Just Jimin | Kookmin |

Capítulo 8

Jungkook

Me froté la mano sobre la cara.

Me dolían los ojos.

Me dolía la cabeza.

Mi corazón dolía más.

Jimin había estado desaparecido casi veinticuatro horas. No tenía ni idea de dónde había ido ni quién lo había capturado. La falta de olor en su habitación me molestaba más. Había estado allí en algún momento, pero se desvaneció en las últimas horas.

Sé que Jimin no se había ido... aunque Hoseok lo hubiera sugerido como una posibilidad. Jimin no me haría eso.

Esperaba que Jimin no me hiciera eso.

Por lo menos, sabía que no dejaría atrás a su gato.

No. Estaba seguro de que Jimin hubiera sido raptado. Simplemente no sabía cómo o por quién. Yo sabía que tenía algo que ver con quien había hecho el contrato contra Jimin. Tenía que serlo. Como decía Jimin, a nadie más le importaría.

«A mí me importaba.»

Me preocupaba tanto que apenas podía funcionar. Saber que Jimin estaba en alguna parte, retenido en contra de su voluntad, me estaba matando. Sabía que no estaba muerto. Estábamos apareados. Lo sentiría si se hubiera ido.

Me dolía el alma, pero no había sido arrancada de mi pecho.

No todavía, de todos modos.

Miré hacia arriba cuando Hoseok regresó al apartamento. Ya habíamos buscado en el barrio, tratando de encontrar algún rastro de Jimin, incluso un olor. No había habido nada. Era como si hubiera desaparecido en el aire.

Jimin había ido a ver algunos de sus contactos con la esperanza de que alguien hubiera visto u oído algo, en alguna parte. Tenía que haber alguna pista a seguir, una miga minúscula que me llevara a Jimin.

Cuando Jimin sacudió la cabeza, mi corazón se hundió aún más. Alguien tiene que saber algo.

— ¿Estás seguro de que Jimin no salió solo?

Gruñí al hombre, tratando de mantener las garras enfundadas.

—Estoy seguro.

Hoseok debía haber visto la rabia en mis ojos porque retrocedió rápidamente, levantó sus manos.

—Sólo pregunto, hombre.

—Bueno, no lo hagas. Jimin no me dejaría ni a mí, ni a Gureum sin una buena razón.

— ¿Y si tenía una buena razón? —preguntó Hoseok.

— ¿Cómo qué?

¿Qué razón podría tener Jimin para dejarme?

Quería agarrar a Hoseok y sacudirlo cuando se encogió de hombros.

—A lo mejor no le gustan los shifter.

Consideré las palabras de Hoseok durante medio segundo antes de sacudir la cabeza.

—Una vez que superó su miedo, él hizo todas las preguntas. Eso no hace un hombre al que no le gusten los shifter.

Además, realmente no podía ver a Jimin odiando a nadie. Era demasiado dulce.

— ¿Y el tipo que le quitó el puesto? —preguntó Hoseok —. ¿Tiene algo que ver?

—No, pero creo que tiene algo que ver con su trabajo. Jimin fue despedido el día en que se le adjudicó el puesto a él.

—Eso parece un poco sospechoso.