Ya desde hace tiempo la atención del protagonista se había dirigido a la del sujeto de gran altura y cabellera azul. No solo por su peculiar apariencia, sino que también por su extraña rutina, la cual consistía en que cada fin de semana a la misma h...
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𝙽𝚊𝚛𝚌𝚒𝚜𝚘
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La clase transcurría de forma normal, con la pequeña diferencia de que era un día lluvioso. Al ya haber terminado el cuestionario que nos habían dado a completar, observaba la ventana mientras mordía mi lapicera, pensando en el sujeto de pelo azulado. Desde que tuve aquella charla con Chieko, se me hizo inevitable de vez en cuando pensar en ese chico, probablemente producto de mi curiosidad por saber quien era. Me gustaría acercarme a hablarle, pero este caso era diferente. No solía ser una persona tímida, tampoco extrovertida, era más como un intermedio, dependiendo la persona con la que quisiese hablarle. Sin embargo, aquel sujeto presentaba una apariencia intimidadora, era inevitable no sentirse inferior ante su presencia. También esto último me preocupaba, ¿qué sucedería si realmente era un delincuente? Lo último que quería era meterse con uno.
Estando en mi nube de pensamientos, no me percato que una de mis compañeras me estaba llamando ya desde hace unos minutos, terminando por cansarse y sacudir mi hombro de manera brusca, causando un leve salto por mi parte.
— (N), ¿estás bien? — pregunta ella con una expresión de preocupación.
— Sí, disculpa, ¿qué estabas diciendo? — pregunto con una sonrisa, sentándome en una posición más cómoda para verle.
— Solo quería que firmaras esto, una votación del aula para que cambien los horarios de algunas materias.
— Oh, claro, por supuesto.
Agarro mi birome, la cual anteriormente estaba mordiendo, y comienzo a leer el papel con detenimiento, pero extrañamente no podía concentrarme. El chico del parque acaparaba cada espacio de mi mente, negándole rotundamente a pensar en otra cosa que no fuese él, ¿es normal llegar a tener ese nivel de interés por una persona?
— ¿Puedo hacerte una pregunta? — giro mi vista hacia ella, la cual aún se mantenía parada frente a mí.
