🥀Bloom ~ Renga/Lanki [Hanaki] 🥀

🥀Pelea🥀

Algún día alguien que te entienda y que te quiera como eres te encontrará, da igual que seas extraño, eres increíble de todos modos-

No me gustan las personas, así que está bien para mi estar solo -

El mayor soltó una carcajada - está bien, está bien, ya verás como alguien algún día va a lograr entrar en tu corazón. - Se burló

Langa hizo una mueca de desagrado a su padre - eso no va a suceder. -

Oliver sonrió, basicamente ignorando a su hijo - ya quiero ver quien será la persona que te hará caer y descongelará ese pobre corazón que tienes. ¡Deseo ver tu cara cuando eso suceda! - continuó riéndose mientras se golpeaba la pierna con la palma de su mano. Langa mantenía su mueca en el rostro mientras Nanako trataba de ocultar su risa detrás de su taza de café.

¡Quiero conocer al ser tan increíble que te hará caer hijo! ¿Me dejarás conocerle? ¡Porfavor Langa hijo no te vayas! - gritaba Oliver mientras se desplomaba en el sofá de forma dramática mientras Langa se levantaba del sillón y se dirigía a su habitación algo cansado por todo ese espectáculo.

Si es que algo así llegara a suceder, claro que te dejaré conocerle - dijo una vez cerró su puerta, con una muy pequeña sonrisa colgando de sus labios.

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Se incorporó en el mostrador cuando sintió como una mano tocaba su hombro para despertarlo. Lo primero que pensó su cabeza fue "Reki", así que se volteó lo más rápido que pudo, pero cualquier tipo de emoción se desvaneció al ver que era Oka. No porque no le cayera bien pero...

No era a mi a quien esperabas, ¿eh? - soltó el gerente de repente, como si pudiera leer los pensamientos de Langa. Aunque no era algo muy complicado debido a la cara de desilusión que mostró al gerente.

Langa no contestó, en cambio el hombre soltó un pesado suspiro mientras retiraba su mano del hombro del peliceleste.

Langa se levantó de la silla, echó un rápido vistazo al lugar sin encontrar al pelirrojo, así que fue a la parte de atrás, al almacén, y ahí tampoco lo encontró, ni a él ni a sus cosas. Así que salió con un puchero en su cara.

El se fue hace una hora - explicó Oka mientras sostenía una caja y la cambiaba de lugar - me pareció extraño que no te despertará para que fueras con él. De todos modos no suelen respetar los horarios de trabajo. - soltó amargamente, luego colocó la caja en el suelo, y miró a Langa, pero está mirada mostraba un poco de preocupación - ¿pasó algo entre ustedes? ¿Otra pelea? -

¿Que se supone que debía contestar?

No se habían peleado, pero Reki era distante, no hablaba tanto como antes, la mayoría del tiempo tenía esa expresión neutra y luego al ver una persona eran como si volviese a la normalidad.

Miró al suelo - no lo sé, el ha estado... Más callado conmigo... Evita hablarme, antes me hablaba todo el día, y me arrastraba a dónde sea que fuera, pero ahora... - sus palabras de desvanecieron. Sintió una punzada en su corazón.

¿Reki quería dejar de ser su amigo?

Porfavor no...

Reki era todo lo que tenía.

Entonces deberías hablar con él. Creo que está pasando... Un momento difícil. Y tal vez lo que necesita es que alguien se acerque a ayudarlo. -

Langa asintió. Se sentía mal por toda esta actitud extraña de Reki. De todos modos, aunque oka no le hubiera dado ese consejo, es lo que Langa habría terminado haciendo. Llevaba un par de días pensando en hacer algo.