ÍNCUBO - ERWIN SMITH X OC / LECTORA.

N U E V E

Contenido +18.

Luego de soltarle el cabello la tomó con suavidad de los hombros y la acercó, soltó el moño de la blusa de la mujer revelando con sutileza su escote.

— te ves muy diferente... — su mano derecha le acarició la mejilla — te ves incluso mas linda que antes — susurró y apoyó su mentón en las piernas, un poco gruesas, de Eliza.

Continuando su juego de seducción dió algunos besos en las piernas de la mujer, bajo con sus besos casi hasta sus tobillos y con suavidad sujeto sus pies para quitarle los tacones.

Una vez hizo esto también tomo lugar en la cama, ella solo siguió sus movimientos acomodándose abajo de él. Erwin bajó el cierre de su falda y acarició su pelvis sobre la tela usando sus dedos. Subió sus manos por su abdomen, metiendolas bajo su camiseta blanca.

Eliza ante el tacto en aquel lugar se estremeció, su cuerpo dio un pequeño salto y de su boca se escapo un jadeó.

— ¿Estas emocionada? — soltó una risa y acariciando su cintura con una sola mano se acercó a su cuello, dio un beso suave y cerro sus ojos.

— E-estoy nerviosa... Lo siento — con vergüenza llevó su mirada hacía el techo. Erwin se separo por un momento y la vió directo los ojos.

— cierra los ojos... Por un momento, ¿Si? — le pidió en un tono suave, ella le hizo caso, luego de eso el la despojo de su camisa, desabrochando los botones y descubriendo sus hombros.

La sujetó por la cintura y acerco sus labios a su oído, beso la zona cercana a esta y susurró con un tono bajo y dulce:

— Te prometo que seré cuidadoso todo le tiempo y haré que de verdad disfrutes de esto... Pero por favor, necesito que confíes en mi... ¿Puedes confiar en mi? ¿Al menos esta noche? — luego de terminar cada frase se aseguró de darle un beso en el rostro, el primero en su frente, el segundo en su mejilla derecha, el tercero en la punta de su nariz, y los que siguieron se repartieron en los demás lugares, pero siempre evito sus labios.

— C-confiare en ti... — abrió con curiosidad solo uno de sus ojos, encontrándose con la sonrisa enternecida del rubio.

— perfecto — sujetó el rostro de la mujer con ambas manos y la beso, fue un beso profundo, incluso un poco sentimental.

Ella, quien aunque se sorprendió decidió corresponder, apoyo sus manos en los hombros del Íncubo y siguió su ritmo con mas tranquilidad. Se separaron al quedarse sin aliento.

Erwin agarró las dos manos de Eliza y las llevo sobre du cabeza, besó sus brazos y luego fue a su clavícula y mordió su cuello, en el mismo lugar donde ya había dejado antes una marca.

Le quito por completo la camisa, la falda, y le desabrochó el sujetador, también se lo quito y observó sus pechos. Sin decir casi nada, usando una sola mano acarició aquel lugar, apretando con cuidado y rozando apenas su pezón, causándole consquilleos en todo el cuerpo.