🥀No quiero pensar más🥀

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El era increíble, sin duda lo era.

Y el era... Un idiota.
Por pensar en que todo esto saldría bien, en pensar en un final feliz donde todo salía de maravilla y terminarían casándose y besándose bajo el sonido de unas campanas.
Pero aunque tuvo esperanza en algún momento, en el fondo, esa parte oscura e insegura de su ser estaba ahí, carcomiendolo, envenenando su cabeza. Esa parte, esa profunda, borrosa y pesada parte de su interior siempre lo supo. Siempre supo que todo eso eran fantasías y cuentos de hadas. Nada más que un sueño que jamás se iba a cumplir.

Se sentía... Tan doloroso.

Su mejor amigo Langa, el chico del que estaba enamorado, tenía una novia. Una linda novia, y prefería estar con ella.

Más que todo el tema del Hanaki, lo que dolía era eso. Saber que el chico por el que estaba dispuesto a morir, prefería a otra persona antes que el.

Aunque siempre fue obvio que no era así. Al final Reki terminó creyendo a su amigo todas las noches después de una carrera en S, cuando el peliceleste venía corriendo hacia el con esos hermosos ojos celestes y el suave rubor en sus mejillas, y una sonrisa que sería capaz de derretir a cualquiera, diciéndole "eres increíble Reki, eres mi persona favorita".

Oh Dios, ¿en qué momento perdió la cabeza y empezó a creer esas cosas?

¿Cómo es que llegó a sentirse tan burbujeanre y feliz cuando langa decía eso, y era obvio que Noe ra verdad? Estaba ciego.

Habia estado analizando a Langa, todo, y llegó a la tonta conclusión de que quizá el peliceleste sentía algo por el también. Por qué parecía que si. Pero era una estupidez, ¿como llegó a creer eso? Estaba tan desesperado que terminó viendo señales dónde no las había. Dónde no existía algo más que una amistad.

Se sentía traicionado, aunque sólo fueran amigos.

Langa había... Ocultado cosas, cuando habían prometido contarse todo. ¿Y ocultó algo tan importante como eso..?

Pero... No podía odiar a Langa.

¿Cómo podría hacerlo?

Ahora mismo se encontraba durmiendo sobre el cuerpo del pelirrojo, aferrado a los costados de su suéter amarillo. Con la boca entre abierta soltando leves respiraciones que de vez en cuando eran interrumpidas por pequeños pucheros.

Reki sonrió mientras llevó una mano a la cabellera del peliceleste, y la peinó un poco con sus dedos.

Incluso dormido hacía pucheros.

El ambarino miró detenidamente el rostro de su amigo, sintiendo como un sonrojo aparecía en su rostro en el momento en el que Langa susurró su nombre, aunque aún seguía soñando, y luego, apretó su agarre en el suéter amarillo, haciendo la tela bolita con sus puños.

Dudando muchísimo, y casi como un impulso, esta cosa dentro de si mismo hizo que su cara se acercara a la de Langa, quedando a solo unos pocos centimientos, frenando en ceco al darse cuenta de lo que estaba haciendo.

¿En qué estaba pensando...?

No podía. No podía. No podía hacerle esto a Langa, y hacerse esto a si mismo, no era correcto. Y su cuerpo estaba temblando.

A cómo pudo sin hacer mucho movimiento o sonido, se deslizó entre los brazos de Langa para salir de la cama. Una vez puso un pie fuera de su habitación y cerró la puerta de esta, salió corriendo al baño y se tiró al suelo apollando un antebrazo en el inodoro mientras las arcadas resonaban por todo el baño.

En algún momento entre las arcadas, su madre se encontraba mirando preocupada en la puerta del baño.

Parpadeando confusamente, alejo la neblina de sus ojos a la vez que terminó escupiendo un Pétalo de una flor.

Ella arrugó su rostro, casi como si hubiera podido sentir algún tipo de dolor físico al ver a su hijo escupiendo pétalos.

¿Estás bien...? - preguntó, aunque la respuesta era más que obvia.

Reki se limpio un poco la boca, para luego jalar la cadena haciendo que el único Pétalo que escupió se perdiera en las alcantarillas. Seguido de eso, trató de sonreír. Pero algo estaba mal.

Era como si por dentro... Todo estuviera desvaneciendose poco a poco.

Claro, no te preocupes, estaré bien, lo prometo. -

Masae rezó al cielo para que fuera así, todo lo que pedía era que, como Reki decía, estuviera bien, que todo esto fuera solo un gran mal entendido por parte de ambos chicos, y que al final todo resultará bien.

Eso quería creer.

¿Está bien que Langa esté aquí? - preguntó su madre preocupada, y claro que lo estaba, si hijo tenía Hanaki, y bastante desarrollado. Le preocupaba el hecho de que Langa estuviera cerca. Para ser honestos, desde hace muchos años el Hanaki era algo de lo cual no se hablaba casi nada, y cuando lo hacían, las personas pensaban que era una leyenda y nada más. Por todo esto, era que todo esto era nuevo para todos en la casa de los kyan, y claro que la preocupación por Reki desbordaba de todo su cuerpo.

El pelirrojo se levantó lentamente del suelo, mirando a su madre, sonriendo débilmente.

El... Es mi amigo mamá, no puedo simplemente... Alejarme de él - hizo una pequeña pausa mientras suspiraba - lo quiero, y me lastimaría a mi mismo estar lejos de él. Además, no es su culpa... - finalizó.

Masae miró por unos segundos, finalmente suspiró y sonrió a su hijo mientras lo abrazaba.

Prometeme que estarás bien -

Reki se estremeció - lo prometo - contestó.

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Hola, ¿cómo están?

Lamento haber tardado tanto en actualizar, tuve un bloqueo pero aquí está este capitulo que espero les haya gustado.








🥀Bloom ~ Renga/Lanki [Hanaki] 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora