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09. Citas improvisadas.

Frotaba sus manos en su pantalón y miraba en todas direcciones tratando de activar una inexistente habilidad de poder ver a través de la oscuridad. Harry había salido del edificio donde vivía hacía menos de una hora verificando que la última vez que revisó el cristal de su reloj en su muñeca indicaba que aún faltaban veinte minutos para la media noche.

Suspiró alzando la vista al cielo, la luna siendo testigo de la falta que estaba cometiendo a su credibilidad al mentirle a sus padres y a la mujer que esperaban que cortejara.

Pero Louis continuaba sin aparecer.

Caminó en círculos sin ser consiente de cuánto tiempo se mantuvo accionando ese reflejo de ansiedad manifestándose entre la oscuridad y los arbustos. Repiqueteó su dedo en el mismo cristal del reloj varias veces, ansioso de no poder distinguir los números o las agujas del mismo así que resignaba a dejar que el tiempo pasara mientras sus pies se movían.

Incluso meditó un poco sobre su decisión de aceptar aquella reunión improvisada con el empleado extraño, por un momento pensó en irse del lugar diciéndose a sí mismo que era demasiado ridículo todo aquel asunto y lo mejor era dejarlo pasar y fingir que nada pasó, pero no fue capaz de mover un solo pie a la voluntad de abandonar el lugar y el acuerdo de un nuevo encuentro, pero volvió a moverse para continuar con su andar ansioso.

Cuando iba por la mitad de la cuenta de las flores de los arbustos escuchó el murmullo de pasos torpes al otro lado del arbusto, bajó la cabeza para ser una silueta reconocible, pero agudizó la vista para identificar que era aquel ruido.

—Maldita sea, estás sangrando—habló una voz preocupada que Harry no logró identificar, una risa baja después de eso.

—¿Dónde estamos?

—Casi llegamos al edificio. Creo que mamá va a terminar de matarnos.

—Esa broma no es muy divertida ahora, Will.

—Cállate.

Louis miró a su alrededor aun sin quitar el brazo de los hombros de su gemelo. Reconoció el lugar donde se encontraban a pesar de la oscuridad y de inmediato recordó algo muy importante.

—Will, déjame aquí.

—¿Estás loco? No.

—Por favoooor—Louis se tambaleó, haciendo que el mayor de ambos reafirmara su agarre en su dorso provocándole un quejido audible—. Tengo una... si, una cita.

—También un corte en el costado. Ni siquiera puedes caminar por tu cuenta, Lou. No voy a dejarte así en la oscuridad.

Harry apretó las ramas de los arbustos en sus manos.

—No—se negó el menor empujando lejos a su hermano sin éxito—. Déjame, tengo una cita con un par de ojos encantadores.

Harry bajó la mirada avergonzado, aun cuando nadie lo estaba mirando.

—Louis, no.

—Calla—finalmente Louis colocó su mano sobre el rostro de su hermano y lo empujó lejos de él, caminando con pasos muy torpes hacia los arbustos que reconocería sin importar su estado de conciencia.

Harry se alejó del arbusto cuando el ojiazul comenzó a atravesar las hojas, golpeando algunas flores en el camino y sonriendo mientras aguantaba cualquier queja por el dolor.

Al terminar de atravesar el arbusto el castaño miró a su alrededor y su sonrisa se ensanchó al ver al rizado de expresión confundida parado al lado de las flores iluminadas por la luz lunar sobre sus cabezas.

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⏰ Última actualización: Mar 26, 2023 ⏰

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