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- Sin o con? - preguntó Osamu y Suna mordió suavemente su labio inferior, un delicado sonrojo se adueñó de las facciones de Rintarou.

- Sin - dijo y Osamu sonrió atrayendo a Suna a su pecho.

- Todo bien Tarou? - preguntó y Suna asintió - Está bien mi amor.

- Deja de decir eso... es muy vergonzoso - refutó el bloqueador central escondiéndose en el cuello del contrario.

- Mi vida?

- No seas así Samu - la suave respiración de Suna hizo que Osamu riera y abrazara al chico frente suyo.

- Esta bien Tarou... vamos - dijo llevando a Suna junto a él, a la cama de Rintarou sin padres esta vez.

- Mañana tenemos algo que hacer?

- Disfrutar que tus padres te creen un santo y te dejan solo 2 días seguidos... y me dijeron que te acompañará porque se cocinar y así se evitan el tener que pagar una nueva cocina - bromeó con lo último y recibió un pequeño golpe por el chico debajo suyo - aclaremos esto ahora... arriba o abajo?

- Abajo ya ves que el otro día fui arriba - comentó y besó a Osamu.

- Amo besarte, sabías? - paso su lengua sobre los adictivos belfos contrarios, Suna dejo el paso abierto, Osamu adentro su lengua a la cavidad bucal del contrario, saboreando a Suna, sintiendolo removerse contra él.

- Osamu... Osamu... os... samu - los quejiditos, movimientos provocativos más aquel rezo desesperado era lo que adoraba Osamu de estar arriba - Osamu por... favor - rogo Suna al sentir el delicado toque en sus muslos.

- Rintarou... adoro tu cuerpo - fue lo que dijo antes de que Suna soltara un quejido de placer - cómo se siente?

- Bien... se siente bien amor - fue lo que dijo Suna para soltar unos pequeños gemidos, a veces gritaba como si quisiera que sus vecinos entendieran que estaba haciendo, que estaba siendo follando por él, Miya Osamu.

- Adentro es espectacular... amo estar dentro tuyo - jadeo Osamu para luego gruñir de placer - Rintarou amor.

- Osamu más... necesito más amor - pedía con sus ojos llorosos, soltando suspiros al oído de Osamu quien gruñia - si así... ahí Osamu.

Los quejidos, gemidos, gruñidos, suspiros, sollozos, rezos, ruegos y gritos se adueñaron de la habitación donde estaban ambos, el calor abundaba en el cuarto y ambos estaban perlados. Al cabo de unos minutos solo estaban jadeando, en la cama de Suna ambos cuerpos entre besos y unos toqueteos, entre las cobijas de Rintarou.

- Samu tengo calor - se quejó volviendo a besar al contrario.

- Ya voy - beso por último vez en la noche a Suna para llevarlo al baño.

Rintarou disfrutaba de bañarse junto a Osamu quien se la pasaba mimandolo día y noche, los dedos de Osamu colarse entre sus hebras castaño oscuro haciendo masajes que lo adormilaban, los besos en su espalda para luego sentir la esponja recorrer su cuerpo mientras disfrutaba de los mimos, besos o a veces solo la voz de su acompañante diciendole cosas que lo hacían sonreír de forma enamorada, el agua caer por su cuerpo, quitando todo residuo de lo que paso hace 5 minutos.

- Ya estás, lindo - dijo Osamu mirando como Suna se estiraba.

- Gracias Samu - la voz de Suna salio tan relajada que hizo que lo abrazara por la espalda.

- Qué hacemos ahora Suna? - preguntó y el aludido miró al techo pensando.

- Comer - dijo para levantarse y vestirse con su pijama.

Dulces Labios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora