Atsumu lo miró raro, —¿Qué? — le preguntó algo desconcertado sin entender lo que decía.
—Que no me estorbes — repitió feliz mientras miraba las hebras castañas, de apariencia sedosa y suave; perfecto tal y como el primer día. —, no te lo tomes a mal, 'Tsumu.
—Me ofendiste bien feo, 'Samu. — acotó mirando a su gemelo, se fue ofendido de la vista del aludido.
Osamu soltó un suspiro dirigiendo su mirada a aquel ser tan lindo de cabellos castaños quien lo miraba con una pequeña sonrisita. El Miya jadeó en modo de felicidad mientras dibujaba una mueca en su boca, una sonrisa coqueta.
La aureola oliva lo veía de forma excitante, la felicidad se plasmó en sus facciones; tal vez se acercaba a probar suerte con él y veía como se tornaban las cosas.—Tu hermano parece molesto — ronroneó el extraño, su aterciopelada voz fue como una droga auditiva para él; perfecto, se dijo para si mismo entre farfullos.
—Siempre lo es — murmuró con tono ronco causando un escalofrío al contrario que tragó y luego sonrió tímido escondiendo su mancha carmín en el rostro.
—Oh, ya veo. — comentó con parsimonia, en una leve acaricia para su oído, los abultados belfos lo atraparon en una sensual y adictivamente danza; y sin poder apartar la mirada se acercó, de casualidad si las cosas se daban sería mejor para todos.
Suspiró una vez llegó cerca de la bonita boquita del contrario, aquel aliento mentolado pegó al contrario que solo dio una mirada atenta a sus acciones para dar el siguiente paso. Entre ellos se fastidiaban un poco; provocándose, el ojiverde rozó sus labios rojizos con los de Miya soltando un jadeo al terminar, el peligris gruñó con resignación.
—La tensión se puede cortar — comentó Aran, ellos no le hacían caso, solamente estaban concentrados en ellos.
—Si — afirmó un chico de hebras bicolores mirando la escena pensando en lo que dirán los mayores cuando aparezcan. Osamu y el chico solo seguían jugando entre ellos —. Creo que ni siquiera saben sus nombres.
—¡¡Pero ya besalo, 'Samu!! — gritó Atsumu tratando de fastidiar a su gemelo, eso hasta que vio a un ojidorado al lado de Ojiro y cerró su boca con pena, era muy bonito.
Ambos gemelos estaban concentrados en otras cosas, pero era de alguna forma tan parecidas. Osamu decidió mirar de forma única al chico que miró a otro lado avergonzado y se separó de él, iba a pedir que continuarán hasta que escuchó una voz retumbar por las paredes —¡Primer año en filas! ¡¡YA!!
Los gemelos saltaron buscando al moreno que los ignoró por hablar con el otro chico lindo de Inarizaki. Atsumu se mordió la lengua pensando para si mismo mientras que Osamu vio al castaño hacer fila con ellos.
Un chico de tercer año pasó frente a los gemelos quedando al frente de ellos quieto, —Nombres — demandó y ambos chicos temblaron con pavor.—Miya Atsumu /Miya Osamu — gritaron al unísono causando una carcajada a los demás, la mirada del mayor se tranquilizo soltando una bufido escondiendo su risa.
—Gemelos Miya vayan con Kita Shinsuke y Ojiro Aran — mandó dirigiéndose a los otros, Osamu con curiosidad miró al ojidorado junto a Aran; lindo, pensó para si mismo comparando a Kita con-
—Suna Rintarou — el tono melifluo y lleno de parsimonia lo llamó a voltear la cabeza hacia los de primer año, el castaño era el que había hablado.
Que nombre tan bonito, pensó suspirando al de iris oliva quien se hallaba concentrado en mirar a su nuevo compañero de entrenamiento cortesía de los de tercer año.
Ahí donde lo veían no escuchaba nada en absoluto de lo decían sus amigos hasta que el rubio teñido le pegó en la nuca y despertarlo —'TSUMU — se quejó sobando la zona maltratada. —¿¡Qué carajos fue eso, idiota?!
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Dulces Labios
FanfictionSuna y Osamu son amigos con derechos. Suna quiere empezar una relación real con Osamu. Osamu quiere estar con Suna para siempre sin importar la relación, solo quiere a Suna junto a él. Ambos quieren ser una pareja real pero no saben como o por donde...