Parte |04|

360 25 10
                                    

Emilio no lo miro durante los siguientes días.

Quería sentirse mal por ello, pero en realidad no lo hacía, Emilio estaba comportándose como siempre así que no había un cambio brusco en cuando a su forma de actuar a su alrededor.

Cuando Joaquín se entero gracias a María que Seidy había tomado su lugar como auxiliar, sintió una ligera molestia en la boca del estómago, obligándose a concentrarse en lo que importa dejo de tener interés en Emilio, el tipo parecía realmente heterosexual, realmente indiferente a el, y demasiado atraído a su peor Enemiga , asi que todo era sumamente extraño y obviamente desalentador, no pensaba insistir más, el viernes en la fiesta iba a conseguir a alguien con quien tener sexo, no iba a relajarse e iba a olvidar que había sido olímpicamente rechazado por su guapo y atractivo instructor de baile. O al menos eso pensó. Mientras recogía su mochila y la colgada en su espalda.

-¡Hey Emi- Bufando interiormente Joaquín se forzó a no darle importancia a la conversación a sus espaldas.

Imito en voz baja, con cierta molestia las palabras de la chica, metió los zapatos de Diego en la mochila, ni siquiera sabia porque diablos estaba cargando esos malditos zapatos horribles, debía tirarlos, eso haría justo ahora, resoplando con los labios hacia afuera se puso de pie, peino sus rizos un poco antes de comenzar a andar hacia la salida.

Una voz lo detuvo.

¡Maldita costumbre!

-Joaquín.- Si, ese era Emilio ha- No te vayas, quiero hablar contigo.- Aspirando un suspiro, giro sobre los talones, encontrándose con Seidy casi sobre Emilio. Casi.

Encogiéndose de hombros dijo.- Okey.- Se recargo en la pared. Mientras esperaba a que la parejita según terminara de hablar. Ellos susurraron algunas cosas mas y luego Seidy camino a la salida, no sin antes darle una sonrisa burlesca.

Si las cosas con Emilio no hubieran terminado como lo hicieron, esta noche estaría yendo juntos a la fiesta, pero era así, Emilio pasaba de él.

-Espero estés conciende de que, no estoy obligado a cumplir nuestro trato, después de que abandonaras las clases, no lo estoy.- Joaquín asintió.

El rostro serio, la mirada tranquila.

-Tiene el campo libre para ir con quien quiera, en caso de querer ir, estoy bastante bien con eso, así que lo entiendo perfectamente instructor.- Emilio frunció el ceño, cruzándose de brazos.

-Eres malo fingiendo- murmuro. Joaquín sonrió negando con la cabeza.

-Si eso lo hace sentir bien, no tengo problemas en lo que piense.- Justo ahí, su expresión seria e indescriptible cambio a una mueca descompuesta.

-Admitiste sentirte atraído por mi, asi que pensarlo, u intuirlo no es difícil.- Emilio murmuro, con la mandíbula tensa.

-Oh si, pero que me sienta atraído por usted físicamente, no significa que viva en mi cabeza todos los jodidos días.- Joaquín sonrió dulcemente.

-Yo no dije eso. El mostro aún más los dientes.

-Lo piensa- continuo.- Jodidamente lo hace, cree que esta en mi cabeza, porque aunque no quiera admitirlo ama la ida de imaginarlo así.- Emilio soltó una carcajada, se estaba claramente burlando.

-Vuelas muy alto he.- Joaquín se encogió de hombros.

Tomando esa actitud dominante, se movió un poco más de cerca de el, los ojos chispeando en dirección al torno marcado a través de esa playera azul, ladeo la cabeza cuando sus narices casi estaban rozándose, y entonces la sonrisa de Emilio se borró, su cuerpo irradiando tensión, hasta que Joaquín pudo sentir el calor y desesperación emanando a borbotones de ese cuerpo grande y musculoso. Uh. Tenía ganas de saborear el sudor que corría a través del cuello, chupar y chupar hasta dejar una fila de marcas roja en esa área. Consiente de la mirada en sus labios, paso la lengua con lentitud hasta detenerse en su piercing y juguetear con el unos segundos.

SM -EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora