❝ℬutterfly.❞ ; Saiki Kusuo.

Esforzarse ; 09.

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Y así, Suiren se mantuvo una semana ocupada, anotando todo lo que pueda en su ahora nueva libretita para los apuntes. Saiki estuvo más que pendiente de ella ahora, en su cabecita rondaba la vez que ella le dijo ''Buena suerte'' y hace poco, despertó una nueva curiosidad.

''Chiyo-chan''

Era la primera vez que veía un suceso así, Takane no hana, llamando por su nombre a alguien que no sea su amiga de la infancia. Miró de reojo a la muchacha, quien escribía y escribía, miraba la pizarra y escribía. Casi todos estaban fuera del salón ya que la clase había terminado y el receso recién empezado, sin embargo algunos se quedaron, ya sea para terminar de anotar todo en la pizarra o charlar, comer, sentarse en un lugar tranquilo, etc

Notó cómo su amiga pelinegra se sentaba a su lado en algún sitio vacío, ayudándola en lo que pueda o simplemente sin decir una palabra para no molestar.

Ella de  verdad, se estaba esforzando.

— ¿Saiki?~ ¿Qué estás mirando? — Reita, se dirigió a mí algo burlón cuando notó que estaba distraído, haciendo todo tipo de teorías raras sobre mí debido a que yo estaba mirándola a ella, qué idiota molestoso. Lo fulminé con la mirada.

— Nada que te importe. — Lo ignoré, ahora dejando de observar a esa chica que, todos miraban cuando podían, sin embargo esos tarados eran como zombies cada que la veían, se les caía la baba, sus rostros eran ridículamente parecidos a el de unos enamorados, la idolatraban he incluso fantaseaban con ella. Qué idiotas, no es como si fuera la última gelatina de café  del mundo.

Hablando de eso podría ir por una luego de clases.

Mientras el grupito de tarados hablaban de cualquier cosa, de ir a un arcade luego de clases, ir por ramen -Ya deberían saber quien sugirió eso- o ir a una casa abandonada, cosa que nadie en realidad quería, mucho menos Kaido.

Y él lo había sugerido.

En cambio, Reita, sólo miraba sonrojado a la chica, murmurando cosas sobre su belleza y así, era tremendo simp.

— Ahhh, Takane-san.~ — Y Ahí va otra vez. Rodé los ojos, tratando de no escuchar sus ridículos alabos hacia la chica, mirando por la ventana. chato. — Aunque ella no hable, está bien.~ ¡Ella sería una buena cita incluso si no habla o si no sonríe! Ella sería buena de todas maneras.

"Incluso si no habla o si no sonríe."

— Shiba.. Shibazeki-san. ¿Ella de verdad no habla? — Pregunté de impulso, desviando la mirada y mostrándome tranquilo, neutral. Sudé un poco cuando Reita me miró sospechosamente, sabía que no tenía que preguntar. Estaba seguro de que ahora este imbécil hará todo tipo de teorías en su cabeza.

— ¿Eh? ¿Por qué preguntas eso? — Soltó, con cara de poker, ignorandome a mí y a mi pregunta, como si hubiera preguntado algo obvio, mientras seguía caminando. Suspiré aliviado, al menos no me estaba molestando. — Su amiga dijo algo así, que no le gusta hablar.

Mientras los demás chicos seguían caminando, yo les seguí el paso pero, me detuve a mirarla. No habla, no le gusta hacerlo. No sonríe, tampoco le gusta.

¿Entonces por qué..?

Fruncí el ceño, mirándola escribir y escribir. Hasta que pareció notar mi mirada y me miró, sorprendiéndome. Me apresuré en caminar con rapidez, evitando su mirada al sentir una molestia en mi pecho, al igual que en mis mejillas.

¿Entonces por qué me habla a mí?

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El día se pasó de largo, en el almuerzo, Suiren no se despegaba del salón de clases, almorzó ahí, por lo tanto en la azotea solo estaba Yumehara y la pelinegra, pero la última se fue apenas terminó ya que quería ayudar a su amiga o mantener a los idiotas lejos de ella mientras estaba ocupada esforzándose. Qué buena amiga.