Limpiando tus lágrimas

Capítulo 18 : Crónicas de padre e hijo

Shen Yuan estaba siguiendo a Shen Qingqiu por la montaña, admirando todo lo que veía. Era un día muy soleado y Shen Qingqiu lo estaba guiando por la cima para que el niño no se pierda si algún día se marcha solo.

Visitaron los distintos edificios, fueron recibidos y presentados a muchos discípulos a lo largo del camino, y caminaron a través de muchos paisajes hermosos. El lugar en el que Shen Yuan se emocionó más fue la biblioteca, que era elocuente y grande. Había tantos libros en la colección para que uno los hojeara y el chico parecía el más emocionado de poder pasar el tiempo explorando el espacio. El propio Shen Qingqiu estaba bastante complacido de que su hijo mostrara un interés inherente en la literatura y estaba ansioso por enseñarle todo lo que tenía para ofrecer.

Además, este niño escuchó pacientemente lo que tenía que decir y fue bastante obediente. El Señor de los Picos quedó bastante impresionado de haber descubierto a uno tan obediente, que escuchó debidamente. Cada momento que pasaba con Shen Yuan, sentía cada vez más que este chico se portaba muy bien y no era de los que gritaba o lloraba mucho si no se salía con la suya. Prácticamente esperaba tal comportamiento de un niño sucio que encontró al costado de la calle. Estaba agradecido de que este también tuviera buenos modales, presentándose cuando saludaba a otros discípulos y jefes de secta, sin interrumpir cuando quería hacer preguntas o ser ruidoso y grosero. Hizo que Shen Qingqiu se preguntara quién le enseñó a este joven tales hábitos de descendencia.

Le preguntaba: "¿Shen Yuan?"

"¿Sí, Shizun?" respondió el chico, sin murmurar ni quejarse. Al maestro le molestaba que el niño no se hubiera dirigido a él como padre todavía, pero supuso que solo se conocían desde hacía un par de semanas, por lo que entendió las dudas de su nuevo hijo.

"¿Recuerdas quiénes eran tus padres antes?" Shen Qingqiu cuestionó.

Los ojos de Shen Yuan se posaron en un tema tan amargo y su labio hizo un puchero cuando respondió directamente: "En realidad, no, Shizun".

Las cejas de Shen Qingqiu se suavizaron ante tal comportamiento y se preguntó: "¿Recuerdas si la casa era bonita o pobre?"

Shen Yuan se animó con eso con curiosidad en sus ojos, "Fue un poco grande".

"¿Entonces quizás eran ricos?"

Shen Yuan se miró los pies y pensó: "No estoy muy seguro".

"Hm", pensó Shen Qingqiu. Si fueran ricos, al menos habrían tenido a alguien que cuidara de un pequeño maestro si los padres murieran. Reflexionó sobre cuál podría ser la respuesta.

Shen Yuan se enfrentó a él, tirando de su túnica mientras le preguntaba: "¿Por qué quiere saber Shizun?"

Shen Qingqiu se enderezó y dijo: "Eres un niño bien educado. Me preguntaba dónde aprendiste esos modales ".

El niño miró y sonrió ante el elogio, "¡Gracias, Shizun!"

"¡Hmph!" Shen Qingqiu se cruzó de brazos y luego decidió hacer otra pregunta: "Dime, eres muy elocuente. ¿Sabes leer? "

Shen Yuan asintió alegremente, "¡Mm! Hago."

"Ya veo", se rascó la mejilla en contemplación. "¿Que tan bien?"

"¡Soy muy bueno en eso!" Shen Yuan exclamó. "Y sé escribir".

"Hm", pensó Shen Qingqiu. "Entonces así serán las cosas". Se aclaró la garganta y dijo: "Estudiarás todo lo que te dé. Termina cada pieza y pondré a prueba tus conocimientos ".

Shen Yuan parpadeó y luego estuvo de acuerdo: "¡Está bien!"

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El pequeño Shen Yuan estaba en la mesa leyendo un libro de repuesto cuando Shen Qingqiu regresó a la Casa de Bambú con muchos más libros y pergaminos. Le llevó la pila al niño que la miró con curiosidad y Shen Qingqiu dijo: "Si quieres poseer con orgullo el título de mi hijo y aprender a cultivar adecuadamente, comenzarás con lo básico. Te destacarás más allá de tus compañeros y diezmarás a tus rivales ".