🗡Alina🗡

8.6K 804 75
                                    

I

Angus y yo hemos decidido irnos; ambos creemos que es lo mejor. No me opongo porque en realidad no siento ningún apego a este lugar, si hubiera algo que podría detenerme sería mi familia, pero ahora en realidad son ellos el principal motivo por el cual quiero irme. No quiero volver a verme en sus ojos sabiendo la clase de ser inmundo que soy. No puedo cambiar, no quiero hacerlo y lo mejor es alejarme de ellos por siempre.

— Iré a ver cómo están las cosas e intentaré traer dinero, ahora si lo vamos a necesitar —dice Angus mientras se alista para salir.

— ¡No quiero estar sola, llévame contigo! —pido de inmediato sujetándole del brazo.

— Hoy no —dice alejando mis manos—, debo ir solo, será menos arriesgado.

— Pero...

— No me tardo —y así sin más se marcha.

Bufo molesta observándole marchar, pero como no quiero quedarme aquí sola, salgo de la cabaña rato después de que él se va, ya es algo tarde y el cielo está nublado justo como me gusta. Me pongo la capucha de la sudadera y comienzo a caminar rumbo al lugar donde mis padres se están quedando. Angus me ha dado la información de donde viven, aunque no había querido ir a verlos todavía, pero siento que no debo seguir retrasando este momento. Quiero verlos, aunque sea una última vez, la idea de perderlos para siempre ya no duele, no como antes, pero aun así estoy consciente de quiénes son y de lo que se supone deben de significar en mi vida.

Saber que tengo una hermana de alguna manera me hace muy feliz; saber que ellos no estarán solos, que tienen a quien querer y quien los quiera me deja muy tranquila.

Cuando llego frente a la casa de mis padres, me detengo y me recargo en una pared, suspiro profundamente y miro las luces encendidas. Me quedo observando fijo tratando de imaginar lo que ocurre dentro de esa casa hasta que veo como la puerta principal se abre, rápidamente me escondo contra esquina y miro, me llevo una gran sorpresa al ver salir a Alina; mis padres le sonríen cálidamente y ella les devuelve la sonrisa.

Por alguna razón que no entiendo, siento una gran ira recorrerme de pies a cabeza y esta incrementa al ver que en sus brazos sostiene a mi hermanita, no me es posible observarle bien ya que está tapada con una manta, pero de la nada siento el impulso de correr hacia ellos, de arrebatarle a mi hermana, de gritar que ellos son mi familia no la suya y sobre todo siento unas tremendas ganas de matarle, de matarle de la forma más cruel y sanguinaria posible.

Hasta ahora no había querido hacerlo, no me atrevía siquiera a pensarlo, había algo que me detenía y me hacía sentir gran culpa. Quería que al menos ella viviera bien y así tal vez podría expiar un poco mi pecado a través de su tranquilidad, pero creo que eso es algo completamente imposible.

Me mantengo a distancia observando, Alina le entrega la bebé a mamá y después de despedirse de ellos comienza a caminar hacia donde estoy. Cuando escucho sus pasos lo bastante cerca, me pongo en posición de ataque, en cuanto entra en mi rango de visión la tomo del cabello y la estampo contra la pared, maldigo al darme cuenta de que no llevo el cuchillo de Angus, creo que ya es hora de tener uno propio. Alina se da la vuelta rápidamente, me toma de la mano e inclina su cuerpo haciéndome caer por enfrente de ella, había olvidado que es más fuerte que yo, siempre lo ha sido, era ella la que nos cuidaba a Ema, Isamar y a mí cuando otras chicas se querían pasar de abusivas.

Me quedo en el suelo algo aturdida, me mira y sonríe cuando me reconoce.

— ¡Linney! ¿Visitando a la familia?

— ¿Qué haces en casa de mis padres? —pregunto mientras me pongo de pie.

— Soy la mejor amiga de su pobre hija perdida, es obvio que me abran las puertas de su hogar no ¿crees? Ellos me aman y ahora será fácil incluso hacerlos amarme más de lo que te aman a ti.

— ¿Por qué harías algo así?

— No lo sé, tengo esta extraña sensación de que sería divertido ver que sucede.

— ¡Estás loca, eso no pasará nunca!

— Soy una pobre víctima y tú una asesina ¿realmente crees que no puedo hacer que a sus ojos tú dejes de existir?

— ¡Son mis padres y te quiero lejos de ellos!

— ¡Eres un monstruo y no los mereces! —Alina camina a mi alrededor manteniendo una distancia prudente—, no deberías salir sin tu amado asesino, eres presa fácil sin alguien que esté cuidando tu espalda.

— ¡No necesito que nadie me cuide!

— ¿Sabes? Tu pequeña hermana se llama Citlalli, es una hermosura de niña, tiene tus ojos, es una lástima que nunca la conocerás.

— ¡Cállate!

— Ella se siente tan bien en mis brazos, se ríe mucho conmigo, ella me quiere como si yo fuera su hermana mayor.

— ¡Pero no lo eres!

— Cierto es por eso que no me importará perderla —dice sonriendo.

— ¿Qué quieres decir? —Alina suspira y se detiene mirándome fijamente.

— Has cambiado mucho Linney, o  ¿será que este es tu verdadero "yo" y nunca supimos darnos cuenta? Como sea, es un hecho de que ni tú ni yo somos las mismas que entramos a ese maldito internado hace un par de años.

— Amo lo que soy ahora —digo con una enorme sonrisa—. ¡Soy una asesina! —sonrío mucho más—. ¡Y me encanta!

— Puedo verlo —Alina me mira fijo a los ojos, puedo ver lo vacía que ahora ella se encuentra, tiene razón ya no queda ni la sombra de lo que fuimos una vez—, el color rosa de nuestras vidas se ha opacado por el negro, la niña feliz de la vida que era ha muerto... tú la has matado. La mataste al igual que a Isamar y Emma.

— ¡Yo no las maté!

— Pero es como si lo hubieras hecho.

— No las maté, pero si Angus no lo hubiera hecho lo más probable es que sí hubieran terminado muriendo en mis manos, al igual que tú.

— ¿Quieres matarme Linney?

— No quería sinceramente, pero ahora lo deseo más que a nada en el mundo.

— ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo?

— Porque eres mi mejor amiga y hay algo perverso en ello que me dice que matarte me proporcionará mucha satisfacción.

— Ya veo, entonces yo te daré mucha diversión Linney, será tanta que pedirás que me detenga. Si quieres matarme dejaré que lo hagas, pero todo a su tiempo —Alina comienza a caminar alejándose en dirección contraria a mí.

— ¡Espera!

— ¡Aún no es tiempo amiga! —exclama y mira sobre su hombro poniendo sus ojos sobre los míos—. Yo también puedo ser una asesina si me lo propongo —dice y alzo la ceja—, no debe ser muy difícil —suelta una carcajada y sigue su camino.

Me quedo parada en mi lugar viéndola alejarse, aunque quisiera ir tras ella, sé que me ganaría fácilmente, no soy buena peleando, creo que debo decirle a Angus que me enseñe o por lo menos comenzar a llevar un cuchillo conmigo, así podría ser más fácil acabar con ella.

Realmente quiero ver su cuerpo cubierto de sangre, quiero ver sus lágrimas caer por sus mejillas, quiero ver sus labios moviéndose velozmente al pedir clemencia, quiero volver mis sueños realidad...

Esas incontables pesadillas, hermosas, hermosas pesadillas, donde yo Linney mataba a mi hermosa y querida mejor amiga Alina.

Sonrío al ver su figura alejándose en la distancia. Su hermosura se ha ido con esas horribles cicatrices que marcan su cara. Sus ojos ya no brillan, están opacos y vacíos, ella está más delgada, ya no parece una muñequita de porcelana, ahora es una muñeca fea y yo soy la culpable, a causa mía ella es lo que es ¿y cómo me siento al respecto?

¡Maravillosamente bien!

Angus tiene razón, si dejo de complicarme la vida y solo dejo salir en su máxima expresión el verdadero yo de mi interior todo se vuelve más fácil...

¿Qué es la compasión? ¿Qué es el remordimiento? Ya no sé... no sé nada, he decidido que la antigua y mediocre Linney muera en este mismo instante, ahora solo dejaré salir mis más grandes y oscuros deseos y justo ahora lo que deseo es matar a la que una vez fue mi mejor amiga. 

Hermosa Pesadilla 18+ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora