Destinados [KHR] [Omegaverse]

✧15✧ Ámame.

[Lean el confesionario xD]
[#EstoyViva
#MeDueleElEstomago
#MalditosTacos
#Llorar
#SeMeAntojaUnHeladoDeChocolate
#TuSoloPiensasEnTragar
#KokoroMouse
#CuchilloDeHelloKitty
#RubiasBabosas]

Cortó los vegetales lentamente y se sintió como todo un chef profesional dueño de un restaurante con tres estrellas Michelin, pero la realidad era que los trozos le quedaban grandes y deformes.

Sorbió por la nariz y se limpió los ojos.
—Y Anastasio no me dirige la palabra desde lo bese —Giotto sollozó—. No entiendo porqué mi bebé me ignora, es decir, use una táctica dulce y sexy para besarlo y recuerdo perfectamente que la boca me olía a menta.

Siguió cortando y lloró con más intensidad.

—Jo~ Maldita cebolla —el rubio hizo un puchero—. Estoy sad y tú vienes ha hacerme llorar, ¿acaso quieres que me corte la garganta con mi cuchillo de Hello Kitty?

Y ese cuchillo era muy importante para el alfa ya que se lo había ganado en una rifa que había pagado Alaude después de golpearlo con el puño cerrado en la mejilla.

—No sé como lidiar con Alejandro desde ese día —Giotto siguió murmurando—. Me acerco a él intentando coquetear con mis encantadores piropos, pero termino poniéndome nervioso y me dan ganas de volverlo a besar.

Giotto se secó las lágrimas que escurrían por sus mejillas a causa de la cebolla y suspiró.

—No sé qué hacer, Kokoro —el rubio arrugó la nariz—. Necesito un consejo y tú eres el único al que puedo recurrir, tú conoces a Alejandro más que yo.

Giotto miró al personaje que se encontraba frente a él.

—Jo~ por los dioses dime algo —el alfa alzó su cuchillo de Hello Kitty—. ¿Quieres que me corte mi bella garganta? ¿Quieres que lo haga?

El ratón, quien lo miraba fijamente mientras mordía un trozo de queso, ladeó la cabeza y esperó para que el humano con retraso mental se lesionara.

—Hmph —el rubio se cruzó de brazos e hizo una mueca—. No se porqué hablo con un animal, eres un ratón obviamente no me entiendes...

Giotto se calló cuando un trozo de queso le cayó directamente al ojo y acto seguido comenzó a gritar.

—¡Mi ojo! —se levantó y comenzó a saltar por la cocina—. Me sacaste un ojo, Kokoro. Si quedo tuerto Anastasio no va a amarme.

El ratón lo miró sin ninguna expresión y siguió comiendo queso. El pequeño animalito quería poder hablar y gritarle que con ojo o sin él jamás lo amaría el sexy omega rubio.

—Quedaré tuerto y luego me contrataran como doble de pirata —Giotto dramatizo y se acercó al lavabo—. Y luego saldré en una caricatura de una esponja que habla y prende fuego bajo el mar, ¡el mar!