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Había decidido tomarme la mañana con calma. Luego de llegar a mi casa del  hospital estuve haciendo unas cosas con Shitta y acomodando mi cuarto para distraerme. Llamé a Allexa un rato y me comentó que había renunciado así que  mañana vendría a quedarse unos cuantos días conmigo lo cual me alegraba muchísimo ya que la extrañaba.

Ella siempre era mi guía.

Después hablé con Noah quien me dijo que estaba terminando algunas diligencias pero que si yo quería podíamos salir luego y en vista de que lo extrañaba (y que no vería a Cameron hoy) accedí.  Le comenté a mamá que saldría un rato con él y no tuvo problemas, de hecho me dijo que ella no estaría en la noche. Hacía un tiempo estaba saliendo con una persona, se llamaba Franco al parecer, solo que no me lo ha presentado porque no es oficial aún, aunque me alegra muchísimo que poco a poco construya su felicidad.

Estaba terminando de vestirme cuando sonó mi teléfono, ya eran las 4pm y Noah me estaba llamando. Contesté.

- Esta lista señorita? -me dijo con una voz muy animada.

- Por supuesto aunque no se a qué lugar vamos. -le dije y se formó una sonrisa en mi cara.

- Te debo una sorpresa ya que no he podido estar más tiempo contigo así que espera a que lleguemos. Y hablando de llegar, estoy abajo. -me dijo. Podía sentir su sonrisa a través del teléfono y su buen humor siempre generaba paz en mi.

- En dos segundos estoy contigo -le dije y colgué.

Me miré una última vez en el espejo, llevaba una falda blanca abierta que me llegaba hasta la mitad del muslo, también me había colocado un suéter holgado de color rojo que tenía bordado una patita de perro en la parte superior izquierda (aunque debajo tenía una camiseta negra simple). Amaba este suéter. Y por último me puse unos zapatos de goma rojos también con mis medias altas blancas.

Me veía bastante bien, no me coloqué maquillaje el día de hoy, solo rímel y mis gafas junto con un lindo moño alto.

Salí del cuarto y bajé velozmente las escaleras. Antes de salir me crucé con mamá.

- Ya te vas ? -me preguntó ella. Tenía un libro y sus lentes de lectura puestos, se encontraba en el sofá. Mamá siempre se veía perfecta, mayormente no llevaba maquillaje y aun así su cara, sus facciones eran elegantes e intactas. Sin siquiera hacerse nada.

- Si, Noah está afuera esperándome.

- A que hora llegaras ? -dijo.

- No lo se mamá, apenas saldré. Cuando llegue al sitio y vea el ambiente cuadramos la hora por el teléfono. -le dije tomando la manilla de la puerta.

- Espero que sepas que esto no es hotel. -dijo levantando la mirada hacia mi. Siempre fija, siempre neutra.

Suspiré sonoramente y solo asentí.

- Adiós mamá .

- Aja, adiós.

Dicho esto, salí de la casa. Se me habían bajado un poco los ánimos pero apenas vi a mi mejor amigo de pie en la acera, frente a su camioneta y con unas flores en las manos todo los ánimos aumentaron y se duplicaron.

Sonreí por completo. No me dio chance de reaccionar porque al segundo ya me estaba cargando y abrazando.

- Te extrañé enana -dijo Noah mientras me colocaba de nuevo en el suelo.

En busca de mi Saturno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora