Capítulo 18🐫

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Ganamos el primer lugar... de consolación, no bromeo, enserio ganamos pero los profesores lo hicieron al ver lo bien que sacamos la casta por la irresponsabilidad de Yeo Jin y a ella le restarán un punto de su calificación final. Todo mundo aquí aceptamos que los idols salgan de imprevisto debido a los compromisos que se les presentan pero seamos racionales, eso es trabajo y puede tolerarse. Tolerarse que salga porque a la niñita se le apeteció tener unas lindas vacaciones en Busan justo el día de la presentación, mangos. Ahora esta chica tiene rencor hacia nosotros porque no le seguimos el jueguito.

-Hoy no puedo quedarme con Min Hee. -le digo a Sonia al celular.

Está que se vuelve loca, por lo visto Min Hee se está desquitando con ellos dos.

-Por favor... -suplica.

Le cuelgo y sigo con lo mío. Pongo lo necesario en el carrito y cambio de pasillo para tomar lo que es básico para una cocina. Estoy haciendo las compras para que tengan algo que comer en su estancia con el paciente. Ninguno sabe cocinar, más que Min Hee y no es que pueda pararse y moverse como Juan por su casa en estos momentos sin que le dé un calambre ahora. Así que llevo comida instantánea, ramen, arroz y otras cosas que se ven deliciosas como muestra en el empaquetado.

Salgo del supermercado con dos bolsas gigantes en cada brazo. Debo aprender a manejar, recordaré eso. Camino sin problemas, tampoco es que esté tan delgada como las chicas acá, ¡Párese que si las jalas les vas a despegar el brazo!. La primera vez que vi que se cayó una chica pensé que se rompería todo y me alerté como nunca en la vida, pero por suerte no es así, me imagino que su complexión es así o tienen huesos muy fuertes, quizá la segunda.

-¡Yo te ayudo! -me arrebatan un par de bolsas.

-¡Hey! ¿¡Qué-

-¡Vamos! -cruza su brazo con el mío.

Sonríe una última vez y se dedica a saltar conmigo.

-¿Qué te trae por aquí? -es una de las últimas personas que esperaba verlas en la calle.

-Nos dijeron que podíamos tomarnos el resto del día libre. -dice contenta.

-¿Del día? Pero son las siete de la noche... -digo más para mí tratando de entender lo del "día libre"

-Ah, quizá no lo sepas, ¿no llevas mucho aquí verdad? -me lleva corriendo antes de que el semáforo cambie a verde.

Niego tomando bocanadas de aire. Me agarro de imprevisto esta mujer.

-Bueno, tendrás que aprenderte esto, no porque toda la población lo sepa sino porque tienes compañeros idols y aprendices. -cambia la expresión en su rostro como si fuera a decir algo de suma importancia.- Los idols no importa el status que tengan, la mayoría solemos tener las mismas reglas. Aunque si van a haber unas que otras cosas que van a variar entre cada empresa. Pero en fin, los idols llegan a las cuatro de la mañana a la compañía y salimos después de las nueve los que somos menores de edad, los que ya son mayores de edad salen después de las doce.

No puedo desimular mi cara de sorpresa.

-Los aprendices llegan a eso de las tres o cuatro de la tarde y terminan a las nueve de la noche. Los que no estudian y se dedican sólo a ser trainees llegan unas horas antes para practicar.

¡Ay wey! ¡Que cabr*n está! Es lo único que puedo pensar.

-¿Dónde queda tu casa? -me dice después de unos minutos.

Prendo mi celular y le muestro la dirección. No conozco calles, entonces por si acaso apunte la dirección en mi teléfono si se llegaba a dar esta situación.

-¡Woah, eso está muy cerca de la mía! -da saltitos y vuelve a correr tomada de mi mano como si fuese una muñeca de trapo.

Que feo ser una muñeca, entonces digamos que un peluche de trapo, eso suena mejor.

-Bueno, aquí te dejo. ¡Tengo que ver la cara de sorpresa que pondrán mis padres cuando entre a la casa! -sale corriendo hacia el elevador de regreso. Aún sigo sudando en frío, no puedo seguir subiendo al elevador sólo para ocultar mi pequeño miedo.

-¡Hasta que llegas! -corre a abrazarme Sonia.

-¿Ahora que traen? -me tambaleo pero logro recobrar el equilibrio.- No, no quiero saberlo. Mejor ayúdenme con estas bolsas.

Se separa y toma mis bolsas mientras asiente de una forma extraña o maníaca.

Voy a mi habitación y me encuentro a Min Hee sentado en el suelo delante de mi puerta.

-Si no es porque cuando me canso camino cabizbaja ya te hubiera pisado. -le digo parandome enfrente de él.

Sonríe. Estoy en sospechas de que es bipolar. No es común sus cambio repentinos de ánimo.

-No deberías estar sentado en el pasillo. El doctor dijo que solo tienes que hacer una hora de ejercicios al día y después seguir con el reposo. -le regaño primero.- Dame la mano. -le ofrezco la mano para ayudarlo a levantarse.

Me la da y tras varios intentos logra levantarse. Paso su brazo por mis hombros y lo meto a su cuarto.

-Una... Dos... Tres! -en un solo movimiento logramos que se acueste.-. No vuelvas a salir así de la cama, ¿no vez que el chiste de un grupo idol es bailar? -le doy un zape.- Buenas noches. -le alboroto el cabello y salgo se la habitación apagando las luces antes de cerrar la puerta.

Narrador omnisciente:

Min Hee estaba feliz, se ponía feliz cada que la chica le ponía atención. Su sonrisa boba en el rostro inconscientemente lo delataba. Aunque la otra chica ni gritándole al oído que la quería se daría cuenta, la chica literalmente vivía en el mundo que quería.

El chico se aferraba a la cobija que la chica le había preparado. Eso le hacía sentir un cosquilleo que le recorría todo el cuerpo. Cuando la chica tocaba algo y él lo tocaba después de ella una bendita electricidad recorría todo su ser, él la llamaba su fuente de energía; esa era su forma de recargar su batería.

Por último el chico se tocó el cabello mientras se reía por lo bajo recordando como se lo había alborotado. Era increíble lo que la chica provocaba en él.


































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"𝙄𝙨𝙝𝙪𝙖𝙮𝙤𝙝𝙪𝙞" ᵏᵐʰ [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora