4. Gracias por volver a mí.

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—Lamento el retraso, niños. —Entraba por la puerta de la clase con una gran pila de papeles, hacía incluso malabares para que nada se cayera, sentí que me liberaban de un gran peso.

—La ayudo, Shizen-Sensei. —Era el servicial Iida quien me ayudaba a colocar todo lo que llevaba conmigo sobre el escritorio, suspiré y lo miré agradecida.

—Muchas gracias, Iida, la espalda comenzaba a matarme. —Una vez comprobé que todos estaban sentados en sus respectivos lugares les dediqué una sonrisa.— ¡Buenos días a todos! Me alegra que vuestras caras iluminen mi día hoy, traigo los exámenes corregidos que realizaron el otro día y además unos pequeños apuntes con mejoras, consejos, anotaciones sobre vuestros poderes. Son individuales y hechos por mí misma. Oh, cierto, también dentro de estos hay una hoja donde puse en qué deben mejorar respecto a los exámenes escritos. Me esforcé, pero entendería que alguien no quisiera esto, al final cada uno sabe lo que tiene, ¿cierto? Bien, comenzaré a repartir los exámenes. —Tomé una pequeña parte de aquellos papeles y los miré a todos de nuevo.— Antes de repartir, quiero decir que estoy muy orgullosa de todos ustedes. He notado múltiples mejoras en todos. Ashido Mina. 

Y así, uno a uno comencé a repartir. Era una maestra amable y servicial pero no aprobaría a nadie ni regalaría nota a no ser que de verdad se lo mereciera. Por tanto, había gente a la que no podía aprobar aquel examen, por suerte siempre podían compaginar con la práctica. 

Después repartí aquellos consejos a cada uno. Para mi sorpresa todos aceptaron excepto Katsuki Bakugo, pero como lo vería al acabar las clases, podría mostrarle lo que contenía aquel mini libro y quizás lo convencía. 

Fue una mañana maravillosa como todas las que ellos me daban. Amaba ver sus sonrisas y sus risas cuando algo gracioso pasaba en mis clases, quería ser una salida para ellos y no una carga, así que me esforzaba demasiado por ellos, pero lo daría todo por verles en las noticias siendo los mejores héroes jamás conocidos, y saber que contribuí para que aquello fuera posible. 

Recordé que hoy me vería con Yagi y lo único que hice fue prepararme un té en la sala de profesores y dirigirme al lugar donde me indicó. Siempre me dijeron que aquella sala estaba vacía y que no hacía falta entrar ya que no había nada, me daba curiosidad por qué había elegido ese lugar.

—...

Oh, no estaba tan vacío. Y sí, había entrado sin miedo tal y como él me dijo, y no había nadie. Me senté en aquel sofá para esperarlo mientras tomaba mi té. Aún cuando hiciera calor mi cuerpo normalmente estaba frío, así que necesitaba tomar cosas calientes para así poder regularlo. El té y el café eran como mis mejores amigos, y ni hablar del chocolate caliente, a esa pequeña maravilla lo consideraba hasta mi amante.

Suponía que Yagi podía venir aquí y descansar de su forma sin que nadie se enterara, era un lugar acogedor, y además al lado del director, privilegios. Sonreí ante mi ocurrencia. 

—Lamento llegar tarde. —Lo miré, ahí estaba él con su ropa dos tallas de más acompañado de una sonrisa nerviosa.

—Está bien, no llevo mucho aquí. —Se sentó frente a mí, yo miré su rostro esperando que él comenzara a hablar.

—Supongo que... debería empezar por el principio. —Suspiró y yo asentí.— Midoriya vendrá en unos minutos, así que me apresuraré con el principio y lo demás él estará presente. —Por su rostro podía notar que estaba pensando en las palabras correctas que debería utilizar. No sabía qué tan complicado era hasta que no lo escuchara salir de sus labios.— Primero, desde antes de conocerte ya te dije que yo tenía un enemigo muy grande y que mi cometido era derrotarle pasara lo que pasara, ¿cierto? —Yo asentí, recordaba sus palabras, fue cuando me encontraba en segundo año, no supe nada de él hasta casi acabar mi tercer curso, justo cuando me graduaba, por ello es que él vino.— bien... antes de eso... yo tenía a mi maestra, Nana Shimura. Ella... Yo no tenía Quirk, era como Midoriya, hasta que la conocí y ella me traspasó mi poder, One for All. —Mis ojos no podían estar más abiertos. Cualquiera pensaría que simplemente se había inventado aquella historia pero en sus ojos podía ver completa sinceridad, y además yo confiaba en él.— One for All es el poder que uno cultiva para pasarlo al siguiente portador, yo fui uno de ellos y ahora el siguiente es Midoriya, este poder se creó con el fin de acabar con All for One. 

𝚕 𝚒 𝚏 𝚎 -- Yagi ToshinoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora