Capítulo 54

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A trompicones se posó delante de ella y arrastrando las palabras de manera torpe acaparó su atención.

-¿Recu..cuerdas la vez qué..é me besas-besaste?

Sus mejillas se adueñaron de un tenue color rojo y la vergüenza le hizo desviar la mirada.

La chica hasta la coronilla de alcohol fue capaz de abstenerse a darle respuesta y dejar la pregunta viajar en el aire. Gracias a la bebida el ambiente no podía lograr tornarse incómodo y las pistas que estaban de fondo mantenían a ambos relajados como si estuvieran fuera de sí.

Rápidamente se acercaron las doce de la noche y aún seguían abasteciendose de ese dulce líquido que quemaba sus gargantas pero la sensación era realmente buena como para dejar de hacerlo.

En cuestión de tiempo se hallaban sentados delante del largo sofá aterciopelado inundandose con las melodías desastrosas de la mejor banda de la historia: Nirvana, la banda favorita de nuestra protagonista. Kurt Cobain era un ídolo para ella, más que Jung Yong Hwa; no sólo por su talento y raspoza voz a la hora de cantar, sino, por la genial persona que era, una mentalidad demasiado adelantada a su época, una mentalidad que aún no toda la gente termina de aceptar en estos tiempos. Y también se encontraban comiendo los pequeños snacks ya corriosos del eminente frío con el que convivieron desde hacía ya 3 horas.

-¿Aún tienes ese vinilo firmado por Cobain? - preguntó Min Hee mirando a lo lejos, perdido.

La chica asintió con una sonrisa que no pudo contener; la única persona a la que dejó tener el acetato entre sus manos era esa persona que tenía a su lado casualmente hablando de temas sin relación alguna pero que a la vez parecía ser confortante hablar del preciado pasado.

-Claro, me costó más que los dos ojos de la cara y mi corazón juntos. -miró hacia dónde mismo que el mayor; a la nada.- No podría desecharlo aunque quisiera.

La vio de reojo con una leve sonrisa a copia de la de ella. Y se erguio en su lugar abrazando una de sus piernas hacia si.

-¿Todavía conservas la plumilla de the demon que atrapé en su último concierto en México; la que me robaste? -dijo sin una pizca de resentimiento.

Pero era cierto que por varios meses le traía un coraje atorado en lo más vívido de su ser. Adoraba aquella pluma que pasó consigo solo un par de semanas, la tenía en una pequeña vitrina y la cuidaba con muchísima adoración.

-Me la robó Changkyun sunbaenim. -se rio sin ganas.

Posó una mano en la rodilla de él y le dio un apretón. - Ladrón que roba a ladrón, tiene mil años de perdón.

Restrego famoso refrán en su cara con gracia, por lo menos la reliquia estaba en un lugar seguro, ya era cómodo hacer bromas sobre ello. Asintió con pesadez soltando un poco de aire aún con la casi invisible sonrisa que venían presumiendo los dos durante todo ese tiempo.

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Salieron encapuchados del karaoke, tres de la madrugada en punto, el aire calaba fuertemente en sus mejillas casi quemandolas. Y el frío enrojecía los cachetes de la chica e intensificaba el rojo que adornaba la piel del masculino a causa del alcohol.

Ninguno pronunciaba palabra quizá alguien, aún debajo de las gigantes gorras de las chamarras, sería capaz de reconocer su voz con tan sólo emitir una sílaba. Pero vaya par de borrachos caminando por las limpias aceras de Seúl que hasta parecían un buen lugar para caerse y quedar dormidos. Las pantallas aún seguían encendidas mostrando los comerciales de marcas famosas y varios locales mantenían encendidas sus luces blancas y amarillas, por un momento se podía confundir que se tambaleaban entre estrellas. Pero nada más que la realidad, pronto Ji Woo aventó a Min Hee dentro de un callejón al percatarse que dentro de segundos el soju abandonaría su estómago. Y así se encontraban en la magnífica escena de ella dando leves golpes en su espalda mientras él vomitaba todo sobre una superficie cubierta parcialmente de pasto, el chico daba todo de sí a la hora de devolver; con una mano apoyada en la barda para sostenerse y no perder el equilibrio con el que no contaba y estando en cuclillas para no mancharse la fina ropa de diseñador que traía puesta.

-Vayamos al estacionamiento que está allá. - señaló la chica tan solo después que dejó de regresar el estómago.- Le hablaré a Si Uk.

El otro asintió colgándose del hombro de la contraria para seguirle el paso. Busco lugar para sentarse ambos y por suerte pudo divisar unas pequeñas cubetas, aparentemente de pintura que en dentro de poco serían usados como asientos de primera clase.

-¿Si Uk? -preguntó inmediatamente cuando el receptor atendió la llamada.

La persona más ebria de las dos cayó algo fuerte sobre su hombro soltando unos casi inaudibles ronquidos.

Después de haber concretado el lugar con su representante, se recargó en la porosa pared del sótano de aquel edificio y con sus manos tomó de manera suave la cabeza del chico para reacomodarla en su hombro en una posición que no le estuviera acuchillando la mejilla con su hueso del hombro.

Si Uk tardaría al rededor de 30 minutos en dar con el lugar. Era verdad que entre los dos ella no estaba tan ebria como para necesitar sopa de alga a la mañana siguiente, pero aquello no podía evitar que sus ojos pensaran como una mancuerna de 50 lb.

Logró no pegar por demasiado tiempo sus párpados - un gran logro si se le preguntara - pero al cabo de pelear fuertemente con la somnolencia durante bastante rato fue imposible rendirse; así su cabeza yéndose hacía atrás perdiendo todo el conocimiento.











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Perdón por no actualizar en bastante tiempo, realmente no creí que me fueran a dejar tantos proyectos este semestre🥺💗

"𝙄𝙨𝙝𝙪𝙖𝙮𝙤𝙝𝙪𝙞" ᵏᵐʰ [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora