Sin nadie que le de amor, Alex busca refugio en lo único que puede mantenerla viva. Su indiferencia y sarcasmo, es lo único que la ayudado a sobresalir y no parecer una loca al ver fantasmas. Su vida la tenia clara, se quedaría sola y moriría así, e...
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╚»A C C E S A C E P T«╝
—Jung Joon Hyung...
Escuchar su nombre salir de los labios de la chica que le había gustado desde que tenía uso de razón, le hizo sentir muchas cosas a Joon Hyung; como le decían sus más cercanos.
Él era un joven estudiante de último año, muy dedicado, perseverante, optimista y serio a pesar de solo tener diecisiete años. No había quién no hablara de él en toda su escuela. A excepción de la persona que él quería, Alexandra Diaz.
La niña con la cual había compartido el kínder, la primaria y secundaria.
Podía recordar perfectamente el día en que le gusto, ambos coloreaban un dibujo sobre una mesa circular con su maestra sentada en su escrito a unos pasos. Cuando de repente una niña que no recordaba bien, tiro los colores de la pequeña rubia, nadie se había movido, ni siquiera su maestra, él fue el único que se acerco a la latina y recogió sus colores, recibiendo a cambió un pequeño gracias y su primer beso, en la mejilla claro esta.
Todos sus recuerdos más memorables eran junto a ella, pero ella ni siquiera lo notaba. Alex como él la llamaba personalmente, era una chica bastante lista, pero demasiado reservada, no hablaba con nadie a excepción de la hiperactiva de Do Bong Soon, que no era la persona más inteligente que conociera, pues la chica con las justas iba a pasar el año.
—llegamos.
A su lado la rubia le sonrío agradecida antes de agarrar su mochila y salir de su auto. Sin esperar más tiempo la imito, para entrar a la escuela con ella. Pues había sido una suerte coincidir con Alex en la calle, y por primera vez agradecía enormemente haberse quedado dormido.
—¿nos toca logística, cierto?
Maldijo internamente su idiotez ante la pregunta, pero sonrió alegre cuando escucho a Alex soltar una risita divertida.
—de hecho nos toca deporte. Logística acaba de terminar. —suspiró la rubia pesadamente mientras caminaban por el largo pasillo vacío— ¿Te quedaste dormido?
