Dentro de la prisión se encontraba un chico de cabellos azabache junto a una gigante mirando a una chica de cabellos anaranjados dormida dentro de una celda.
- Meliodas, mira aquí. -mencionó el de mechones rubios apuntando a la celda. -la hija del doctor.
- ¿Estás seguro? -pregunto el cerdo y el de orbes color miel asintió.
- Diane, ¿crees que entre en tu mochila? -alzó la vista el de ojos verde.
-Sí, no te preocupes. -dijo alcanzando a la chica y esta se desmayó por el susto de ver una gigante
- ¿Está bien? -pregunto el rosado mirando a la chica.
-Si solo se desmayó y Elizabeth sigue inconsciente. - habló el hada mirando la mochila y la gigante la cerro.
Una sombra se asomó por el pasillo-¡Muéstrate! -el rubio soltó de manera sería.
-Hola chicos - saludo mientras movía su mano alegremente la de cabellos magenta.
-¿Estas intacta? -pregunto el cerdo mirando a la de capa verde.
- Claro. -respondió con una sonrisa.
- Adoro los reencuentros. -el rubio de orbes celeste camino haciendo presencia mientras llevaba la capa blanca.
- ¿Quién eres? ¿Porque llevas la capa de mi hermana? - pregunto el de ojos verde en posición de ataque.
-Calma niño bonito -la pelirroja se colocó al lado de chico con capa. - Solo se la preste.
- ¿Desde cuándo te mandas sola? Te he dicho millones de veces que no te alejes y parece que escuchas lo contrario. - pregunto el rubio de corbata con un tono serio mientras abandonaba su pose.
-Si si, luego peleamos, pero en este momento alguien te busca.
Meliodas la fulminó con la mirada hasta que su mirada logró ver una silueta bastante alta y conocida silueta en el pasillo, donde segundos después apareció el peliblanco.
- Ban. -murmuro el Rubio de ojos verdes mientras observaba de manera sería, al contrario.
-Vaya, el capitán. -respondió de igual forma.
La tensión comenzó a sentirse en el aire, ambos se miraban fijamente como si su vida dependiera de ellos, como si una batalla se llevará a cabo en las pupilas del otro y el silencio reinaba, pero de un segundo a otro las reacciones cambiaron a unas de alegría mientras se golpeaban, jugaban, pateaban y lanzaban al otro al muro.
- Y yo que pensé que mi reencuentro con ustedes había sido épico. - río el rubio mirando a la chica de orbes verde.
- Te fascinó nuestro reencuentro. - comentó la pelirroja mientras se acercaba a una de las ventanas.
- Por supuesto, no todos los días puedes tener sobre ti a la capitana de los pecados mortales. - sonrió este.
- Si Meliodas te escucha, considérate hombre muerto. -comentó el hada acercándose.
- Pollo-chan, me alegro de verte. -río el rubio y el azabache se sonrojo.
-Vuelve a llamarme así y te arrancare los ojos. -murmuro.
- Uy, qué miedo... Quiero verte intentarlo. - sonrió de manera ladina y la de cabellos cereza los separó.
- Dios Santo, son peor que dos niños humanos. -río y miro a la pelirroja. - ¿Estamos encerrados?
- Intentaron encerrarnos con un sello eterno, dame un momento y lo desactivó. -saco un frasco con polvos color lila tomó un poco y lo lanzo fuera de la ventana mientras veía como poco a poco la trampa se desvanecía.
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𝙿𝙴𝙲𝙰𝙳𝙾𝚂 𝙼𝙾𝚁𝚃𝙰𝙻𝙴𝚂 (Nanatsu No Taizai)
Fanfiction"𝙽𝚘𝚜 𝚚𝚞𝚎𝚍𝚊𝚛𝚎𝚖𝚘𝚜 𝚌𝚘𝚖𝚘 𝚞𝚗𝚊 𝚕𝚎𝚢𝚎𝚗𝚍𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚕𝚊𝚜 𝚜𝚒𝚐𝚞𝚒𝚎𝚗𝚝𝚎𝚜 𝚐𝚎𝚗𝚎𝚛𝚊𝚌𝚒𝚘𝚗𝚎𝚜... 𝚄𝚗 𝚜𝚞𝚜𝚞𝚛𝚛𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚜𝚎 𝚝𝚛𝚊𝚗𝚜𝚖𝚒𝚝𝚊 𝚙𝚘𝚌𝚘 𝚊 𝚙𝚘𝚌𝚘... 𝚈 𝚞𝚗𝚊 𝚜𝚘𝚖𝚋𝚛𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚙𝚘𝚌𝚘𝚜 𝚗𝚘𝚝...