Jaque Mate

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Dream tiene que enfrentarse a las consecuencias de su "pesadilla", y escucha una canción.

***

El agarre de Dream sobre su propio pelo rubio ceniza es lo bastante bestia para arrancárselo de cuajo. Manchas de sudor marcan su espalda y cuello, haciendo de su camiseta gris una casi negra. Respira con dificultad. La estridente luz de la mañana atraviesa las rendijas de las persianas, con la promesa de una temperatura igual o peor que la de ayer. Sentado en la cama, con los codos sobre las rodillas, mira anonadado a la pared.

¿Pero qué coño ha sido ese sueño?

No sabe seguro cuánto tiempo lleva así, petrificado; el recuerdo de sus labios, y su sonrisa, y sus sonidos... Todos en bucle en su cabeza, aturdiéndolo. La furia del pánico y la confusión aparecen de golpe en su cabeza. ¿Qué hacía George en su pesadilla? ¿Cómo le hizo sentir tan a salvo, tan cálido, tan querido? ¿Por qué – Dios, por qué le besó? Aún siente la liberación a flor de piel. La siente en su sangre, en su corazón alarmado. Aún nota un cosquilleo allí donde los suaves besos de George aparecieron anoche.

Le baja ese calor por la espalda.

No había experimentado un sueño a esos niveles en mucho tiempo. Ser tocado, ser besado; sentir ese profundo y sensual abrazo que deja una clara huella en sus bóxers. Aun así, la culpa es más fuerte que la euforia. Siempre había sido divertido tirarle la caña a George, siempre había sido una broma ligera y simple... pero tener una fantasía erótica así con la imagen subconsciente de su mejor amigo es pasarse de la raya.

Con lentitud, suelta su cabello herido. La cegadora luz del día dibuja líneas deslumbrantes por sus hombros, y oye el leve canto de los pájaros de fuera por su ventana. Se han hecho un nido en las canaletas de su casa durante esta semana. Los ha podido ver de refilón alguna vez; pájaros azules y nerviosos. Sapnap se metió con él cuando se enteró de que se pasaba horas informándose sobre su especie: golondrina purpúrea. Normalmente empezaban a cantar por la mañana temprano.

Mira la hora, 8:05.

—Joder, qué asco —dice.

Mira la toalla que cuelga de su puerta, y suspira. Una ducha fría podría aclararle la cabeza y limpiar el sudor de su piel.

Una vez en el baño, abre su móvil sin saber muy bien qué está haciendo. Los mensajes de George siguen esperándolo pacientemente en la pantalla.

Igual por eso estaba en el sueño, razona Dream, es la última persona en la que pensé antes de dormirme.

Su pulgar se pasea indeciso sobre la canción que le envió, y finalmente la pone antes de meterse a la ducha.

El agua helada corre por su pecho, despertando cada nervio de su piel. Sus costillas se tensan, y se resiste a un estremecimiento que tiene a flor de piel. Piensa en su máscara tirada en la fría arena; piensa en la respiración de George en su cara. Se merece una ducha miserable o dos.

Intenta relajarse bajo el agua a medida que se habitúa a la temperatura. El suave jabón le quita la grimosa sensación que invadía su piel, y su olor finalmente se va por el desagüe. Deja escapar un suspiro satisfecho. Tiene suerte de tener agua fría en ausencia del aire acondicionado. Igual es que el clima se comporta como un sueño febril, provocando en él pensamientos ajenos que ahora se le pasan con cada caricia del agua. Limpio el pelo, limpio el cuerpo, limpia la mente, ¿no es así?

La música, antes amortiguada, ahora suena más clara desde el otro lado de la cortina.

Road shimmer, wiggling the vision, heat heat waves, I'm swimming in a mirror...

Heat Waves || DreamnotfoundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora