╼𝐅𝐢𝐯𝐞.

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—Corre Hwannie o llegaremos tarde—apura el pequeño de ocho años, HongJoong; quien ansioso por salir de la escuela para ir a casa de uno de sus mejores amigos, San. El mencionado lo mira con diversión por lo tierno que se veía con sus regordetas mejillas sonrosadas y sus ojitos brillando más que las estrellas de la noche anterior, cuando les pidió que sus amigos fuesen eternos y no se alejaran de él.

—Todavía es muy temprano, ¿y si nos encontramos con el señor Choi? Ese señor me da miedo—murmura guardando sus lápices de colores en orden de tonalidad en su pequeño estuche, de solo pensar que su menor estuviese a solas con ese señor le daba mala espina.

HongJoong desafía el orden de las cosas y mete todo a su mochila, sin darse cuenta de que también se llevaría un caramelo que no termino de masticar, ir a pasar la tarde con sus mejores amigos era más importante que guardar todo ordenadamente.

—No lo creo, siempre llega de muy noche—le responde mientras se encoge de hombros—además convencí a mi mami de que nos deje pasar la noche en mi casa ¿no suena increíble?

El mayor por meses lo mira entre entusiasmado y curioso, pero después recuerda que no pidió permiso de ningún tipo a su nana. Hace una mueca que el pequeño HongJoong observa y automáticamente saca a relucir su más tierno puchero para convencerlo de que asista a su pequeña juntada.

—Debo preguntarle a mi nana primero, sino se va a enojar y me encerrará en el sótano por desobedecerla—murmura sintiendo varios escalofríos atacarlo por todo su cuerpo, agarra su mochila y extiende su mano hacia el menor quien gustosamente la acepta, y ambos abandonan la escuela bajo las malas miradas del resto.

Llegan a la casa de HongJoong –después de haber pasado por la del mayor para pedir permiso– entre risas y pequeñas bromas, ambos saludan a la madre del menor y suben tropezándose con los escalones, dejan sus mochilas y aprovechan para cambiarse de ropa por una más cómoda.

Hwan vivía más en esa casa que en la propia, así que siempre tenía ropa en el armario de su mejor amigo.

—Vamos, vamos.

Corren las dos cuadras que separan la casa de los Kim de la de los Choi, lo más rápido que sus cortas piernas les permite y tocan el timbre.

—Oh, niños. Que sorpresa verlos ¿vienen por San?— ambos se congelan cuando ven al adulto mirarles desde el umbral con un brillo raro en su mirada y un olor fuerte emanar de su boca cuando habla. HongJoong automáticamente pasa a esconderse detrás de Hwan, ese señor le daba mucho miedo—. No creo que pueda ir-

Deja de hablar cuando siente como su hijo lo empuja lo suficiente como para que su mochila de acampar salga por la puerta, no alcanza a agarrarlo puesto que el trio sale corriendo lo más rápido que pueden y solo escucha "vendré mañana por la tarde" de su hijo.

Aprieta el pomo de la puerta con fuerza cuando ya no logra divisarlos.

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— ¿Dónde mierdas estabas?— escupe con enfado Hwan, quien con el pasar de los años era uno de los problemáticos del trio inseparable que eran desde la escuela primaria, HongJoong lo observa con indiferencia y tira su bolso en algún lado de la sala de estar—, de seguro andabas chupándole la polla al bastardo de Bang ¿eh?

— ¿Dónde está San?— le responde con otra pregunta.

El mencionado aparece segundos después, con la ropa arrugada y manchada de sangre, y la respiración acelerada. Ambos se alarman al verlo en un estado tan deplorable, se levantan con rapidez sujetándole de los brazos antes de que se desplomara.

𝐇𝐄 | seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora