Capítulo 1

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Cuando el avión aterrizó una oleada de frío invadió el ambiente. La niebla abarcaba toda la pista, ni siquiera podían divisarse las lineas pintadas en el asfalto con pintura blanca. Parecía que de pronto más cerca que tarde surgiría una escena de terror, de esas en las que todo se ve misterioso, perturbador y de repente sale algo y te cuchilla.

Desabordé con el paso atontado gracias a las casi 24 horas de viaje continuas. Al entrar al pasillo una de las azafatas que trabajan en tierra me trató como la fiel niña que era. Me dio instrucciones de como llegar a la cinta y como recoger mis maletas. Le agradezcí por mera educación, claro que yo sabía hacer eso.

Pasé por mis maletas y me encaminé lo más próximo a la entrada. El lugar estaba relativamente vacío no más de 40 personas estabamos ahí. Es cierto que no pasaban más allá de las 4:00 am pero estaba segura que debería de haber más almas, aunque hubiera sido solo para comprar algo en alguna de las tienditas que se encontraban. Además era la única persona que estaba sola, no tenía a alguien dándome la bienvenida, era extraño que nadie aún no llegara a recibirme o llevarme, como se escuchara mejor.

Miré a mis lados como la mayoría de las personas estaban acompañadas, llenándose de abrazos y cariños.

Volví de un intercambio escolar, fueron tres años, sólo quise conocer un poco más de la cultura de aquel país. No hice muchos amigos, uno o dos si bien me fue. La mayoría temía hablar conmigo, supongo que preferirían no batallar hablando inglés conmigo. Lo admito la mayoría no dominaba el idioma extranjero. Traté de aprender su idioma a la perfección, pero no pase de saber saludar, agradecer y presentarme de manera formal, porque hasta este punto de mi vida sólo se hablar informalmente y a la mayoría no les pareció que me refiriera a ellos de tal forma.

Curiosamente extrañaba este lugar. Siempre me quejé de todo, no es algo que pueda negar como si nada, toda mi vida me he conocido y reconozco cualquier cosa que hago. Así como cuando acepté todas mis verdades cuando la tía de Mi So llegaba a casa y me decía que hacer y que no, pero me cayó bien la señora eso si no puedo ocultarlo.

Entonces sigo aquí esperando que el chófer de mi hermana venga a recogerme.

No fue necesario que ella le dijera - aunque estoy segura que ella se lo pidió aunque sea 5 veces -, yo le he llamado justo cuando aterrice; realmente es triste pensarlo ahora pero ya me había hecho a la idea de que la mayor probabilidad era que mi hermana no iba a venir por la agenda que tiene. Así que me hice cargo de mi bienvenida podría decirlo para llevarme un poco de crédito.

-Ya estoy aquí. -sale de la camioneta negra y toma mis maletas una por una metiendolas en el maletero.

-¿Mi hermana no hizo nada ni mandó nada? -con un hilo de esperanza que se hubiera acordado de mi llegada hice la pregunta.

Sube al auto y yo copio su acto.

-Podría decirse que si, hace unas cuantas semanas cuando usted nos compartió la fecha de regreso, ella se encargó de que desde ese mismo día mantuvieran la casa impecable y que le dieran mantenimiento a tu habitación. -enciende el auto y dejamos detrás el aeropuerto.

-¿Estás seguro de ello, Fer? -digo de una forma un tanto aterradora como si fuese una empresaria o alguien con tal rango similar.

Me coloco uno de los audífonos y expresó un poco menos de atención a la conversación.

-Le juro que hace unas semanas era exactamente como se lo platique, pero pasó algo imprevisto y está tratando de solucionarlo. -asiente repetidas veces y gira para salir de carretera.

-De acuerdo. Solo informale que ya llegue. -me pongo la almohadilla para el cuello y cierro los ojos sumergida en la música.

-Ji Woo, hemos llegado. -abre mi puerta y se encamina a la puerta.- ¿Usted sabe el código cierto?

Niego, nunca le tome importancia ya que solo tocaba al llegar y mi hermana abría la puerta.

-Su hermana todavía no está aquí, está en unos asuntos de trabajo. -deja las maletas en el centro de la sala y sale de la casa.

Giro en medio de la habitación repasando todo lo que ha cambiado, mi hermana suele tener remodelaciones cada tanto, digamos que nunca lo ves venir.

Jalo la maleta más grande hacia mí habitación. Al tomar la manija de la puerta me sorprende encontrarme con que no estaba cerrada, quizá la dejó abierta por error o traía mucha prisa.

-¡Ahhhh! -grito soltando un poco de aire.

Me dejó caer a la cama sin pensarlo dos veces esperando sentir ese confort de estar en tu propio espacio.

-¡Ay!

Me levanto de golpe al escuchar y darme cuenta que mi cama no estaba desocupada. Señalo a la persona un poco temerosa retrocediendo.

-¿Quién rayos eres tú? -digo un poco dudosa con mi celular en mano preparado para llamar a la policía.

El chico se sienta sobresaltado. Nos miramos un par de minutos esperando a ver quien ataca primero, estamos espectantes a lo que el otro haga.

Lo escaneo lentamente, parece una presa fácil. Se muestra asustado y sumiso, justo ahora hecharlo de la casa no sería un problema. Pero, está abrazando a uno de mis peluches. Se ve tierno, pero el enojo es aún más fuerte que su ternura. Podría estallar en cualquier momento.

-Suelta el conejo. -digo un poco apasiguada.

Me mira asustado pero no lo suelta, no afloja el agarre ni un poco.

-He dicho que sueltes al conejo. -trato de contener mis ganas de gritar. No por enojo o frustración, sino por miedo.- Debes soltar al conejo y salir de mi habitación.

Tal vez sea una persona que mi hermana a acogido, resulta que su corazón es tan gigante que no le basta con traer animales en situación de calle a casa - lo cual no me molesta, realmente amo los animales - , sino que trae a cualquier extraño que se encuentra en la esquina o fuera del supermercado.

Este chico tiene una cara de bebé, como ya dije antes, es algo tierno.

-Te he dicho que salgas de aquí y dejes todo. -digo con un hilo de paciencia.

No soy la madre Teresa de Calcuta ni mucho menos, ni siquiera dispongo de tanta paciencia como debería tener. Y él sigue sin hacer nada simplemente se me queda viendo. Sus ojos van perdiendo el miedo y comienza a acercar su rostro a mi dirección.

-Eres muy linda. -dice anonadado.

Me quedo estupefacta por unos instantes.

-¡Que salgas de la maldita habitación te estoy diciendo! -grito con los ojos cerrados y con mis manos firmes hechas puño.

Se sobresalta un poco pero me sigue mirando como si fuera la primera mujer que ha visto.

Se escuchan los portazos y las pisadas que se dirigen a la habitación. Hay más personas aquí.

-¿¡Qué pasó!? -llega corriendo un hombre de unos 26 o 28 años con un séquito detrás.

-¡Quiero que todos y cada uno de ustedes se sienten en el sofá blanco de la sala en tres! -grito de nuevo y alzo mi mano al nivel de mi cara.

El más grande de todos se me queda viendo incrédulo.

-Uno. -les doy la espalda y levanto un dedo.

Uno de ellos, uno de los más jóvenes se va corriendo hacia donde indique.

-Dos... -levanto el dedo medio lentamente.

Todos se van corriendo excepto el mayor. El chico que hacía acostado en mi cama pasó a un lado suyo y lo volteó a ver como si estuviera loco.

-¿Enserio no quiere sentarse? -me doy la vuelta y le muestro una de mis peores caras.- ¿O quiere enterarse por medio de quien los trajo aquí cuanto influyo en que sigan con su estadía aquí? -le sonrío.

Sale disparado a la sala, como esperé.























[🍉]
Wueno, vamos empezando no se me alteren tarde o temprano aparecerá Min Hee. Calmemos la chakras (me incluyo porque ya lo quería meter desde el primer capitulo jajajaja)

"𝙄𝙨𝙝𝙪𝙖𝙮𝙤𝙝𝙪𝙞" ᵏᵐʰ [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora