El último día (reescrito)

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Habían pasado 40 días desde que perdió a Anthony, aún así no se resignaba a aceptar su muerte. Aunque había descuidado el jardín, pues sólo a él parecía importarle , miro como con todo y todo, girasoles crecían entre las plantas secas.

-Yo nunca plante girasoles - dijo dentro de sí.

Una mirada al cielo, buscando una señal, la más mínima . Le hacía suspirar sintiendo los rayos del sol acariciarle la cara.

Estaba recogiendo los papeles con algo de nervios, significaba que Azirafel sabía que rompió las páginas de sus libros, dejo los papeles nuevamente dentro de estos, al azar en el primero que encontró y se puso a curosear. Encontró el viejo diario y comenzó a leer echando vistas a el pasillo por si venía.

Encontró como relataba cada persona que murió por su culpa, incluso como inculpo a Sarah por una muerte que ella no causó, esa muerte que le hizo mantenerse callada tanto tiempo. Esto , de saber alguien en el pueblo o la ciudad sobre esto, le hundiría y podría ser una esperanza de vida, una vez que leyó la última página escrita, pudo ver qué mencionaba que Sarah escribiría la carta que le enviaría a su familia y sobre como sentía asco por él.

No sabía si sentir alivio por ello, pues sabía que no le tocaría indebidamente, pero... Moriría , tenía que aceptarlo ya. Estaba por morir , quién sabe cuando y eso le asustaba más .

-Quiero que sepas que te apreció mucho - le dijo Anthony esa noche . Hablaban un poco antes de dormir.

- también yo . Si te vas al cielo, habla bien de mi para cuando pueda ir yo, tendré que ir a pagar mis culpas al purgatorio-

-Lo haré, pero me gustaría despedirme de mi mamá antes de irme allá-

-Lindo, estoy segura de que ella aún te espera en casa - no quería llorar, pero acepto que le abrazara para sollozar quedito .

Azirafel se encontraba en el garaje afilando algunas cosas que ocuparía durante una madrugada. Ya tenía puesto el atuendo con el que comenzaría aquello. Había preparado ya el par de baúles en el sótano, con suerte les dejo antes del cumpleaños de Anthony, sin comer unos días . Quería tenerlos lo más livianos posibles para que al subir los baúles al auto no se lastimará la espalda.

No sabía cómo, tenía en su mente un deja vu, el sueño presente de nuevo. La vista se le nublaba y observaba todo moverse como si fuese echo de gelatina. Busco a Sarah en la habitación, con la lámpara de noche encendida pudo ver cómo Azirafel la guiaba fuera de está. Quiso avanzar tras ellos, pero tropezó. Estaba seguro que les había puesto algo en la comida y por ende ella se fue sin oponerse y él no podía levantarse.

-Tranquilo, tu turno vendrá después- le dijo Azirafel una vez que volvió a la habitación, no le vio sangre en la ropa , pero tenía miedo. Mucho miedo .

Desperto luego de un rato, se apresuro a ir a la cocina seguro de lo que vió anoche. Suspiro con un leve alivio de ver a Sarah todavía ahí, viva. Seguro de que no era producto de su imaginación, pues le abrazo para comprobar.

-Si siguen de cariñosos frente a mi, me voy a poner celoso - dijo Azirafel preparando la mesa .

-Buenos días - dijo Anthony aún abrazado a Sarah.

-Esta bien todo. No te preocupes, sólo fuimos a la ciudad a por algo- le dijo haciéndole librarle se sus brazos- vamos a desayunar-

Asintió y le acompaño ayudándole a llevar las tazas de café a la mesa. Sintió tanto miedo de no verle más .

Una visita a la ciudad lo delató, justo en ese día . Tan mala suerte tuvo que Nicolás la vio junto a Azirafel en el taller mecánico.

-No puede ser...- ambos cruzaron miradas a la distancia. Sarah se aseguró que Azirafel estuviese tan ocupado hablando con su hermano que no se diese cuenta de ello. No conocía mucho a Nicolás, así que una vez que pasó frente a él no le hizo mayor caso. Entro al auto nuevamente y Nicolás desde la lejanía en el suyo los siguió, hasta la salida por la carretera donde se vería muy obvio .

El demonio del EdénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora