🗡Angus🗡

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II

Paso... paso... paso...

Camino lentamente mientras un asustado chico corre por delante de mí. Sonrío sintiendo toda esa energía recorrerme por completo. Silbo tranquilamente mientras sujeto de manera firme la hermosa ballesta en mis manos y suelto una carcajada al ver que por más que se esfuerce, el chico no puede escapar; su pierna sangra y el cojear no le permite avanzar debidamente.

— Oh vamos, ¿eso es todo? —me lamento debido a que no he obtenido suficiente diversión, ante mi voz el miedo lo abraza y yo disfruto esa mirada llena temor hacia mí. Finalmente, el chico cae, mis pasos suenan sobre el asfalto, él sabe que su final está cerca y saca la frustración por medio del llanto.

— ¡Aléjate! —grita mientras se arrastra lejos de mí a la vez que me voy a cercando a él—. ¡Aléjate de mí! —llego a él y pongo mi pie sobre su pierna lastimada haciendo que suelte un fuerte alarido de dolor. Me inclino y apunto la ballesta en su entrecejo, su rostro yace bañado en su propia sangre.

— Dime... ¿le tienes miedo a la muerte? —el chico me observa, sus labios tiemblan, pero no salen palabras—. ¡Contesta! —exijo.

— ¡Sí! —exclama cerrando los ojos y dejando salir el llanto con más fuerza.

— Yo soy la muerte, dime... ¿me tienes miedo?

— S-sí...

— ¿¡Me temes!?

— ¡Sí! —su profundo llanto es a mis oídos como una hermosa melodía—. ¡Por favor! —abre los ojos y me mira suplicante.

— Por favor... ¿qué? —pregunto en tono divertido, estoy completamente extasiado por el profundo miedo que sus ojos desprenden.

— ¡No me mates! ¡Por favor no me mates! —el chico grita y suplica, sus labios tiemblan, las lágrimas resbalan por sus mejillas limpiando la sangre.

— ¿Por qué no debería matarte? —cuestiono con una sonrisa ladeada—. Si me das una buena razón tal vez te deje vivir.

— P-por favor...

— "Por favor" no es una razón suficiente —me pongo de pie y apunto la ballesta directo a su cráneo, el chico abre los ojos dejando ver el terror en ellos— Te llevaré al camino que conduce directo al infierno —digo antes de disparar la flecha.

El hermoso sonido que hace al atravesar el cráneo me hace estremecer de pura excitación, el cuerpo del chico cae hacia atrás y sus ojos quedan en blanco. Pongo mi pie en su pecho y tomo la flecha sacándola de su cabeza, el agujero que queda me permite ver a través de ella. La sangre se esparce por el suelo creando una macabra y hermosa escena, saco una foto instantánea y dando la diversión por terminada, doy media vuelta y comienzo a caminar por las solitarias calles con rumbo a las afueras de la ciudad. Miro mis manos ensangrentadas y sonrío, no hay nada que me guste más que sentir la textura de tan exquisito líquido.

Cuando llego a las afueras miro hacia la cima de una colina donde se sitúa el Internado para señoritas. Todas las luces están apagadas, pero de una de las ventanas se trasluce una luz apenas perceptible, siempre se muestra a estas mismas horas y ya se me ha hecho costumbre mirar hacia allá. Sonrío y me pregunto cuándo podré poner una mano encima a una de esas hermosas chiquillas, debe ser verdaderamente exquisito escuchar sus gritos.

Me interno en el bosque; mi hogar. Ese enorme y peligroso lugar que conozco como la palma de mi mano, nadie que sea yo puede entrar y salir con vida, es por eso por lo que nadie que sea inteligente se interna en mi territorio.

I

"Me encuentro en medio de una gran habitación; está completamente vacía salvo por un viejo espejo que cuelga de una pared. Estoy parada frente a él observando mi reflejo. La apariencia es la misma, pero las esencias son diferentes.

Hermosa Pesadilla 18+ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora