Llevo cuatro días sin ver a Dylan y estoy que no puedo con mi vida. Se ha ido a visitar a un tío que vive en Chicago. Si lo se, un poquito lejos de aquí. Sinceramente, no se si podré aguantar mucho más sin verle.
Puede que esté exagerando pero nunca habíamos pasado tanto tiempo separados desde que empezamos a salir y se me hace raro no tener que aguantar sus bromas o sus tonterías, también se me hace raro estar tanto tiempo sin sus besos y sus caricias.. Ay dios mio. ¡Estoy necesitada de cariño!
—Amor, podrías despegarte un poco del teléfono y pasar un rato con tu familia.—Dice mi madre entrando en mi habitación.
—Perdón mami, pero es que no lo puedo evitar..—Digo mirando como se sienta en la cama.
—Aw mi pequeña.—Me abraza y me acaricia la cabeza.
—Es que siento como un dolor aquí dentro cada vez que estoy lejos de él y no se como hacer que pare.—Digo tocándome el pecho, en la parte del corazón.
—Cariño, eso no se puede parar. Te estás enamorando.—Dice dándome un beso en la frente.
—Tengo miedo.
—¿De que tienes miedo mi amor?—Dice mirándome preocupada.
—De que salga mal, de que me rompa el corazón, de cagarla y perderlo.. No quiero perderlo. Le quiero.—Digo mientras se me nubla la vista.
—Nina cielo, escuchame. Nada va a salir mal y si algo sale mal pues ya se solucionará ya habrán otros chicos. ¿Vale? Y ahora a cenar que he pedido pizza.—Dice levantandose y yendo hacía la puerta. Yo sonrío.
Tengo a la mejor madre del mundo.
Después de cenar tomo una larga y relajante ducha de esas que tanto me gustan.
Salgo con la toalla enrollada en el pecho y oigo la musiquita que suena en mi móvil cada vez que alguien llama.
Corro hacía la mesita y lo cojo sin mirar quien es.
—¿Si?
—Pequeña soy yo, tú sexy novio.—Dice Dylan con voz seductora. Yo río y niego con la cabeza.
—Hola idiota.—Él ríe y yo muero de amor, echo tanto de menos su risa..
—¿Cómo estás nena? ¿Todo bien?
—Sip, todo correcto. ¿Y por allí como va?—Me siento en la cama mientras sonrío.
—Ajá todo bien. La enana y mi madre te mandan besos.
—Aw, dales besos de mi parte también.
—¿Y para mi no hay? —Dice coqueto.—Mm no, a ti te los reservo todos para cuando vuelvas. Hasta entonces nada.—Digo yo divertida.
—En ese caso, me vas a tener que recompensar muy bien cuando vuelva.—Dice y me juego lo que sea a que se está mordiendo el labio. Ojalá pudiera morder ese labio.
—Te recompensaré muy bien, te lo aseguro.—Intento parecer sexy y creo que lo consigo ya que lo oigo suspirar.
—No sabes cuantas ganas tengo de verte nena. Por cierto ¿Qué hacías?—Pregunta interesado.
—Oh pues justo me acabas de pillar saliendo de la ducha.—Digo mientras me muerdo el labio. Lo oigo tragar al otro lado de la línea.
—¿Estás... E-estás d-desnuda?—Río interiormente. Le estoy poniendo nervioso.
—Bueno, en realidad llevo la toalla. Pero está mojada así que creo que me la voy a quitar.—Me levanto de la cama y la toalla cae al suelo.—Sip, oficialmente estoy desnuda.
—Mierda.—Maldice y yo me excito.
—Tócate.—Me ordena.
—¿Q-qué?
—Quiero que te toques nena.—Gruñe.
—Y-yo no n-no se como ha-hacer esto..—Me pongo nerviosa y me regaño por eso.
—Yo te iré diciendo lo que tienes que hacer ¿De acuerdo?—Dice dulcemente.
—S-si.
—Bien. Quiero que te tumbes en la cama con las piernas abiertas y pongas el manos libres.—Hago lo que me dice.
—Ya está.
—Ahora con una mano vas a tocarte el pecho y vas a pellizcarte el pezón. —Subo mi mano temblorosa hacia mi pecho y gimo a la vez que me pellizco el pezón. Dios.
—Me encanta oírte gemir bebé. Pon tu otra mano entre tus piernas y acariciate de arriba abajo con tus dedos.—Cuando mi mano acaricia mi clítoris no puedo evitar gemir.
—Oh.. Dylan..—Él gime también.
—Nena.. Ojalá fuera yo quien te estuviera tocando.—Gime más fuerte.
—¿Tú t-también te estás t-tocando?—Pregunto más excitada aún si es posible.
—Si.. No he podido evitarlo nena. Tus gemidos me ponen demasiado duro.—Gimo ante sus palabras.
—Estoy tan mojada Dylan.—Mis caderas se mueven en la dirección contraria que mis dedos haciendo que aumente el placer. Froto mi clítoris repetidas veces dejándome sin respiración.
—Imagina que soy yo él que te acaricia y no tus manos. Imagina que te acaricio el pecho y después lo lamo. Imagina que froto tu clítor—Lo interrumpo gimiendo fuertemente. Espero que no me oigan mis padres..
—Dylan.—Digo jadeando.
—Si nena, sigue así. Ya queda poco.—Muevo más rápido mis mano intentando alcanzar la cima.
—M-me voy a correr Dylan.—Él gruñe.
—Yo también pequeña.
Sigo acariciandome un poco más y mi cuerpo se sacude.
—Dylan..—Susurro su nombre mientras mi cuerpo tiembla.
—Nina..—Y se que él también ha llegado.
Nos quedamos unos segundos en silencio intentando regular nuestra respiración. Mi corazón va rápido y mi cabeza da vueltas.
—Creo que ahora soy yo el que se va a dar una ducha.—Yo río.
—Idiota.
—Este idiota te acaba de dar un precioso orgasmo. Deberías agradecérselo.—Río a carcajadas.
—Sigues siendo un idiota.—Él ríe fuertemente.
—¿Sabes qué?
—¿Qué?
—Qué creo que te voy a llamar más a menudo.
Hoooola hooola. Lo se, no me matéis. Sé que llevo un montón de tiempo sin subir y encima el cap es corto... Pero menudo cap ¿EH? Jajajajajajaja
No os preocupéis que en nada haré maratón. Eso si, quiero que votéis y comentéis porque sino no habrá maratón ni caps.
Bueeeno eso es todo por hoy. Espero que les haya gustado.
Un besito.
Byeeeeee.
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Change.
Novela JuvenilOjalá mi vida fuera distinta. Ojalá yo fuera distinta. Ojalá mi cuerpo fuera distinto. Ojalá tuviera un novio. Ojalá, ojalá, ojalá... Si, como podréis comprobar no me quiero mucho a misma y estoy harta de escuchar siempre lo mismo ‘Hasta que no apre...