Chiyo-chan ; 08.

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La próxima semana, es una semana horrible, en la que todos están estresados. Una semana donde todo ser humano que alguna vez fue estudiante, pudo sentir como su alma dejaba su cuerpo y los maestros se reían internamente de los pobres estudiantes, regalándoles la dulce sensación de desesperación gracias al evento del mes, el cual se llamaba;

La semana de exámenes.

Bueno, basta. Sin exagerar.

La próxima semana, tenemos exámenes. No son los finales, pero no quiere decir que no sean importantes, ya que afecta a tu promedio general. Así que hay que estudiar bastante si quieres sobrevivir. En cambio yo, soy diferente al resto, no sufro gracias a los exámenes. Puedo manejarlo perfectamente sin tener la necesidad de estudiar, ya que, soy psíquico.

En lo único que tengo que esforzarme es en no sobresalir, no es mucho trabajo si se trata de los exámenes.

🦋

Era un nuevo día, la vida de Suiren se llenaba de sorpresas todos los días.

Tanto como de buenas y malas.

Más malas que buenas, ya que últimamente sus cosas se pierden, no sabe por qué ni cómo ocurre, esas son cosas que tiene un segundo a la vista y luego, simplemente desaparecen. Quiso creer que podría ser su imaginación, pero luego de estar buscando medio día entero junto con esta mañana el pompón, que era realmente importante, no lo encontró.

De por sí su mañana había empezado mal.

Suiren miró la hora en su celular, caminando tranquilamente a la casa de su amiga.

08:15

No era ni temprano ni tarde, podían llegar antes que la primera clase empezara. Esta vez Kao-chan se quedó dormida así que tendría que ir a buscarla. No muchas veces pasa, pero como su casa queda cerca, no es molestia.

Cuando llegó, se detuvo en la entrada, miró el gran portón y tocó el timbre. Como de costumbre, esperó unos segundos y sonó un Beep para luego abrirse el portón, dejando ver el patio y los perros.

De alguna manera, a la familia de Kaori, le encantan los pitbulls y todo tipo de razas aterradoras, así que tienen como seis. Al principio, a Suiren no le gustaba ir a la casa de Kaori, ya que los perros le daban miedo, pero ahora ella se había acostumbrado he incluso los veía como criaturas adorables.

Entró y el portón se cerró detrás de ella, dejando ver la casa, que era más un templo que una. Apretó la correa de la mochila y siguió caminando hasta la entrada de la casa.

Pero los perros, apenas vieron a Suiren, se lanzaron a ella.

Y la llenaron de sus besos.

Suiren se puso nerviosa, no sabía cómo lidiar con perros tan cariñosos, nunca pudo. Ella sólo mantenía el equilibrio, intentando no caerse gracias al peso de los perros sobre Suiren, buscando que ella les dé amor. Así que sin negarse, se sentó en la entrada y los perros apoyaron sus patitas en su regazo, algunos en su costado y ella les daba caricias. Esos perros eran muy cariñosos y amistosos con Suiren, la amaban.

Es decir, no está tan mal.

Escuchó un silbido, un aplauso y los perros se separaron inmediatamente de Suiren, ella, se giró para encontrarse con su amiga, a quien llamaba Kao-chan.

- Buen día, Suiren. ¿Esperaste mucho? - Sonrió, acomodándose la mochila. Suiren se puso de pie y negó, más alegre que antes. Ambas comenzaron a caminar a la salida. Kaori bostezó, se miraba adormilada.

❝ℬutterfly.❞ ; Saiki Kusuo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora