7

213 21 6
                                    

Si dijera de lo que ha logrado gracias al contrario, no podría contarlo en totalidad; era demasiado y el adoraba eso. Osamu era lo mejor que le había pasado en su vida, desde la primera vez que lo vio, en el cine, hasta ahora que lo ve peleando con su gemelo. Kita ya no estaba ahí para pararlos, debido a que se había graduado a estas alturas de la vida.
Rintarou miraba todo detenidamente, Atsumu le estaba reclamando a Osamu sobre dejar el vóleibol; recuerda vagamente la primera mención de dejar el deporte para dedicarse a la cocina.

⛩️🦊🍙💝🍙🦊⛩️

—Lo he pensado mucho… — comenzó y Suna se dedicó a mirarlo mientras se sentaba a horcajadas de él, abrazando al tiempo su pecho; así le gustaba dormir. —dejaré el vóleibol. — aquello lo había dejado en shock, estaba desprevenido; esperaba de todo menos eso.

—¿Eh? — se levantó de su comodidad buscando una explicación que nunca le llegó. —¿A qué te refieres? — insistió y Osamu abrazo su cintura escondiendo su cara en el hombro del menor.

—¡Agh! — se quejó mientras se aferraba a Suna que se dedicaba a repartir caricias por las suaves hebras teñidas del mayor. —Es solo que… no tengo esa pasión por el vóleibol como Atsumu o tú, soy bueno en ello y eso, pero…

—¿Lo vas a dejar ya? — preguntó simple besando la coronilla del chico que negó.

—Lo quiero dejar cuando termine la preparatoria, aún así no se como decírselo a Atsumu… — apretó el agarre haciendo que Rintarou entendiera la gravedad del asunto; le preocupaba como reaccionaría su gemelo a aquella noticia.

—Estará bien… lo va a entender perfectamente — comentó y Osamu soltó un quejido en desacuerdo —. Si no te entiende, le pegó.

El Miya soltó una risilla negando mientras besaba su mejilla y subía sus manos a la espalda de Rintarou que se volvió a acomodar en el pecho del mayor.

⛩️🦊🍙💝🍙🦊⛩️

Pues no se lo tomó bien, pensó acercándose a los gemelos pegándole a su nuevo capitán.

—¿Y eso por qué fue? — cuestionó con indignación el menor de los gemelos mientras veía como Suna se paraba frente a ellos.

—Deberías de entender a Osamu, al fin y al cabo él entiende tu amor por el vóleibol y tus dos amorcitos, rarito — clamó mientras se daba la vuelta para seguir practicando. Atsumu y Osamu se la pasaron en una esquina peleados e ignorándose, ambos golpeados.

—¿Enserio lo…? — murmuró mientras se destensaba.

—Lo haré, Tsumu. — contestó tensando su mandíbula.

—Entiendo, pero…

—No lo dejaré ya… — comentó acercándose a su gemelo y mirar a Rintarou practicar —cuando terminemos la preparatoria lo dejaré, ¿vale?

—Vale. — contestó mientras se resignaba a aceptar los deseos de su hermanito —Solo un año para eso.

Ahora que lo pensaba, si solamente les quedaba un año para abrirse del parche. Un año en vóleibol, un año junto a su hermano gemelo y disfrutar jugando junto a él, pero sobre todo, un año para estar con Rintarou, disfrutar su compañía.

—¿Será que… — cortó el pensamiento que le había llegado a su cabeza.

Solo me queda un año para formalizar o abandonar, ¿si no hago nada se irá de mi lado o se quedará junto a mi?; pensaba con insistencia mirando apaciguado a Rintarou bloquear algunos remates de otros miembros, enseñándole a sus nuevos compañeros sobre el entrenamiento y cómo lograr una mejoría en algunos ataques y defensas.

Dulces Labios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora