Antes de la cuarentena 3

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La tensión iba en aumento, el simple hecho de saber que en un par de días se separarían definitivamente no ayudaba.

-Ya no queda casi nada de alimentos, Martín.

-Casi 5 días sin hablarnos y lo primero que me decís es eso, bravo Miguel.

Aunque no quería mencionarlo, se sintió algo feliz de que el azabache le dirigiera la  palabra luego de haber pasado días en los que incluso lo evitaba.

-No nos preparamos bien antes de que ocurriera esta cuarentena. - hablo Miguel cruzándose se brazos, ignorando el comentario anterior del Argentino y evitando la mirarlo.

Estos días había huido de él porque sabía que se pondría a llorar ahí mismo, ahora que por fin tenían tiempo de pasarlo juntos tenía que ser de esa forma.

-Nunca nos preparamos bien para nada, y aún así logramos sobrevivir.

-Martín.

-Esta bien, está bien. Iré a comprar si es lo que esperabas que hiciera.

-No podrás sacar el carro, recuerda que está prohibido. - hablo mientras caminaba hasta un repostero abriéndolo y sacando lo que para ojos de Martín era una cosa rara con ruedas.

Iba a preguntar qué hacía Miguel con aquella cosa, pero este se acercó dejándolo al lado del rubio.

-Deberas ir al supermercado caminando, te hice una lista sobre lo que necesitas comprar. Martín solo compra lo necesario, que te conozco.

-Si, si esta bien. Dame la lista - rodo los ojos divertido mientras Miguel le alcanza la lista y ese extraño coche.

Camino hasta la entrada pero antes de salir Miguel lo detuvo alcanzándole su mascarilla y un colgante con spray de alcohol.

-Ve con cuidado, por favor. - aunque Martín no lo estuviera viendo sabía que estaba preocupado

-Si, tendré cuidado....Nos vemos.

Martín no sabía si girar y estamparle un beso o simplemente seguir, venga que parecía que últimamente no sabía que hacer aparte de poder dirigir su empresa, lo cual le estaba causando un dolor de cabeza debido a las pérdidas que tenía esos días.








Miguel se encontraba en la sala, esperando por Martín quien ya se había tomado más tiempo del que se suponía debía tomar, por un momento se asustó de que algo podría haberle ocurrido al argentino, tal vez conociéndolo como es podría haber insultado a algún policía o militar, siendo así arrestado. Ya podía ver a Martín en las noticias con el titular " Argentino insulta a sub oficial del ejército". Mentiría si no le causo aquello algo de gracia e imaginar a Martín diciendo en televisión abierta " hijo de las re mil putas que te parió" " pelotudo" y su " la concha de la lora"

El sonido de la puerta le alertó la llegada de alguien, fue corriendo hasta esta cuando apenas se abría notando como unos mechones rubios y rebeldes se asomaban a través de la puerta.

-Lle...- El de ojos verdes no pudo acabar cuando sintió como le comenzaban a rociarle encima de agua- Miguel...¡Miguel! Por la pu, ¡¿Qué  haces?!.

-te desinfecto - mencionó como si fuera lo más obvio sin parar de rociarlo. - según las recomendaciones debemos desinfectar todo, ahí hay una bandeja con lejía para que coloques tus zapatos, no te vayas a tocar nada de tu rostro. Vas rápido te lavas las manos, sacas tu mascarilla, te quitas la ropa la cual dejarás en el cesto de ropa sucia y te das un buen baño.

-¿Algo más mamá?

-Anda a ducharte, yo me encargo de las compras. - hablo mientras le colocaba aquella mezcla encima del cochecito de compras y lo tomaba.

La vida diaria de Martín y MiguelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora