Recuedos

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De pequeño mi madre solía mencionar muy seguido que sería un imán de chicas y tenia razón en jardín de niños siempre estuve rodeado de ellas con algunas me llegué a dar un besito entre aplausos y risas de los adultos.

No entendí el porqué de sus reacciones pero imagino estaba bien lo que hacía ya que niño con niña deben estar juntos pero así no lo sentí el día que me topé con aquel niño de cabello azabache y ojos dorados.

–Hola.

me saludo alegre mientras la maestra lo traía de la mano para que se sentara a mi lado y jugáramos juntos con las pinturas.

–Martín...¿Qué se dice?. - habló con un tono severo a pesar de tener en su rostro una sonrisa amable.

–Hola. -respondí sonriéndole y pasándole uno de los potes de pintura.

Sonrió y sentí algo en mi pancita como si tuviera muchos insectos dentro de ella, me alce mi uniforme y observé curioso mi barriga.

Era la primera vez que sentía algo así y que de verdad tenía deseos de estar al lado de aquel niño todo el tiempo posible ¡he incluso deseaba besar su mejilla!... mamá creo que estás equivocada no toda relación es entre niño y niña.

Pasamos mucho tiempo juntos hasta que un día decidí confesarle que me gustaba mucho y que lo amaba como mi papá ama a mi mamá, él me correspondió y ese día nos dimos nuestro primer beso pasamos todo el día de la mano con una sonrisa tonta, no me quería ir a casa quería quedarme con él y así nos escondimos en el patio pero igual nos encontraron me despedí con un beso en la mejilla.

Desee haberme quedado porque al día siguiente no vino y nunca volvió.





Martín se levantó agitado tras aquel sueño que era más que nada un recuerdo...su primer amor, casi se olvida de aquel momento de su vida sonrió nostálgico y acaricia su rostro intentando despertar por completo.

-¿Un Sueño? - habló Miguel quien justo llegaba con dos tazas de chocolate caliente.

–Si, más que un sueño es un recuerdo de mi niñez.

–Alguien anda nostálgico.

Se sentó a su lado y le extendió aquella taza, Martín se giró para tomar la taza y agradecer pero se quedó quito al observar bien el rostro de Miguel con aquella pequeña sonrisa y el cabello un tanto más largo que de costumbre.

Le vino a su cabeza es recuerdo de aquel niño y no pudo evitar sentirse estupido al no darse cuenta que Miguel había sido aquel niño al final de cuentas el peruano había sido su primer amor.

Se lanzó a reír dejando desconcertado al azabache quien estaba apunto de lanzarle el chocolate en la cara, Martín reaccionó y tomó las tazas dejándolas en la mesita de noche para proceder a abrazar a Miguel estrechándolo entre sus brazos.

-Te amo, boludo - habló sin dejar de reír alegre.

Aquello hizo sonrojar al más bajo quien solo se dejó hacer.

–Eres raro...pero así te amo-habló resignado aunque sus ojos revelaban que está más que feliz.

–Imagino que si yo no lo recordé conociéndote como sos, vos tampoco - menciono mientras soltaba al peruano de aquel abrazo de oso.

–¿Qué?¿Recordar qué? -preguntó intrigado

–Nada nada - Respondió divertido mientras negaba con la cabeza.

-oh no, más te vale decirme. - tomo un cojín para amenazarlo.

-Algún día te diré

Respondió preparado para los golpes que le mando el menor pero no espero que esté lanzara el cojín a un lado y comenzara a hacerle cosquillas como si no hubiera un mañana.

–Ya ya te diré - respondió agitado y Miguel sonrió victorioso.

Se encontraban acostados en el sofá, el de ojos verdes totalmente acostado y el de ojos dorados sentados a horcajadas sobre él.

–Jardín de niños retoñitos, Aula Verde agua Miss Dani.

Miguel no entendió a la primera, ¿por que mencionaba el jardín de niños donde el estudio por un tiempo?... luego como si de un rompecabezas se tratara todo comenzó a tener sentido, para el argentino fue un espectáculo ver como el rostro del peruano pasaba por diferentes expresiones terminando en un muy fuerte sonrojo, una sonrisa y ojos llorosos.

–Martín...¿Qué se dice? - habló en un tono suave imitando lo que dijo la maestra ese día.

–Hola. -respondió con una sonrisa.

Miguel solo río leve y se acercó a darle un beso suave.

-me gustas y te amo como mi papá ama a mi mamá- volvió a mencionar recordando las palabras exactas que le dijo a Miguel.

-También me gustas y te amo.

–Fuiste mi primer amor. -habló nostálgico el argentino

–y tú el mío.

–Te fuiste y nunca volví a verte...no sabes cuando tarde en superarte.

-Papá por su trabajo tuvimos que mudarnos, lloré mucho cuando nos fuimos quería irme contigo o al menos ir a verte y despedirme de ti.

–Bueno eso ya no importa-lo abrazo- ahora te tengo completamente para mi aunque demorare el perdonarte el irte así.

–tendré que hacer méritos.

Ambos se sonrieron divertidos.

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Wenooooo volví con otro corto, espero les haya gustado ❤️.

Tengan la linda tarde noche mañana xD.

La vida diaria de Martín y MiguelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora