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Naida

Una noche pasada de tragos.

Sus palabras me tomaron por sorpresa y pude jurar que me sonroje y mas viendo esos hermosos ojos, pero antes de que lo alcance a notar, gire rápidamente mi rostro hacia adelante y mi cabello ayudo a que no me vea bien.

Deja la botella un lado y alcanzo a tomarla y me empino otro trago.

―¿Y tus padres? ―pregunto tratando de disimular mi nerviosismo.

―De viaje de negocios en la ciudad vecina ―contesta secamente, su mirada esta perdida en la vista y en sus ojos se reflejan las luces de la ciudad.

―Oh, entonces por eso hicieron la fiesta ―sigo tratando de que la conversación no se muera, el alcohol me pone creativa. 

―Pues Abel es el que quiso hacerla ―se alza de hombros y toma otro trago―. Aunque al final me  esta resultando divertida.

―¿Ustedes de verdad son hermanos?―pregunto divertida y pongo una mano sobre mi barbilla pensativa y me giro hacia el―. Es que son tan diferentes, el tan alegre y tu tan gruñón ―lo miro entrecerrando los ojos.

El por su parte me mira divertido y sonríe.

 ―¿Crees que soy un gruñón?―pregunta levantando una de sus cejas―. Yalanci eso es una falta de respeto hacia mi persona ―Se lleva una mano al pecho indignado. 

―Puede.. ―tomo otro trago y siento su mirada en mi rostro prácticamente en  mis labios. El chico de ojos lindos quiere que me de un paro cardíaco.

―Y bueno.. ¿Qué crees que se conversa en una noche de tragos y viendo el cielo lleno de algunas estrellas con una posible lluvia acercándose? ―pregunta.

 Yo solo alzo los hombros como respuesta.

―No tengo ni la mas mínima idea, ¿Será del futuro?

―¿Del futuro?

―De cosas que pensamos que nos sucederán ―tomo de la botella y el se queda pensativo.

―Y que piensas hacer en tu posible futuro Yalanci ―me mira y recuerdo mi primer meta luego de graduarme.

Quizás deberia decirle sobre mi mayor sueño pero prefiero hablar sobre el mas sencillo. Quizas eso me haga ver mas interesante en el futuro.

―Tener un auto ―respondo sonriendo.

―Un auto ―repite pensativo― ¿Porque?.

―Para poder salir tranquilamente, sin pensar en si va llover o no ―respondo viendo las luces hermosas que se ven de la ciudad. 

―Parece que la lluvia siempre te toma desprevenida ―sonríe ante de tomar.

 ―De hecho cuando tenia ocho años, con Celeste decidimos escaparnos para ir a comer unos helados ―Sonrío al recordar esa maravillosa idea que tuvimos de pequeñas― La escapada fue un éxito, nos divertimos comiendo y fue gracioso ver como unas niñas de ocho años pedían y pagaban como unas personas adultas o eso no sentíamos nosotras ―niego sonriendo y tomo la botella para tomar otro trago.

Creo que no estoy midiendo el nivel de alcohol en mi pero ni siquiera me importa.

―Me lo imagino ―sonríe Asher prestándome atención.

Quizás sea efecto del alcohol en mi pero ya no me incomoda su mirada.

―Pero a la hora de irnos a casa, había una lluvia un poco fuerte, Celeste y yo decidimos irnos corriendo por la lluvia y nos mojamos mucho y creo que hasta nos perdimos ―sonrío al recordar a Celeste llorando porque no recordaba donde se encontraba su casa y la mía― nos las pasamos caminando por la lluvia hasta que nos encontramos un gatito perdido escondido debajo de una caja pequeña.

KalopsiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora