Suerte; 04.

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—  ¡Saiki! ¡Al menos escúchame!

— No.

Aquel pelirosa caminaba con muchísima rapidez hacia el instituto, intentando alejarse de un sujeto lamentable y asqueroso, que lo perseguía como si quisiera algo de él, acosándolo.

Exactamente. Era Reita, el pervertido.

— ¡Es sobre la chica nueva de la que todos hablan! — Gritó jadeante, había corrido demasiado intentando perseguir al amante de la monotonía, y ni siquiera fue capaz de alcanzarlo. Estaba tan cansado que no pudo más y se dejó caer al frío suelo, dejando cerrar sus pesados párpados, preparándose para morir en ese frío lugar. Pero no tanto como el corazón de quien lo dejó así.

— ¿Qué dijiste? Oh, hablando del rey de roma... Reita levantó la mirada en cuanto escuchó la voz de dios- digo, Saiki. Él se había parado al lado de su cabeza, mirando hacia abajo para observar al derrotado muchacho, quien se tomó unos cuantos segundos para cuestionarse su razón de vivir y así tratar de levantarse, mirando extrañado a Saiki.

Le resultó curioso, Saiki estaba interesado en saber de ella al parecer.

— No es así. — Negó inmediatamente, frunciendo el ceño y mostrándose disgustado, había escuchado su pensar. Reita había olvidado por un segundo que su contrario podía leer mentes, así que se descuidó un poco. Pero en vez de mostrarse arrepentido o sorprendido, se vio curioso y confundido.

— ¿Hah? Pero si-— Saiki le dio una advertencia con una mirada feroz, él entendió de inmediato que olvidara el tema si es que quería seguir viviendo. Tragó saliva y río nervioso, pasando una mano por su cabello y sintiendo que en cualquier momento moriría en manos del psíquico. - B-Bueno, cambiando de tema...

¿Qué pasa? El ambiente se sintió pesado de la nada y el rostro del nervioso chico, había cambiado a uno completamente serio, no parecía ser una broma. Saiki se miró confundido.

— Los fantasmas me dijeron algo de su pasado, es serio.

— Oh, vaya.

Y se dio media vuelta, caminando tranquilamente y sin expresión a la escuela. Dejando atrás a un Reita completamente ignorado. Se agarró los cabellos y exclamó, frustrado ante la falta de interés de Saiki.

— ¿¡Vaya!? ¿Sólo dirás eso? ¡Me puse serio para nada!

🦋

Al llegar al instituto, aquella alma en desgracia seguía pegada de mi asi que, aquí estamos. Demonios, ya aléjate. Es desagradable. En vez de entrar al salón, Reita espiaba a la famosa Takane no hana desde la puerta entre abierta, no me dejaba pasar. Bueno, de todas formas no quiero que me vean con un sujeto con el rostro babeante y una expresión extraña.

— ¿Terminaste? quiero sentarme, maldición. — Chasqueé la lengua, cruzándose de brazos. Desviando mi mirada a la ventana, no quería seguir viendo al idiota junto a mí. Hoy hace un buen dia.

— Solo un poco más.. Uhuhu.~ Takane-san es hermosa.~ — Soltó con una risa y un rostro repugnante. Este tipo tiene problemas serios, voy a dejarlo solo y me iré. — Tienes suerte de estar en el mismo salón que ella. Me pregunto como se verán sus pan-

Mi buen día fue arruinado.

No soporté más sus estupideces y le di un buen golpe en la cara a mano abierta, como una cachetada. Algo que, no salió bien.

Para él.

— Uh. — Creo que me sobrepasé, voló hasta chocar contra la pared de atrás. Lo vi lloriquear y sobarse la cabeza. Ah, sigue con vida. Me encogí de hombros y finalmente, abrí por completo la puerta, entrando a mi salón, mientras de fondo escuchaba los quejidos de Reita. Tú te lo buscaste, idiota.

❝ℬutterfly.❞ ; Saiki Kusuo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora