Capítulo 2

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Primera regla, les dije, nadie puede entrar a mi habitación a menos que yo le haya dado permiso o alguna emergencia suceda.

Segunda regla, pueden vivir como si fuera su casa pero jamás de los jamases deben tocar mis cosas o moverlas de sitio si no me quieren ver enojada y posteriormente a ustedes de patitas en la calle.

Tercera regla, si estoy en casa y necesitan algo pueden decirle a Fernando y en caso de que no esté deben pedírselo por mensaje ya que no queremos que gente desconocida los siga y se adentre en casa.

Cuarta regla, si estoy estudiando o haciendo algo de importancia procuren hacer el mínimo ruido posible.

Quinta regla, si mi hermana no está la autoridad soy yo.

La mayoría de ellos anotaron las reglas excepto por ese tipo que se cree la persona más excepcional del mundo. El chico que me dio la grata bienvenida anoto a medias ya que su mirada incomoda se posaba en mi. Al final cuando se terminó mi aclaración de como se vive conmigo en esta casa el mayor pregunto lo más tonto que pudo haber preguntado.

-Te ves diferente, ¿estás segura que si eres hermana de Miso? -todos los demás asintieron, menos quien ya se pueden imaginar.

No soy cien por ciento coreana pero realmente no es algo que él deba restregarme en la cara.

-A mí me parece hermosa, hyung... -dijo con un tanto de inocencia el chico que no parece mucho más grande que yo.

-Te puedo asegurar que nacimos de la misma madre, existen las actas de nacimiento. -sonreí y los dejé sentados mientras aprovechaba para llevarme mis pertenencias al cuarto.

No soy capaz de responder que hicieron o pasó con ellos después de que entre a mi habitación.

Mi hermana quizá regrese hoy, es algo que estoy anhelando verdaderamente desde ayer.

No puedo quedarme en la habitación hasta que mi hermana llegue, podrían pasar días... Abro la puerta y salgo mostrando indiferencia para que a ninguno de ellos se les ocurra acercarse. Paso por un lado de ellos e ignoro que me miran como la rarita del lugar. Tomo una botella de leche saborizada y hago unos hotcakes vertiendo todos los ingredientes en la licuadora para mezclarlos y luego para pasar a la sartén. Pongo todo en una bandeja y me dispongo a salir de la cocina. Uno de ellos está asomándose por el marco, decir que una ardilla me está mirando no está tan fuera de la realidad como parece. Es uno de los más chicos, unos 16 o 17 años ha de tener. Mira mi plato en la bandeja como si fuera el manjar más rico del mundo, como si no hubiera comido en días.

-Eh... -no tengo por qué hacerlo, simplemente esquivalo.- ¿Quieres unos? -trato de sonreír pero terminó mostrando una mueca.

El chico asiente y entra a la cocina.

-Mira, allá en la licuadora quedó algo de mezcla, viéndote creo que es suficiente para que llenes. -le digo con la mayor indiferencia que puedo, aunque parece que le estoy hablando a un niño pequeño.

Se para a mi par y me voltea a ver como si esperara algo.

-Sabes usar la estufa, ¿verdad? -alzo las cejas en modo de duda.

Me mira con más extrañeza.

-Es un no. -cierro mis ojos en forma de paciencia.

Niego antes de lo que me voy a atrever a hacer.

-Te los haré, pero esta es la primera y última vez que cocinaré para ti. -suspiro y me doblo las mangas hasta los codos.

Manos a la obra, dirían.

Se asoma curiosamente por encima de mi para ver que estoy haciendo cada que termina uno y espera a que el otro esté listo. Nunca pensé que algún día la haría de cocinera.

-Eso es todo. Se acabó. -tomo de nuevo mi bandeja y salgo de la cocina.

Y de nuevo, los demás se me quedan viendo.

-¿Qué miran? -me apresuro a entrar a mi habitación.

Narrador omnisciente:

-Ella se preparo el desayuno, ¿cierto? -dijo uno de ellos.

-Estás en lo correcto. -dijo el mayor.

-¿Habrá hecho algo para nosotros? -volvió a preguntar dudoso.

-Tal vez, parece ser buena persona. -dijo pensativo.

-Vamos a confirmar si hay algo. -dijo el más alto y callado de los cinco.

Realmente se estaba muriendo de hambre, él nunca decía palabra alguna sin pensarlo antes.

Todos los que estaban sentados en la sala fueron a inspeccionar la cocina. Al entrar estaban confundidos.

-¡Hola! -saludo animoso el menor.

Él se encontraba limpiando el caos que había causado Jiwoo y los otros miraban con la boca abierta. Estaba feliz haciéndolo.

-¿Qué haces? -reaccionó el mayor.

-¿Te puedo hablar como hablan aquí? -dijo sonriente el chico.

-¿A qué te refieres? -el más pequeño lo hizo confundir.

-A decirte por tu nombre, Young-Soo. -estaba emocionado lo cual desconcertaba a sus mayores.

-¿¡Qué!? -se sorprendió al escuchar a su menor pronunciarlo.

-No se, me parece que se escucha mejor decirte así. -pasaba el trapo húmedo por el mármol.

-Olvídalo. -negó con las manos.- Dime que es lo que estás pretendiendo hacer ahora.

-Ah, esto. -se rió por lo bajo.- Noona... que diga, Jiwoo-sshi cocinó por lo cual a mi me toca limpiar. -dijo autosuficiente.- Lo siento es que pensé que era mayor que yo... ¡pero, ya me disculpe por decirle noona!

-¿Comparten la misma edad? -dijo aturdido el chico que dormía en su habitación.- Entonces soy mayor que ella...

-¡Cállate! -le pegó el chico alto.- ¿Y la comida? -dijo impaciente con una sonrisa.

-Tiene buen corazón al final de todo. -sonrió complacido el mayor.

El menor, Jeong-Ho, se puso un poco nervioso.

-Dinos, ¿dónde está lo que preparó? -impaciente se hizo campo entre los muchachos Young-Soo.

Sonrió apenado Jeong-Ho rascándose la nuca.

-¿¡Qué pasa!?, ¿¡por qué no nos dices nada!? -con desesperación gritó quien no se había hecho notar desde que la princesa del lugar llegó.- La escondiste, ¿no es así? -se reía incrédulo no queriendo aceptar que no había nada.

-Lo que pasa... -dejó el trapo cerca del lavaplatos y junto sus manos en el centro moviendo sus dedos tiernamente.

-¿Qué pasa? -dijo tratando de calmarse el chico de mayor estatura.

-Mmm... me asomé a ver que olía tan bien y ella me descubrió curioseando y me ofreció lo que quedaba... -se enconrvó apenado.- No hay nada. Todo lo comimos. -se rió tiernamente y junto sus dos pies para causarles algún sentimiento para que se apiadaran de él.

-¿¡No nos guardaste ni una migaja!? -de repente todo se volvió serio.

El menor negó haciendo pucheros al ver que sus mayores le veían con una mirada asesina.






















[🍑]
Hasta ahora no está detallado quien es quien, se los dejo a la imaginación jsjsjsjjs

"𝙄𝙨𝙝𝙪𝙖𝙮𝙤𝙝𝙪𝙞" ᵏᵐʰ [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora