Los dos lados del camino

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El silencio era mortuorio y perturbador entre los dos, ninguno quería pronunciar palabra alguna, ya que no tenían nada de que hablar. Habían pasado un par de semanas sin verse y ahora estaban allí, frente a frente, intentado mantener una buena conversación como las que tenían antes.

-Bueno...-

Se relajó un poco en su lugar, extendiendo los brazos sobre el privado donde se encontraban.

-¿De qué querías hablar, Kylar?-

Eran el día y la noche, las dos caras de una misma moneda. Representaban la luz y la oscuridad en una sola imagen, pero había algo que resaltar, los dos eran hombres buenos y honrados a pesar de sus diferencias al recorrer distintos caminos en la vida.

-Primero que nada...- bebió un poco de la cerveza frente a él -Tu banda es excelente y han mejorado mucho con el paso de los años- dejó el tarro a un lado -Tengo que admitir que tienen muchísimo talento-

-Gracias, pasó mucho tiempo desde la ultima vez que viniste a vernos- sonrió orgulloso -Ahora, vamos al grano, ¿Sí?- cruzó los brazos y lo miró a los ojos, eran igualmente bellos e imponentes -¿Qué es lo que quiere ahora?-

-Quiere que vayas a verlo, Keilot- inhaló profundo -Siempre pregunta por ti, al igual que mamá- se estremeció al escuchar aquello, él amaba a su madre -Nuestro padre está muy enfermo y lo sabes, no lo dejes irse de este mundo sin saber de ti-

-Comprendo pero, ¿Por qué crees que dejé de ir a visitarlos?- expuso retórico y él guardo silencio -No puede estar cerca de un hombre que piensa que soy un vago, sin futuro y que moriré de hambre por dedicarme a lo que amo-

-Es nuestro padre, Keilot- habló calmado -Quiere lo mejor para nosotros-

-Lo mejor para mí es esto- se apuntó integró con una mano -Soy feliz con esta vida, Kylar y no voy a aceptar sus reprechoces nunca más-

-Entiendo completamente lo que dices, pero...-

-No, no lo entiendes...- lo interrumpió -Que hayamos nacido juntos, no significa que lo entiendas...- lo apuntó con un dedo -Tú cumples con todas las expectativas de nuestro padre- no iba a flaquear ante él -Estudias medicina gracias a él y sé muy bien que no eres feliz con eso- silencio -Y no me vengas con que él quiere lo mejor para nosotros, porque no es así, él quiere lo mejor para sí mismo, como siempre- culminó.

-Hice mis elecciones y ahora tengo que aprender a vivir con ello, aunque no quiera- sus voz era sombría y gris -Uno de los dos tenía que complacer sus deseos para que no cayera en la decepción- golpeó la mesa para no darle un golpe, ya que hizo un gesto sin importancia a su argumento -¡Nuestro padre está muriendo y a ti te importa un bledo!- se incorporó de golpe -¡Si no lo haces por él, al menos, hazlo por mamá!-

Ella era su punto débil, quizás podría convencerlo desde ese lado.

-Sientate, Kylar- señaló el asiento detrás de él y lo hizo -No digas eso, me importa y mucho la salud de nuestro padre, pero me duele que piense que soy una decepción para él- entrelazó sus propias manos para sostenerlas cerca de su boca -En fin, me tragaré mi orgullo y mañana iremos los dos a verlo, ¿De acuerdo?- asintió, mucho más calmado.

-Gracias- desordenó su cabello y tiró su cabeza hacia atrás -No sabes el peso que acabas de quitarme de encima- lo miró, sonriendo -Ivette y Sahara no querían hablar contigo, dicen que siempre te sales con la tuya, así que, me obligaron a venir aquí bajo amenazas-

-Si, lo sé, nuestras hermanas son unas tiranas-

Llevó la bebida a los labios, adoraba a sus hermanos con todo el corazón y en especial, a él.

Una nota más [Jujutsu Kaisen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora