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—¿Cita? — preguntó incrédulo el Suna, jamás pensó que Osamu tuviera los huevos para hablarle sobre algo que no sea sexo.

—Si. — respondió simple mientras rascaba su nuca evitando mirar la bonita cara de Rintarou, sonrosada con un brillo especial en sus labios rosaditos y abultados, acababa de tomar agua debido al entrenamiento. —Pienso que… deberíamos… emm… tú y yo… supongo que… esto…

Sintió con sus manos eran ligeramente presionadas por las falanges del contrario, tomando control de su voz queriendo decirle que ya estaba listo para avanzar tal como él. Pero antes de tan siquiera pensar en la forma correcta de expresarse, sintió algo suave aplicar un poco de presión sobre sus belfos. —Me encantaría — contestó feliz el chico frente suyo, realmente su mirada delataba, según Osamu, todo lo que el chico no podría decir en palabras. "Me encantaría" se quedaba corto con lo que expresaba su mirada; tan sutil, tan calmada, tan seductora, tan preciosa, tan perfecta.

Joder, si que amaba a Rintarou.

—Zoológico… Rintarou… yo… animales — fue lo único que su torpe boca alcanzó a decir, sumergido en sus pensamientos, encantado con poder hacer algo con el menor, más allá de cosas pecaminosas.

—Osamu, — habló con parsimonia moviendo sus adictivos belfos de igual manera. Estaba perdido, hundido en un amor totalmente alocado y profundo del que, si se sinceraba, no quería escapar, la razón; tranquilidad, Suna le brindaba eso con su sola existencia. —déjame conocerte aún más, quiero saber todo de ti. Quiero saber que te gusta y de que forma, como saber que no te gusta. Entenderte y adorarte, tus razones, ilusiones, miedos, virtudes y defectos. Quiero enamorarme del Osamu que aún no conozco, muéstrame todo y yo haré lo mismo. — detuvo su voz meliflua, encantando con cada palabra a Osamu, rematando con un —Por favor.

—Yo-

—Buaj que asco, no coman frente a los pobres — aquella burbuja donde Suna se mostraba tan dócil y encantador se desmoronó, mostrando al mayor que normalmente conocía; frío y arisco. Con ello el suave toque desapareció.

—No es nuestra culpa que seas una indecisa, seguro Shoyo-

—Me rendí con él. — confesó, ambos chicos se mantenían calmados, esperando que dijera lo siguiente —Mi corazón solo va con mi OmiOmi.

—Ojalá no se le pare cuando consigas tenerlo arriba tuyo. — murmuró un deseo Suna sonriendo travieso ante la mirada fastidiada de Atsumu.

—Desgraciado, Omi no es como tú, él no tiene disfunción erectil. — defendió mientras el peligris decía por lo bajo "No, para nada que la tiene".

—Tarou, emm… a qué horas vamo-

—Después de clases y no quedamos hasta la noche que es más divertido. — dedicó su última sonrisa del momento mientras ignoraba olímpicamente a Atsumu y se iba a entrenar.

—Pervertidos — se quejó el rubio mientras sacaba la lengua en señal de desagrado.

—Tú que piensas eso.

—¡¡CÁLLATE!!

⛩️🦊🍙💝🍙🦊⛩️

—Sentado debajo de un mango… debajo de un árbol de mango… sentado me puse a pensar...

—Los árboles tenemos que cuidar — completo Suna riendo mientras que Osamu tarareaba la melodía riendo igual.

—Ya vamos a hacer desorden — bromeó el ojiazul mientras veía a Suna asentir y tomarlo de la mano para correr al sitio donde experimentarán en su relación.

Mientras corrían el menor se dio cuenta de que no habían comprado boletos o algo para entrar, Suna como toda una buena influencia sugirió colarse ya que sabía por dónde era seguro. Osamu que conocía bien a Rintarou, compró dos boletas con antelación, mientras paraban a comer una torta o dulces.

Dulces Labios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora