𓈈Capítulo 7𓈈

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Prisión Baste por fuera

-- Yo veo unos 19 caballeros y contando porque están saliendo varios. -habló la pelirroja mirando la entrada a la prisión.

-- Arriba hay otros 13, se pueden ver por las ventanas -dijo la de orbes purpura mirando cada ventana- son más de 32 a la vista.

-- Nada más. -contestó la pelirroja sin importancia y tomó su bolso.

-- ¿Nada más? -repitió la de capa verde- aún faltan demasiados.

-- Sería un buen momento para utilizar el poder de nuestra querida tortuga, ¿no lo crees? -inquirió la de ojos verdes con una sonrisa mientras le mostraba una pócima morada.

-- ¿Es una copia? -interrogó mientras tomaba la botella y la pelirroja asintió. - ¿es segura?

-- Nada de lo que hago es seguro -se burló Alhelí destapando la botella y luego beberla. - a su salud.

-- A su salud. -imitó la de cabellos magenta con inseguridad.

Aldea Dalmary

Todos los aldeanos corrían buscando un techo o lugar donde ocultarse del ataque de los insectos, pues estos comenzaron a lanzar ácido y no sería muy lindo que tuviera contacto con la piel.

-- A este paso destruirán toda la aldea. -grito el cerdo mientras corría.

-- Señor Meliodas -susurro.

La princesa corrió hacia donde se encontraba el rubio pero un enjambre de insectos se acercó a ella con intención de atacarla, está grito, pero varias flechas destruyeron el enjambre que se acercó a la princesa. Cuando abrió los ojos se encontró a Ángel flotando frente a ella con una mirada bastante sería y su arco brillando.

-- Mi deber es proteger a la tercera princesa de Liones -tomo otra flecha y a punto a otros insectos que estaban alcanzando a un grupo de niños. - Tesoro sagrado Jasprin, ¡Flecha compacta!

El azabache disparo la flecha y está se dividió en otras más pequeñas destruyendo a varios insectos a su alrededor; cargo a la princesa y al cerdo para llevarlos a la puerta del lugar donde estaba el rubio.

-- Ayudaré a Diane, quédate con Meliodas. -ordenó el de mechones rubios y la princesa asintió.

Dentro de la prisión Baste

Dos caballeros se encontraban resguardando una puerta mientras conversaban acerca de la pelea que tenían los pecados contra los caballeros sacros, cuando la puerta cayó al suelo y dejo ver a un hombre con una melena blanca y varias heridas profundas en su piel que aún sangraban, pero la expresión era como si estuviera completamente intacto.

-- Un paseo después de tantos años -hablo este alzando la voz mientras se estiraba- Suena bien, ¿no lo crees Malik?

-- Ah~ suena bastante bien, pero antes tendrás que sacarme de aquí, ¿no crees? -dijo una voz juguetona y serena desde la celda de enfrente, la cual no tenía caballeros pues habían huido.

-- Dame un segundo. -contestó el Albino tronando su cuello.

-- Uno de los pecados capitales. Ban, el zorro de la avaricia, ¡¿Cómo saliste de ahí?! -exclamaban asustados los caballeros.

-- Rompí la puerta par de inútiles. ¿Qué no se dieron cuenta? -hablo de manera burlesca mientras se quitaba los instrumentos y cadenas que tenía en su cuerpo. - hablaban de algo interesante para nosotros y me entere de que sigue vivo, el líder.

-- Oye Zorra, ¿me sacaras de está celda o qué? - exclamó la voz nuevamente, pero está vez un poco más sería.

-- ¿Qué es todo este escándalo? -llegó un caballero de cabellos plata mirando al pecado.

𝙿𝙴𝙲𝙰𝙳𝙾𝚂 𝙼𝙾𝚁𝚃𝙰𝙻𝙴𝚂 (Nanatsu No Taizai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora