Limpiando tus lágrimas

Capitulo 76

En cuanto a las promesas que Liu Qingge le hizo a A-Yuan, es posible que pueda acercarse al niño más cómodamente, pero acercarse al padre fue una historia completamente diferente. Podría esperar al margen como un cobarde, o podría marchar hacia Shen Qingqiu ahora mismo.

En ese momento, estaba fuera de la sala de almacenamiento donde se encontraba el Montículo, impulsándose para entrar. Sus pies habían estado congelados donde estaba parado junto a la puerta principal por un tiempo, pero solo necesitaba convencerse de que estaba bien, que todo estará bien, ¡y que simplemente entrara!

El maestro de la cima de Qing Jing estaba allí hoy, siendo diligente y silencioso. El único sonido que se podía oír era el movimiento de los papeles y el sonido de un bolígrafo al rascarse. No había nadie más allí en ese momento, esta sería una oportunidad perfecta para entrar.

Anteriormente, Liu Qingge observaba desde lejos cómo Shen Qingqiu trabajaba en el Montículo, sentado en un árbol o algo así. Siempre asegurándose de permanecer fuera de la vista. Sin embargo, Qingge había ganado tantas cosas que se preguntaba si Shen Qingqiu alguna vez había notado su presencia. Nunca llamó a Liu Qingge, así que nunca lo vio o tal vez pensó que el señor del pico Bai Zhan no valía la pena...

Pero Shen Qingqiu tampoco lo ahuyentó nunca.

Pero después de un tiempo, la pluma de Shen Qingqiu dejaba de escribir, aunque era demasiado pronto para que dejara de trabajar. Y nadie había entrado tampoco para distraer al maestro de secta. Liu Qingge arqueó una ceja ante eso, tratando de echar un vistazo a las grietas de la madera en la puerta.

¿Se quedó dormido el señor Qing Jing? Probablemente estaba muy cansado. Trabajando día tras día.

Liu Qingge se quedó en silencio por un momento, luego abrió lentamente la puerta y vio que no había nadie en el escritorio donde estaba sentado Shen Qingqiu. Confundido, entró silenciosamente, buscando sigilosamente dónde podría haber ido el maestro de la secta. Caminó con cuidado hacia el escritorio, miró a su alrededor y vio que algunas páginas se habían caído.

El señor de la cima miró a su alrededor y sintió que algo pequeño goteaba sobre su nariz. Qingge se lo limpió y comprobó que tenía las manos rojas. Levantó la mirada y vio una gran salpicadura de sangre en el techo. Se quedó boquiabierto y rápidamente gritó presa del pánico: “¡SHEN QINGQIU! ¡¿DÓNDE ESTÁS?!"

Había una mufla baja detrás del Montículo y Liu Qingge corrió alrededor de ella para ver que el maestro de Qing Jing yacía en el suelo, inconsciente. Liu Qingge jadeó y corrió hacia él, pero antes de que pudiera alcanzar a Shen Qingqiu, vio movimiento y de repente le golpearon el estómago. Gimió dolorosamente por haberle quitado el aire, sin ver lo que podría haber sido. Pero entonces, para su sorpresa, le agarraron la pierna, lo azotaron y lo arrojaron. Pero como ya estaba en modo de lucha o huida, tuvo la previsión de reaccionar y recuperarse. Aterrizando en la pared y cayendo. Qingge desenvainó su espada, preparado para lo que podría haberlo atacado, pero no vio nada. Fue tan rápido y borroso que no pudo ver bien a su atacante. Todo lo que había alrededor era papel que caía de la pelea.

¿Eran invisibles? No, Liu Qingge juró que vio algo. Simplemente no sabía qué era todavía. Se acercó cautelosamente hacia adelante de nuevo, listo para otro ataque. Pero no vi nada en este momento. Reflexionó sobre la mejor manera de llegar al padre herido y luego decidió saltar hacia la izquierda, pegándose más a las paredes y dando vueltas por la habitación hasta donde estaba Shen Qingqiu.

Quizás el agresor se escondía en el Montículo como un cobarde. Si es así, Qingge no se acercará demasiado todavía y preferiría priorizar salvar a Shen Qingqiu primero. Pero cuando llegó al otro lado, vio que el maestro ya no estaba. Liu Qingge miró frenéticamente a su alrededor y luego volvió a gritar: “¡SHEN QINGQIU! ¡GRITAR!"