╼𝐒𝐢𝐱.

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Perdido.

Drogado. La cabeza le da vueltas, sus ojos viajan del techo del vehículo a la cara borrosa del paramédico que constantemente le alumbra la cara con una linterna, le molesta de sobremanera pero solo atina a decir unos balbuceos poco entendibles.

Vacío. En su alma, su cuerpo, su corazón. Intenta acariciar su pecho, en donde siente un frio escocerle la piel como si le hubiesen colocado hielo en la zona, pero no llega por las telas en sus muñecas.

Los paramédicos le hablan pero él no entiende, siente sus pupilas dilatarse cuando los ve estrellarse contra la pared y su cuerpo flota por unos momentos en donde ve cientos de pedazos de vidrios volar al igual que él. Si no estuviera amarrado a la camilla, habría salido disparado al igual que los hombres que lo drogaron.

Perdido. Es así como siente, cuando ve la puerta abrirse y una carita que solo él conoce a la perfección asomarse y verificar que Hwan estuviese consciente.

HongJoong ignora toda la sangre salpicada en todo el interior del vehículo y se concentra en desatar a su amigo. Su corazón se encoge al verlo con la mirada perdida y balbucear incoherencias, quita con delicadeza las manchas de sangre de sus mejillas y lo sujeta de los hombros para sacarlo.

Debía apresurarse si no quería que la policía viniera y se diera cuenta del desastre que hizo solo para evitar que se llevaran a quien el consideraba como el amor de su vida, hace oídos sordos cuando el mayor le pregunta entre tartamudeos donde estaba San. Se traga las ganas de llorar y lo mete a la camioneta que tuvo que robar de improviso, no lo habría hecho de no ser porque calculó mal su fuerza e hizo que la patrulla en la que iba se estrellara contra un poste y se incendiara.

Aun siente como el pequeño vidrio que se incrusto en su piel se mueve con cada paso que da.

Para HongJoong era mejor perder a San, que perder a Hwan.

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— ¿En qué piensas, amor?—le pregunta medio adormilado, Hwan mira como lucha por mantener sus ojos abiertos pero no lo logra, menos aun cuando el acaricia su espalda desnuda.

—En que voy a matar al bastardo que se llevó a mi Sannie—murmura, sintiendo como HongJoong se remueve incómodo contra su pecho. Sabe que no le gusta hablar del tema pero no le interesa, no se quedaría de brazos cruzados y fugitivo mientras ese imbécil estaba libre por ahí.

— ¿Qué harás una vez que lo mates? ¿Huirás?—no sabría explicar porque su tono empleado sonó duro, tal vez era la molestia en su pecho al escuchar como siempre Hwan lloraba a altas horas de la madrugada por la muerte de su menor.

Ya había pasado siete meses de eso.

—La policía te atraparía en segundos, sabes que lo vigilan todo el día—menciona después de unos minutos de silencio, levanta la vista para ver que el otro no se haya dormido y lo encuentra observándole con esa mirada tan oscura que solo HongJoong conoce.

—Tú me acompañarás, servirías como una distracción— y no, no le pregunta, tan solo lo afirma.

HongJoong lo observa sin decir nada, se siente cansado de tener que seguir escuchando el mismo plan durante meses. Él no quería eso, no quería volver a perderlo, no quería que los separaran. Pero no encontraba forma de hacerle entender que San ya estaba en un lugar mejor y que matar al bastardo que le hizo eso no le daría el descanso que Hwan cree que no tiene.

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⏰ Última actualización: Oct 22, 2021 ⏰

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𝐇𝐄 | seongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora