010. Still Love You

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Relato escrito por Harellow

Relato escrito por Harellow

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Lunter

«Han pasado dieciséis semanas desde nuestra confesión y no puedo evitarlo, la palabra novia en sus cartas, en su voz cuando me habla por las noches, todavía me acelera el corazón. Me pregunto, ¿Y si estaré volviéndome loca de amor?».

Suspirando, Lu repasó con la punta de sus dedos aquella palabra sobre el papel, esperando que el relieve de la tinta hiciera todo aquello más real.


«Tu, y yo; tu conmigo. Yo, tu novia. Amigos, mejores amigos; y ahora, novios».

Ahogó un gritito contra las almohadas, como hacía cada vez que sus emociones le eclipsaban los pensamientos y se ordenó respirar.

Si, su mejor amigo ahora era su novio, lo era desde hacía dieciséis semanas, y ahora, ahora…

–No estoy lista, Tenebris– gimió Lu, guardando aquella carta junto al resto. Meses de correspondencia yacía entre pétalos de flores secas; era una tonta romántica. –¿Qué harías tú en mi lugar?–.

Tenebris, su nutria, ladeó la cabeza, casi sonriendo.

–Tienes razón– resopló Lu, cerrando la pequeña caja de madera.

Las cartas habían comenzado el otoño anterior; había vuelto de trabajar cuando la vio entre la correspondencia y el nombre de Hunter en el sobre le había puesto la mejillas de color rojo. La tomó como si fuese un secreto y corrió a su habitación, escondiéndose bajo las sábanas para abrirlo, mientras su cuerpo entero cosquilleaba y algo cálido revoloteaba en su estómago.

¿Por qué Hunter había enviado esa carta sin avisarle?

«Querida Lu… no se que estoy haciendo…» empezó a leer, y su emoción se transformó en lágrimas saladas que bajaron por sus mejillas sin ella notarlo. «Te extraño… te sueño… ¿Estoy siendo muy cursi?». Una risita escapó de su boca y continuó leyendo.

La siguiente carta llegó dos semanas después, con tres fotografías incluidas y una anécdota sobre cada una. Cuándo terminó de leer, tomó el celular y llamó para pedir más detalles. Nunca había encontrado romántico quedarse toda la noche despierta conversando por teléfono hasta ese momento.

La séptima carta traía con ella una cadenita con un colgante en forma de pretzel. «Lo ví y pensé que algo tan lindo debería ser tuyo…».

Y así las cartas continuaron, durante el invierno, la primavera y otra vez otoño, hasta que llegó «esa» que lo cambió todo.

Fueron tres páginas enteras, escritas en las dos caras. «Necesito ser honesto con lo que siento» había escrito al inicio, y al final, solamente un «llamame».

𝑆𝑤𝑒𝑒𝑡 𝐸𝑛𝑒𝑚𝑖𝑒𝑠 - A Lunter / Lumiter OneshotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora