Cuando Bianca Diaz llegó a Corea del Sur pensó que su vida cambiaria, al menos esperaba que fuera mejor que en Latinoamérica. Llegó al país asiático para sobresalir, tener una mejor vida y disfrutar la misma como no podía hacerlo en su propio país.
Todo fue perfecto hasta que en su último año de universidad quedó embarazada. Su novio de dos años la dejo, sus padres le negaron la ayuda pensando soberbiamente que solo había ido a Corea para prenderse de un extranjero, y finalmente su universidad le había quitado la beca que con tanto esfuerzo se ganó.
A pesar de eso, Bianca salió adelante, y eso debía agradecérselo a la vieja anciana que la había ayudado desde su primer día en Corea del Sur. Aquella anciana que vendía verduras en un puente y que ella le iba a comprobar en vez de ir a un supermercado.
Cuando conoció a la coreana por primera vez pensó que estaba loca, ya que le había dicho que era la novia de un ser inmortal. Ella se había reído por la advertencia de la mujer por no creerle. Y a pesar de su actitud fría, Bianca había seguido visitándola todos los días sin falta, pues le recordaba mucho a su propia abuela fallecida.
Aunque debió oírla, pues un día de camino a su casa, que había conseguido con mucho esfuerzo trabajando. Un estúpido la atropello, dejándola tirada en un gran charco de sangre. Lo primero que Bianca pensó fue en su bebé y cerrando sus ojos suplico por la supuesta ayuda del Dios que le había hablado la vieja anciana.
Alabado, la escuchó. No recuerda mucho al tipo que la ayudó, pero lo importante es que pudo vivir y dio a luz unas horas después a una linda bebita de cabello claro que llamó Alexandra.
Los años pasaron muy rápido, pero Bianca ya no podía seguirla cuidándola. Y en el cumpleaños número ocho de Alex falleció. "Lo lamento" le había dicho en su forma fantasmal a la pequeña, que lloraba abrazando al conejo de peluche que le había comprado para ese día. "La abuela te va cuidar, me lo prometió. Te amo", con ese último despido había desaparecido.
Luego de calmarse Alex había salido de su casa mientras se colocaba el gorrito de lana blanco que su madre le había pedido que se colocara por el frio, pero lo que la pequeña no se esperaba era ver a un extraño parado afuera.
El quiso llevársela, se negó y se salvó cuando apareció la abuela en su rescate.
—¡abuela! —Alex se refugió detrás de la anciana llorosa.
—se entromete en mi trabajo. —habló el desconocido cruzado de brazos.
—¿Por qué estas tratando de tomarla ahora? —le cuestionó la anciana agarrando la mano de la pequeña que temblaba atrás de ella— Hace años que cambió su destino.
—me alegra esta oportunidad, porque es mejor tarde que nunca. —contestó indiferente.
Alex miro al desconocido hombre coreano con temor y curiosidad, pues parecía desprender un aura muy escalofriante.
La anciana alzo su mano y estiro su palma hacia el extraño.— ¿Tienes el certificado con su nombre? Entrégalo.
El desconocido bufó bajó cerrando los ojos exasperado. Alex entrecerró sus ojos hacia el cuando lo escuchó decir que debía tener casi nueve años de evidencia. Aún así la abuela no dio paso atrás así que el hombre suspiró y la volvió a mirar serio.
—nos vemos sin nombre.
Cuando desapareció, Alex soltó la mano de la anciana, que se giró para verla.
—abuela, mamá esta...
—ya lo sé. —la interrumpió la anciana— No hay nada que puedas hacer. Tienes que seguir, como tu madre cuando llegó a este país. —le indicó seria mientras movía su mano libre, ya que con la otra cargaba una lechuga— Y debes mudarte en tres días, de lo contrario te van a encontrar. Viste al Dios de la muerte a los ojos, no puedes seguir viviendo aquí.
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Goblin↬┇ Beauty Alex━ Kim Shin
FanfictionSin nadie que le de amor, Alex busca refugio en lo único que puede mantenerla viva. Su indiferencia y sarcasmo, es lo único que la ayudado a sobresalir y no parecer una loca al ver fantasmas. Su vida la tenia clara, se quedaría sola y moriría así, e...