Mentiras a la luz de la luna.
Sus labios fríos se mueven suavemente sobre los míos.
Mis ojos están cerrados y estiro mis manos a su cuello, apretándolo a mi cuerpo. Aarick me devuelve el abrazo, enroscando sus manos en torno a mi cintura. Su boca me suelta y siento como se acerca mi cuello, buscándome con desesperación, absorbiendo el aroma a perfume que brota de allí.
Yo hago lo mismo, me acerco a su cuello besándolo de forma corta, sintiendo una extraña necesidad de acercarlo más a mí, como si quisiera que nos compenetrásemos, que nos volviésemos uno.
Mi espíritu se siente libre, mientras me estrecho contra él. Siento su corazón latiendo, agitado contra mi pecho, y no creí ser capaz de causarle algo así, pero lo percibo. Siento todo lo que le provoca mi cercanía, y al hacerlo me estremezco, enviándole todas las vibraciones que emergen de mi cuerpo.
Él despega su nariz de mi cuello, tomando una última inhalación, y acerca sus fríos labios a mi oreja, besándome con gracia y exquisitez. Luego, susurrando muy lentamente, me dice:
—Quédate conmigo...
Siento como mi cuerpo tiembla contra el suyo, y cierro los ojos, saboreando la sensación que me produce su enunciado.
—Sí —Acepto sin contemplaciones, como si esa fuese la única decisión que tomar.
—¿Estás segura?
—Claro que sí —repito. Es como si estuviera en un trance, ocasionado por sus besos, por sus manos, por su perfume.
—No me estás entendiendo —Se separa de mí, para verme a los ojos, con esos dos pozos negros que consiguen que me sienta atrapada en la más lúgubre de las penumbras, pero de la que no quiero salir nunca.
—Si no lo entiendo, explícamelo tú.
—Quiero que me elijas a mí, Julieta —expone—, por encima de todos, por encima de cualquiera. —No respondo, solo pienso en Enzo—. No quiero ser yo tu última opción.
«Enzo».
—No, Aarick —susurro.
—¿No qué?
—No eres mi última opción —Le hago saber—. Eres la única.
—¿Qué quieres decir?
—Qué te quiero a ti.
—¿Y Enzo? —Frunce el ceño.
—Él es mi mejor amigo —respondo—, y eso nunca va a cambiar. No importa con quién yo esté, siempre va a ser él.
—¿Eso qué significa? —Me suelta totalmente, echándose hacia un lado—. ¿Qué incluso si estás conmigo lo vas a seguir amando a él?
—Incluso si estoy con cualquiera lo voy a amar —aclaro con firmeza, entrecerrando los ojos—. No es lo que tu piensas. Es como se ama a un hermano. A alguien que nunca quieres que se vaya.
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DOLL BOX © [✔]
Gizem / GerilimAlguien te está vigilando. Te sigue a donde quiera que vas y te observa entre las sombras. Es muy curioso como todos los niños alguna vez tuvimos un juguete muy preciado o soñamos con algo que nuestros padres jamás nos dejarían obtener, pero ¿Qué pa...