Destinados [KHR] [Omegaverse]

✧23✧ Calci e pugni.

Espero seguir con la rutina de dos capítulos por semana. Ay ₍₍◞( •௰• )◟₎₎

Odio las secadoras de cabello y la palabra "fornicar" pero odio más a Giotto 🙂😂 JAJAJAJAJAJAJAJA

Disfruten esto 🙊💕

#GiottoVeteALaVrga
#GiottoVeteALaChingada
#GiottoImbecil
#GiottoPendejo
#GiottoAnimal
#GiottoElQueLoLea
#┻━┻ ヘ╰( •̀ε•́ ╰)

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Alaude acomodó su cabello húmedo por el resiente baño que había tomado. Así como había pasado tres horas en el gimnasio, pasó una hora bajo la ducha peleando con sus sentimientos y su lobo que pedía por el aroma de su alfa y mientras tanto el rubio platinado con todas sus fuerzas reprimió sus ganas de comportarse como un herbívoro y llorar hasta que sus ojos se quedarán sin lágrimas.

—Puedes con esto —miró su reflejo—. No eres tan débil, eres un Hibari, puedes hacerlo.

Aunque se decía eso no sabía cómo poder con lo que en ese momento cargaba su corazón. Olvidar y dejar ir a alguien que amaba no era fácil, no era solo arrancar el amor de su cuerpo y volver a su vida normal, era como el luto y la resignación que venía después de esto.

Duraba tiempo y él a penas llevaba unas horas.

Sacudió la cabeza y decidió salir de su habitación. No sabía a dónde quería ir, lo único que sabía era que si se quedaba un segundo más en su soledad era más que seguro que se volvería loco. Estaba harta de escuchar solo sus sentimientos y a su omega que estaba entrando en depresión poco a poco.

¿Cómo le explicas a tu parte animal que para su otra mitad no eres tan importante?

Caminó por los pasillos buscando algo para distraerse, pero era como si todos se hubieran quedado en silencio a propósito. Cuando decidió ir al jardín pudo ver a sus sobrinos corriendo uno atrás del otro y entrando a una habitación.

—¿Qué? —Alaude se dió cuenta de que había llegado al piso de su hermano y su cuñado—. ¿Qué hago aquí?

Suspiró y decidió ir a la habitación donde habían entrado sus sobrinos.

Cuando entró pudo ver a los mellizos haciéndose cosquillas mientras se retorcían en la alfombra, Tsunayoshi reía divertido y la cachorrita en sus brazos movía sus manos como dando a entender que también estaba feliz.

Dios. Esa imagen le dió tanta tranquilidad que aspirar ese aroma que era tan verde le hizo sentir una paz inmensa entre tanto caos que se revolvía en su interior.