Enemigos platónicos. Dulces amantes en secreto.
»Este libro es una colección de Oneshots de los ships Lunter ( Luz y Hunter ) y Lumiter ( Luz, Amity y Hunter )
»Cada Oneshot es de un escritor distinto.
»Ningun relato tiene continuación ( a menos que...
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Lumiter Human Au, MiddleGrade
La campana sonó y las puertas de la primaria comenzaron a cerrarse.
–No creo que tarden mucho en venir por ti, niño– le dijo el guardia al pequeño alumno entristecido que estaba parado en la entrada.
El niño, de apenas seis años de edad, asintió, aguantándose las ganas de soltar una pequeña lágrima por ser el último de todos sus amigos en ser recogido de la escuela, pero de pronto una voz llamó su atención.
–¡Hunter!– gritó un sujeto uniformado, Steve, uno de los empleados de su tío Belos.
El niño se alegro muchísimo al verlo y corrió hacia él.
–Tu tío está ocupado, de nuevo– le dijo –pero ¡hey! Aquí estamos nosotros– exclamó, señalando a su silencioso compañero, Rut.
El niño no dijo nada, aquello era habitual, y tomó la mano de Steve, despidiéndose del guardia quién le devolvió el saludo.
Un par de calles después, Hunter retiró su mano, recordando algo que su tío le había dicho ayer.
–Tengo que empezar a ser independiente, Steve– exclamó el niño.
–Y yo tengo que cuidarte– exclamó Steve, volviendo a tomar su mano. Hunter no pudo más que mostrarle la lengua. –¿Y por cierto, cómo te fue hoy?– le preguntó él, mientras esperaban para cruzar la calle.
–Oh, pues… ¡yo hice una rana de papel!– exclamó él niño. –La maestra Lilith nos enseñó como hacer una. ¡Y le regalé la mía a Luz!– comentó, asintiendo muy animado. –¡Y ella me regaló una también! ¡Y después me dió un abrazo!–.
El niño estaba sonriendo mientras sacaba de su bolsillo una de las pequeñas ranitas de papel azul con stickers y corazones dibujados que Luz le había obsequiado.
–Oh, eso es genial– le dijo Steve, apretando un poco su mano pues el niño había comenzado a saltar.
–¡Hunteeeeeer!– se escuchó de pronto desde la otra acera.
El niño miró y saludó a la niña de lodosos pantalones morados y cabello castaño, emocionado.
–¡Ella, ella es Luz!– le dijo a Steve, apuntando a la chiquilla.
–¡Hunter, veeeeen!– gritaba la niña. –¡Vamos al parque!– le dijo, antes de salir corriendo imitando a un avión.
–¿Puedo ir?– preguntó el niño. –Por favor por favor por favor–.