ÍNCUBO - ERWIN SMITH X OC / LECTORA.

O N C E

Cuando estuvieron de nuevo en el cuarto y ya estaba sobre las piernas del rubio lo detuvo sujetándolo por los hombros.

— Lo siento, j-justo ahora no puedo... Debo ir a mi casa Jef-, E-Erwin — aunque sentía su corazón latir con rapidez sabía que no podía pasar mas tiempo en ese lugar.

— ¿Por qué? — preguntó mientras la sujetaba por la cintura con sus manos.

— Tengo mis plantas, debo arreglar mis cosas, hacer las compras, lavar la ropa, limpiar y por supuesto descansar. — el soltó un suspiro y la vió a los ojos.

— ¿Tienes plantas en casa? ¿Vives en un apartamento o en un lugar mas grande? — le preguntó incluso aún mientras la sujetaba.

— Un apartamento, tiene un balcón así que ahí estan casi todas mis plantas... Me gusta la jardinería... — mostró una pequeña sonrisa mientras jugaba con sus manos.

— Te llevare a casa rápido, te dejaré allí y luego iré a un lugar — la dejo a ella sentada sobre la cama y se acerco al armario, donde había guardado la ropa de la mujer, estaba bien doblada y organizada.

— No es necesario que me lleve, puedo llamar un taxi, ya le he quitado mucho tiempo — miro su espalda alejarse por un momento.

— Esta bien, no es ningún problema ni nada por el estilo — se dió la vuelta y le mostró una sonrisa.

Una vez mas se acercó a ella e intento quitarle la camisa. Ella le sostuvo las manos y negó con la cabeza.

— P-puedo vestirme sola, ¿Okay? — el se sintió avergonzado por sus acciones y asintió, se dió medía vuelta para darle algo de privacidad mientras buscaba ropa para si mismo.

— ¿No quieres tomar una ducha antes de salir? — le pregunto al escuchar como se ponía su ropa.

— Lo hare cuando llegue a casa. Allí me siento mas comoda para eso... Además quiero lavar mi cabello y mis productos están allí. — termino de ponerse el sujetador y siguió con su camisa, luego su falda y doblo con cuidado la prenda que el rubio le había prestado.

— Esta bien, yo tomaré una ducha rápida — la miro por un momento antes de ir al baño y cerrar la puerta.

Ella soltó un suspiro en cuanto el se fue, de algun modo sentía que era grosera, pero era muy díficil no estar nerviosa en su situación. Decidió volver a la cocina para buscar al Hamster que seguía en la barra, estaba dormido a un lado de los platos.

Se sentó en donde había estado antes y lo miro con una sonrisa enternecida, siempre había tenido un gran apreció por los animales, pero nunca tuvo la oportunidad de tener una mascota.

Con su dedo acarició suavemente la cabeza del roedor mientras esperaba a que el rubio estuviera listo.