo saltar.
— Osamu no aparezcas de la nada — regaño a lo que el chico solo rió.
— Perdón Tarou — el apodo tan ridículo que le puso Osamu a Rintarou hizo que una mueca de desagrado se formará en su cara.
— Deja de decir Tarou… por lo menos di Rin… suenan ridículos pero prefiero Rin a Tarou — regaño mirando a Osamu, enojado con un leve aleteo de ternura en su cara, nada jamás pasaba desapercibido por el chico de cabellos grisáceos si se trataba de Suna.
— Pero te gusta lo veo en tus ojos — se acercó a la cara de Suna quedando así a escasos milímetros de su cara, pero la mirada del contrario solo miraban a través de sus ojos, veía claramente su alma y eso hizo que marcará un poco de distancia.
Bajo su mirada tratando de buscar cualquier cosa antes de que sus secretos más profundos fueran sacados a la luz; Osamu tomo suavemente el mentón de Rintarou, un lindo color carmín se adueño de sus mejillas tomando parte en el puente de su nariz. El suave y cosquilleante toque de los terciopelados en la punta de su nariz hizo que abriera su boca ligeramente mirando hacia arriba; Suna se sintió expuesto, rara vez se ponía así y el único capaz de conocer esa parte de él era Miya Osamu.
— ¿Puedo? — el melodioso susurro de Osamu hizo que Suna asintiera.
Osamu dirigió su atención a los suaves y dulces belfos del contrario, ambos chicos se fundieron en un dulce beso; Suna disfrutaba del toque, movimientos ligeros casi inperceptibles, saboreando los labios contrarios, adoraba la sensación que le daba besar a Osamu. Al separarse paso su lengua por sus labios tomando así un poco del cosquilleo y sabor que han dejado los belfos contrarios.
— Amo esto — Osamu miró embobado la mirada de Suna, el dorado opaco brillaba con intensidad, el deseo, se dijo el teñido, desviando de vez en cuando a sus labios.
Osamu mordió suave su labio inferior, se iba a apoderar nuevamente de esos suaves y acolchados belfos que su solo roce le daba una sensación inigualable de mareo y un deseo voraz — ajam! — ambos se asustaron y miraron al lado — estamos en plena calle… y ustedes dos ya se quieren comer la boca hasta Dios sabe que más harían si no los detenía? — el regaño de Kita hizo que se salieran de su burbuja, estaban en una calle, no circulaban muchas personas pero si las suficientes como para haber visto su escena.
— Calmen las hormonas hombre — bromeó Atsumu ganándose una mirada y varios insultos de su hermano.
— Atsumu no se si seas el mejor para decir eso cuando es que te encontré casi cogiendote a tu ex-novia, novia en esos momentos, en los baños — comentó Suna haciendo que Osamu aguantará la risa y los demás del equipo que apenas llegaban estaban carcajeando.
Kita tenía la mirada pegada en el suelo aguantando la risa, Atsumu estaba totalmente rojo cual tomate tratando de explicar eso. Jaque mate, penso Suna con una sonrisa de suficiencia caminando a donde debían ir mientras esperaban para celebrar todos allí juntos.
— Al menos eramos pareja — la bomba que hizo a Rintarou recordar, no eran nada oficial o real con Osamu.
La relación que tenían en sí era de mutuo acuerdo, para bajarse las hormonas, ganas, extasis, exitación al ganar un juego o frustraciones al perderlo. Él miro al piso y luego miro por sobre su hombro al chico de cabello dorado — a quién mierda le interesa que le este comiendo la polla a tu hermano sin ser nada en especial? — la voz enojada pero tranquila hizo que todos allí se quedarán callados.
Osamu estaba escapando de allí antes de tener que dar las molestas o incómodas explicaciones del porque de esa pregunta. Además de que Kita ya los ha regañado pues fue la primera persona en saber de ellos juntos; los había encontrado comiéndose la boca mientras luego se toqueteaban, luego del grito de Kita mirando aquella escena ambos supieron que un poco de adrenalina en su "relación" no era buena idea si era Kita o alguien del equipo que los descubría, de hecho no les preocupaba ser descubiertos por profesores o sus padres pues habían veces en que Osamu iba a la casa de Rintarou para follarlo con el presentimiento de que si no se cuidaban los padres del de cabello castaño oscuro los descubrirán y eso a ellos les daba más exitación de alguna forma, la idea de ser descubiertos por los señores Suna o los Miya era un sentimiento inigualable a la hora de disfrutar del otro y más si eran en la casa de los Suna. Pero jamás les causaba ese sentimiento el ser descubiertos por uno de sus compañeros y menos si era Kita. Al principio fue incómodo, luego fue el peor sentimiento del mundo y por último un regaño por parte de Kita haciendo que ellos prometieran que jamás iban a intentar coger en el gimnasio de vóleibol y además contarle a los demás de lo que pasaba entre ellos.
— Osamu… Suna — la voz de Shinsuke hizo que ambos detuvieran su paso volteando a mirarlo.
— Qué? — Rintarou miraba a Shinsuke, una batalla de miradas se desató.
— En la calle no se coman la boca porfavor… no todos son de mente abierta como nosotros y los aceptarán o su… su… ¿relación?… sin problemas… la cosa aquí es que hay personas que los insultaran o los trataran mal y es lo que menos quiero para mis amigos y equipo — comentó y Suna suspiro, Osamu asintió.
— Está bien… TÚ — señalo a una chica que caminaba mirando una tienda, la rubia lo miró — ÉL Y YO NOS COMEMOS LA BOCA Y SE LA CHUPO TODAS LAS NOCHES!!! qué harás?
— ¿Nada? — dijo confundida la chica — no es mi problema que ustedes se coman la boca o se chupen sus cosos todas las noches… felicidades por salir del closet de todas formas — sonrió y se fue de allí.
— Ves? No va a pasar nada… yo me se cuidar y se que Samu también… confía en nosotros Kita — comentó cansado Suna, esperaba estas conversaciones de sus padres, más no de sus compañeros, aunque de Kita se lo esperaba un poco, pero aún así no tanto.
— Osamu dile algo — Kita miro al chico que solo tocó dulcemente el hombro de Suna que se volteo a mirarlo.
— Rin… Kita tiene razón… no todos serán como ella… o como ellos — mostró a su equipo — tenemos que tener cuidado si?
— Ugh! Okey — no refutó ante aquel pedido de Osamu mirando al suelo con la mirada enojada y con vergüenza que solo Miya Osamu veía.
Osamu se atrevió a acariciar la fina piel expuesta del cuello de Suna con sus dedos anular y medio, haciendo que este se tranquilizara, Rintarou cerró sus ojos dejándose hacer, disfrutando del cosquilleo que le daba el toque dado por Osamu, enserio deseba perderse entre aquellos delicados toques y mimos que le eran dados.
Al final sintió como su bufanda fue puesta nuevamente en su lugar dejando que su boca fuera cubierta por la suavidad y calor que le brindaba su ropa.— Mia o tuya? — preguntó a su oído, Suna sonrió un poco.
— Mia — respondió y Osamu lo miró, los del equipo se habían ido ya hacia un tiempo pues se incomodaron por las caricias y mimos que se darían esos dos.
— Puedo marcarte? – preguntó, si aunque sonaba extraño y a Suna le odiaba tener que andar ocultando su cuello por las marcas que le propinaba el contrario, esta vez acepto pues ya estaba la mayor parte del tiempo con su cuello tapado debido al frío del invierno.
— Me encantaría que lo hicieras.
Ambos se encaminaron a la casa de Suna, disfrutar del calor que el contrario le brindaba, adorar las expresiones, miradas o incluso aquellos vergonzosos sonidos que tanto se empeñaban en ocultar de sus padres. Admirar la piel perlada del contrario, las marcas hechas por ellos para que nadie se les acercará con intenciones románticas, el sutil olor que desprendían siempre junto al suyo ahora. Era todo y de todo lo que harían allá en esa casa, desde sutiles e inocentes toques y besos castos hasta toques subidos de tono y besos donde sacaban los gemidos o quejidos más vergonzosos o sensuales posibles.
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Dulces Labios
Fiksi PenggemarSuna y Osamu son amigos con derechos. Suna quiere empezar una relación real con Osamu. Osamu quiere estar con Suna para siempre sin importar la relación, solo quiere a Suna junto a él. Ambos quieren ser una pareja real pero no saben como o por donde...