02. Nos conocimos.
Salió del salón dando fuertes zancadas mientras retiraba los gemelos de sus mangas y los guardó en los bolsillos de su saco con agresividad, aflojó el ajuste de su corbata murmurando frases inentendibles para después gruñir. Apretó los puños y dio varios pisotones al suelo.
—Rabietas de niño rico—se sobresaltó al escuchar aquella voz y se giró a ver de dónde provenía—. Creí que estabas furioso y ahora luces asustado, demasiado predecible—el desconocido alzó ambas cejas y acercó un cigarro encendido a sus labios, el rizado utilizó aquella oportunidad para observar mejor al hombre.
Era uno de los meseros, lo supo porque este no llevaba ningún sombrero que él consideraba ridículos y una pequeña placa brillaba sobre su pecho con la luz de la lámpara que estaba sobre la puerta trasera.
Edward torció el gesto.
—No está permitido fumar en el salón de Dreaming Place—le recordó Edward con recelo, aún en su lugar, sosteniendo el extremo de su manga donde debía de ir el gemelo de oro cuadrado.
El hombre soltó una risita mientras exhalaba el humo del tabaco, sus hombros se sacudieron un poco y alzó la mirada mientras acomodaba el flequillo de su frente con un movimiento de cabeza.
—Es mi descanso, y está prohibido solo dentro del salón, yo estoy en el patio—volvió a darle una calada al cigarro sosteniéndole la mirada a Edward.
El adolescente arrugó su nariz cuando el hombre exhaló el humo dejándolo escapar en el aire. A pesar de verse mayor que él no lucía como un hombre común, más bien un adulto joven.
—¿Podrías no fumar frente a mí?
—¿Intimidado porque no puedes fumar conmigo o eres otro niño que odia el olor del cigarro? —Edward apretó los puños al escuchar la segunda opción.
—¡No soy un niño! —gritó llevando sus puños a los costados e inclinándose, el hombre volvió a reír entre dientes.
—Por supuesto que no—Edward juntó ambas cejas sin entender a lo que se refería, aun así, no disminuyo su enojo. El mesero soltó el cigarro sobre el suelo y lo pisó—Pero voy a consentirte.
Edward se acercó a él, decidido, iba a gritarle por ser irrespetuoso.
Pero su camino se vio interrumpido por la puerta de metal abriéndose inesperadamente, sintió el golpe repentino en una parte de su rostro y fue empujado a un costado.
Un hombre de apariencia robusta vació un bote de basura en el deposito al lado de la puerta contrario al del hombre y volvió a entrar al salón como si no acabara de golpear al hijo del dueño en el rostro con la puerta.
El tipo comenzó a reír.
Edward abrió los ojos y se encontró al mesero cubriendo su boca con un puño mientras reía y lo miraba con los ojos abiertos, el rizado frotaba su mano sobre su pómulo intentando minimizar su dolor.
—¡Dios mío! ¿estás bien? —preguntó entre risas contenidas mientras se acercaba a su superior, Edward aprovechó la cercanía para leer el gafete en su saco blanco.
William Tomlinson.
—Sí, solo, ouch—se quejó descubriendo un poco su rostro, pero sin dejar de sobar su mejilla adolorida.
—Ven aquí—William tomó el rostro del menor y se acercó a ver la línea roja sobre el pómulo del adolescente.
—Creo que es un corte—murmuró Edward detallando el rostro del hombre. Ojos azules, pómulos levemente marcados y mandíbula estructurada, mantenía ambas cejas levemente fruncidas y sacaba levemente la punta de su lengua por la concentración, casi nada.

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Dreaming Place » l.s
FanfictionDreaming Place es el edificio departamental más conocido y prestigiado de todo Londres, permanecía bajo el legado del apellido Styles, siendo los dueños de aquellas paredes que habían brindado memorias que siempre estarán presentes de aquellos que a...