Capítulo 4. Primera cita.

184 25 2
                                    

Llevábamos un rato caminando mientras hablábamos tranquilamente. Me había dado cuenta de que es muy malo contando chistes y que tiene una risa terriblemente adorable.

—Vale, creo que ya es suficiente por hoy.—Digo quitándome una lágrima. Me ha hecho llorar y todo.

—Está bien, está bien.. Ya paro.—Dice riendo y levantando las manos en señal de rendición.

—¿Y si jugamos a las preguntas? —Le pregunto y el asiente con la cabeza.

—¿Quién empieza?—Dice él.

—¡Tú primero!—Decimos los dos a la vez, luego nos miramos y reímos a carcajadas.

—Está bien, empezaré yo. ¿Cuántos años tienes?

— 18.

—¿De verdad? No lo parece.—Digo yo sorprendida.

—Claro ¿Es un problema para ti?—Pregunta preocupado.

—No no, para nada.—Digo yo calmandolo.

—¿Tú cuantos años tienes?

—16.

—Eres una enana.—Dice riendose entre dientes.

—¡Eh! ¡De eso nada!—Digo yo pegándole con mi puño en el hombro.

—Claro que lo eres.—En ese momento acerca su cara a la mía, tanto que puedo sentir su respiración chocar contra mi cara. El corazón me va a mil y rezo porque Dylan no lo oiga.

Una vez estamos cara a cara me dice—Enana, enana, enana.—Me saca la lengua y se va corriendo. Cuando salgo del estado de shock voy corriendo detrás de él. Lo alcanzo y me subo encima de su ancha espalda.

—¡He dicho que no!—Sigo gritando mientras el ríe y va de lado a lado conmigo encima.

—Vale vale, está bien. No eres una enana.—Dice girando un poco la cabeza para mirarme.

—Eso está mejor.—Digo yo poniendo cara de satisfacción. Me apoyo en su hombro y miro su perfil. Es tan guapo.. No se que hace aquí conmigo pudiendo estar con cualquier rubia pechugona.

—¿En que piensas?—Dice y yo me pongo nerviosa.

—En el daño que tengo que estar haciendote en la espalda. Anda bajame que peso y ya llevas un rato conmigo encima.—Digo lo primero que se me viene a la cabeza.

—¿Qué dices? Pero si no pesas una mierda.—Dice y da una vuelta sobre si mismo. Me agarro más fuerte a su espalda y grito, no quiero caerme.

—No vuelvas a hacer eso.

—¿Por qué?—Dice él frunciendo el ceño.

—Pues porque no quiero caerme.—Digo como si fuera obvio.

—No te dejaría caer. Nunca.—Cuando lo dice me muero de amor. Este chico siempre me sorprende. Sonrío y vuelvo a apoyar mi cabeza en su hombro.

—Bueno, siguiente pregunta. ¿Tienes hermanos?—Digo yo cambiando de tema.

—En realidad, tengo una hermana. Se llama Lilly y tiene 5 años. Le encanta bailar y cantar. También le gusta mucho hacerme la puñeta. Nos lo pasamos muy bien juntos.—Dice orgulloso mientras sonríe.

—¿En serio? Yo siempre he querido tener una hermanita pequeña.— Digo yo mirándolo mientras sonríe. Se nota que quiere a su hermana, le brillan los ojos cuando habla de ella.

—¿Tú no tienes hermanos?

—Si, si que tengo y encima tengo dos. Mi hermana mayor Diana y mi hermano gemelo Charlie.—Digo y el me mira sorprendido.

Change.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora