Antes de la cuarentena 5

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Miguel corría de un lado a otro con unas toallas en brazos.

-¡Estás son todas las que pude conseguir! - gritaba mientras se encontraba con Martín totalmente empapado tratando de tapar una cañería rota.

El baño era un desastre todo el piso se encontraba mojado, y no quiso averiguar cómo Martín había roto aquello por su salud mental.

-Ya, veni y agarralo para yo poder arreglarlo. -hablo con dificultad mientras luchaba por mantener aquella fuga controlada.

-Decir por favor no te mataría - rodo los ojos- aparte debería dejarte arreglártelas a solas, te recuerdo que sigo molesto porque te dije que fueras a comprar comida ya que no tenemos nada en la nevera y peor aún que han sacado esa estupida Ley de un día salen las mujeres y en la otra los hombres.

-Yaaa, Migue cortala. Tenemos que ver la forma de resolver esto y no, llamar al plomero no es una opción- hablo ante lo que había mencionado el peruano antes.

Miguel ofendido le lanzó una de las toallas al rostro a lo que Martín respondió alejando su mano de la fuga de una forma en que mojará totalmente al de azabache.

Solo pudo reír ante la expresión de indignación que puso el más bajo, luego de eso se armó una batalla donde ambos terminaron más empapados y lanzándose toallas mojadas. Milagrosamente lograron arreglar la cañería, se dispusieron a limpiar todo el agua derramada en el suelo.

-Eres un baboso, todo por armar tu tonta cometa no saliste a comprar hoy, debería hacer que te vistas de mujer e ir a comprar mañana - hablo Miguel mientras terminaba de trapear.

-En primer lugar según todos es buena temporada de armar cometas y salir a hacerlas volar, otra cosa es que tu seas un aburrido y no disfrutes de las cosas simples. En segundo lugar si tanto queres que se hagan las compras, vístete vos de mujer y salí a comprar, yo no me moriré de hambre por no comer un día...míralo como hacer ayuno y creo que lo necesitas porque en lo que comenzó la cuarentena te ha crecido más el culo - recibió una toalla mojada estrellándose contra su cabeza- para, que no me quejo de eso se ve bien en ti.

-Martín no la cagues más si no quieres que te bote a dormir al jardín.

-Pero soy sincero aparte yo no puedo salir vestido de mujer porque aunque se que me vería fabuloso, muchos se quedarían mirando por mi tamaño y creo se te vería mejor a ti.

-Mira mejor dejemos esto, no creo que ninguno de los dos queramos vestirnos de mujer y si así lo decidiéramos no tenemos ropa de mujer.

-¿Cómo que no?, claro que tenemos.

-La lencería femenina no cuenta - hablo Miguel con un sonrojo floreciendo en sus mejillas.

-Yo digo que si tenemos, solo hay que buscar y a quien le quede mejor saldremos a comprar.

-Vamos primero a cambiarnos y luego seguimos con este tema...- suspiró agotado Miguel, comenzó a tener algo de frío por la ropa empapada que se le pegaba al cuerpo.

Se encontraban en la habitación principal, ambos envueltos en sus batas de baño mientras buscaban en el enorme armario alguna prenda femenina solo para probar que el otro estaba equivocado sobre si o no contaban con ropa de mujer.

-Martín mira lo que encontré - hablo emocionado Miguel mientras sacaba algunas cajas donde estaban algunos recuerdos de su época de secundaria e instituto.

Emocionados comenzaron a sacar todo hasta que sintieron una caja enorme al fondo de aquellas cosas. La tomaron y sacaron, al ver el contenido de esta solo se miraron ambos y luego a la caja otra vez.

La vida diaria de Martín y MiguelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora