Heat Waves || Dreamnotfound

Polvo

Con un intercambio cuidadoso de honestas palabras, Dream y George finalmente dicen todo lo que tenían que decirse.

***

—Dream —dice George—. ¿Puedo hablar contigo?

A Dream se le cae el alma a los pies. La ansiedad que había conseguido dominar hasta ahora le cierra la garganta por completo. Los árboles de jungla en su pantalla se comban sobre él hasta marearlo.

Nunca hubiera pensado que oír su nombre en boca de George podría llegar a doler tanto. Recuerda en un parpadeo todas las veces que George ha pronunciado su nombre: con amabilidad, o irritación, o paciencia, o frustración.

Ha soñado con esto. Ha anhelado este momento.

Separa los labios en un intento de romper el terrible silencio que se ha formado, en el que aún reverbera ausentemente la voz de George.

—Hola —consigue decir Dream.

Es débil y superficial; George no pierde el tiempo en responderle: —Ahora, por favor.

George se desconecta de la llamada.

Dream parpadea varias veces antes de cerrar los ojos, oyendo a los demás hacer preguntas confundidas y riéndose con incomodidad. El ruido llena sus cascos y casi podría alzar un brazo para acallarlo; para alejarse de la charla ansiosa.

Un mensaje de Callahan aparece en el chat: ooooh estás en un buen lío

—Oh, Dream, tío —dice Tommy con la voz aguda entre sus roncas risotadas—. Parece que te hayan llamado al despacho del director. ¿Pero qué coño has hecho?

—Tommy – cállate —dice Wilbur rápidamente, acertando justo entre un sutil aviso y una broma de hermano mayor—. ¿Es que quieres que venga tu madre a echarte la bronca otra vez?

—Hace un montón que no hace eso, puto gilipollas.

Se lían a meterse el uno con el otro, llevando toda la atención a un tema del que Wilbur se niega a desviarse.

Dream está impasible. Su personaje está de pie sin hacer nada.

You whisper to WilburSoot: gracias

Ojea la ventana de Discord en su segundo monitor, la lista de nombres, y el canal bloqueado en el que el icono de George le espera pacientemente.

Problemas. Peligro. Qué he hecho.

Sapnap le saca de sus pensamientos con una orden terrorífica. —Hablamos luego, Dream.

Dream siente que se ahoga.

Se sale del juego, y murmura: —Vete a la mierda.

Sus amigos también se despiden de él torpemente, y no puede obligarse a sí mismo a responder nada antes de salirse de la llamada y cortar sus voces en seco.

Su cursor flota sobre el nombre de George.

Sabe que no puede huir de esto. El carácter ineludible de esta conversación regresa a él para asustarlo y calmarlo a la vez, guiando a sus dedos sobre el rígido plástico del ratón, hasta cliquear en el canal de voz silenciosamente.

Dream se une a la llamada.

No le saluda más que el silencio. Juega con los cordones de su sudadera con ansiedad. La sola presencia de George es ensordecedora.

—Has vuelto —dice Dream al fin, sin saber por dónde empezar.

Apático, George responde: —He vuelto.